NACIÓN
Líderes evangélicos aseguran que hay una persecución contra el pastor Arrázola
Ministros de la iglesia cristiana de todo el país publicaron una carta para defender al cartagenero, protagonista de una polémica por las amenazas que lanzó contra un periodista.
Primero fueron las supuestas amenazas de muerte contra un periodista. Luego vinieron sus particulares disculpas públicas. Ahora, al caso del pastor Miguel Arrázola, en el foco de la opinión pública desde hace dos semanas, se le suma un nuevo episodio: la defensa de líderes evangélicos de todo el país que aseguran que contra Arrázola hay una "desmedida y descontextualizada persecución".
En una carta firmada por siete líderes de la Iglesia Cristiana Evangélica de Colombia se esgrime la defensa. "A pesar de la generosidad y la humildad expresadas por el pastor Arrázola, quien pidió perdón públicamente (...) se puede observar que se insiste en una agria y exacerbada persecución hacia esta familia y ministerio", dice la misiva, haciendo referencia a las denuncias del periodista Lucio Torres que dieron origen a la pelea y que apuntan a que el pastor y sus allegados reciben alrededor de 200 millones de pesos mensuales en diezmos.
"Acudimos a la cordura para que se desista en insistir en estas manifestaciones negativas y sistemáticas. No sólo vulnera la libertad de cultos y de expresión que nos ampara la Constitución y las leyes nacionales el debido proceso (sic), sino que también genera una innecesaria y exacerbada atmósfera de persecución y violencia, que no le viene bien al momento de país que vivimos", agregaron.
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La carta está firmada por siete de los pastores y ministros reunidos en la Iglesia Cristiana Evangélica de Colombia, que representan a varias de las congregaciones más grandes del país, críticas de los acuerdos de paz y que apoyaron el "No" en el plebiscito. Ellos son Édgar Castaño, presidente de Cedecol; Eduardo Cañas, presidente de la Iglesia Manantial; Jesús Díaz, de la Unidad Pastoral de Santander; Jhon Rodríguez, presidente de Misión de Paz; Héctor Pardo, presidente de Confirelec; Freddy Obando, presidente de ADME, y David Reyez, presidente de la Confederación Cristiana de Colombia.
El periodista venía haciendo las denuncias desde el año pasado, y recientemente el pastor respondió, en medio de uno de sus sermones en la iglesia Ríos de Vida, en Cartagena: “Como sabes que no te puedo pegar, porque bien te mereces un par de gaznatas (golpes) míos, yo tengo unos manes tablú aquí que te pueden hacer la vuelta. Dale gracias a Dios que soy nacido de nuevo, tengo al Espíritu Santo y a Jesucristo en mi corazón, porque hace rato estuvieras en la ciénaga de la Virgen, así metido, así —y pone la mano en contrapicada, como quien dice enterrado—. Te mando a Nigeria, ese te acaba, te mata ese man”.
Algunos de los apartes del discurso de Arrázola fueron difundidos por Noticias Uno el 12 de marzo. Entonces, el pastor quedó en el ojo de la opinión pública. Arreciaron las críticas en su contra por las palabras violentas que usó, al punto de que decidió salir a ofrecer disculpas públicamente.
Sin embargo, no se dirigió directamente al periodista Torres. “Mis hermanos en la fe que se sintieron mal en esta situación, pido también perdón a quienes sienten que sus diferencias y derechos han sido vulnerados de alguna manera por mí”, dijo en un video que él mismo divulgó. Y agregó: “A quienes me atacan les reitero que los respeto profundamente y que soy un convencido de que pensar diferente es un derecho, pero esta será la única respuesta que reciban de mi parte, no me presto más para este juego”.
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Pese a que no lo mencionó, Torres se dio por aludido y respondió también con un video, en el que dice haber aceptado las disculpas de Arrázola. Hasta ahí, parecía que el asunto se había cerrado. Pero ahora, la carta de los líderes evangélicos reabre el tema. "Podemos observar un sistemático propósito de enlodar su testimonio, labor pastoral y social, que, por cierto, ha sido muy poco reconocida y muy desvalorada por los medios de comunicación. Labor social que, entre otras, viene hace más de dos décadas, suministrando alimentos a cientos de niños, auspiciando la educación de cientos de personas, ofreciendo la atención en restauración matrimonios de miles de parejas".
El pastor Arrázola, muy conocido en Cartagena, ya se había hecho famoso en todo el país durante la campaña del plebiscito. Entonces participó activamente en la promoción del "No" y llegó a pararse en una tarima desde donde dijo: “Pedir la paz de La Habana es pedir la salvación del infierno”. Ahora, es el protagonista de este caso al que se le siguen sumando episodios.