El cerebro de la falsa desmovilización de las Farc, en libertad condicional

Raúl Agudelo Medina es el nombre de pila de alias ‘Olivo Saldaña’, un guerrillero que pareció traicionar a las Farc cuando se acogió a la ley de justicia y paz, y que ahora quedó a las puertas de recibir los beneficios de la Jurisdicción Especial para la Paz.

Nacido en Ibagué, Tolima, fue acusado por la Fiscalía de ser el cerebro del montaje conocido como la falsa desmovilización del frente Cacique Gaitana de las FARC durante el gobierno de Álvaro Uribe.

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El acto consistió en hacer pasar a habitantes de calle por combatientes, presuntamente con el fin de estimular desmovilizaciones guerrilleras en el marco de la puesta en marcha de un marco jurídico creado para los paramilitares. Incluso se les entregó palos para hacer creer que se trataba de una verdadera dejación de armas. 

En la operación quedaron enlodados los nombres de algunos altos militares, del comisionado para la Paz de la época, Luis Carlos Restrepo (desde entonces fuera del país), del gestor de paz Olivo Saldaña, así como del presunto jefe del frente, alias Biófilo, el hombre de la boina y la cola de cabello que acaparó la atención de los medios de comunicación.

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Este viernes 14 de julio, la magistrada de Justicia y Paz Uldi Teresa Jiménez, dio un nuevo vuelco al historial de Saldaña al concederle la libertad provisional al considerar que existía conexidad de sus delitos con el conflicto armado. En total, Agudelo tenía 16 procesos abiertos en la justicia ordinaria por delitos como concierto para delinquir o secuestro agravado que lo habrían podido tener encerrado durante más de 20 años. 

En el fallo, la juez reconoció que Saldaña efectivamente había sido parte de las Farc en el frente Norma Patricia Galeano del que se desmovilizó en 2005 y que por lo tanto, los crímenes que cometió contra las cerca de 465 víctimas que le son atribuidas en 51 hechos diferentes podían considerarse como parte del conflicto.

También declaró inconexos cuatro procesos que aún tenían pendientes Olivo Saldaña. Uno por constreñimiento, sobre el que la magistrada advirtió que la pena que le había sido impuesta ya se había cumplido, y el proceso debía archivarse. Al segundo y al tercero que fueron cometidos en 2001 y 2003 no pudo vincularlos a su decisión por no existir medida de aseguramiento firme contra el acusado en firme a la fecha.

En tanto que el cuarto caso, el de la falsa desmovilización del frente Cacique la Gaitana, quizá será el obstáculo más difícil de surtir para que Saldaña pueda acceder a los beneficios otorgados por el nuevo modelo del tribunal de paz al que aspira llegar.

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Para su abogada, Angélica Martínez, lo que se discutirá en esa ocasión no será saber si hubo o no falsos desmovilizados en el proceso, sino si hubo guerrilleros que realmente aprovecharon la ocasión para salirse de las filas de las Farc, lo cual evidenciaría –según la abogada- la buena voluntad de su defendido y garantizaría su acceso al mecanismo creado recientemente para acoger a los combatientes de las FARC que hayan cometido crímenes o delitos en el marco del conflicto. 

Por el momento, lo que se tuvo en cuenta fue que al momento de la resolución Olivo Saldaña ya había pasado más de ocho años en la cárcel y que por lo tanto era merecedor del beneficio de libertad condicional.