INVESTIGACIÓN
El súpermosquito que frenaría el Zika y el dengue
Esta semana comenzó en el norte de Medellín la liberación de mosquitos modificados genéticamente para acabar con la propagación de varios virus. ¿El comienzo de una revolución?
En un laboratorio de la Sede de Investigación Universitaria (SIU) de la Universidad de Antioquia están cuidando la última gran ‘cosecha’ de mosquitos Aedes aegypti: hay miles en estado larvario mientras otros tantos vuelan en jaulas con malla donde investigadores los alimentan con sangre dispuesta en recipientes. Este ejército es una de las armas más poderosas que hoy tiene el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales (Pecet) que dirige el profesor Iván Darío Vélez Bernal, para enfrentar el dengue, que el año pasado enfermó a 103.000 personas en Colombia.
Aunque no le gusta admitirlo, Vélez Bernal es uno de los investigadores más importantes del mundo en enfermedades tropicales, y hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo invitó hace unos años a Sierra Leona para investigar qué pasaba con los muertos que dejaba el ébola. Cada vez que aparece una enfermedad tropical, la OMS lo llama a consultarle.
Sus investigaciones le han valido el reconocimiento de la comunidad científica internacional. Esta semana, Vélez comenzó el programa Dengue Desafío Colombia, al liberar miles y miles de mosquitos buenos en el municipio de Bello, en el norte del Valle de Aburrá.
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El proyecto, que durará 12 semanas, está basado en una fase piloto realizada en 2013 en el barrio París, en ese municipio. En primer lugar, los expertos visitaron a los líderes y obtuvieron el permiso de los 5.000 habitantes, quienes estuvieron dispuestos a asistir a jornadas de información y capacitación. Luego liberaron miles de mosquitos –tres por familia– a los que se les había inoculado la bacteria Wolbachia, que impide que estos insectos transmitan el dengue, pero también el zika o el chikungunya.
La Wolbachia es una bacteria que les impide a los mosquitos propagar estos virus y sus descendientes conservan esa característica. Después de cuatro años de trabajar en el barrio París, el 90 por ciento de los mosquitos tienen la bacteria, por lo que son inofensivos, y los poquísimos casos de dengue registrados fueron adquiridos por fuera del perímetro. Algunos colegas de Vélez Bernal dudaban si esta bacteria podía tener algunos efectos en personas con sida o cáncer, pero en la prueba quedó demostrado que los humanos son inmunes a ella.
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Y es que según datos del Ministerio de Salud, de los 103.000 casos de dengue, 18.000 fueron en Medellín, enfermedad por la cual murieron 13 personas. “Esto es algo inaceptable y necesitamos enfrentar este problema con las herramientas que nos da la ciencia”, dijo Vélez.
Tras el éxito obtenido en el barrio París, ahora se decidió hacer la prueba a mayor escala. Por eso se escogió Bello, donde viven 533.000 personas. Aunque aún hay resistencia entre algunos académicos o minorías que no quieren que se esparzan los mosquitos con Wolbachia en sus barrios, este programa fue aprobado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la OMS y el Ministerio de Salud, y además se ha realizado con éxito en Australia, Indonesia, Vietnam y Brasil.
“Este es uno de los métodos más económicos para combatir el dengue, pues cuesta 2 dólares o menos por persona. Además, podemos enfrentar enfermedades como el zika y el chikungunya, que “también transmite este mosquito, que ya está viviendo a 2.200 metros de altura”, dijo Vélez. Frente a esta amenaza, el proyecto que comenzó en Bello puede ser una buena solución para enfrentarla, por lo menos en las zonas urbanas. Porque, como quedó demostrado, no todos los zancudos son peligrosos.