Llega la Noche del Río virtual: una muestra de cuando la tradición también se tiene que reinventar

Para muchos de los que se hacen llamar “verdaderos carnavaleros”, aunque no tiene muchos años, este evento es una de las autenticas joyas en honor de la tradición que se llevan a cabo en medio del Carnaval de Barranquilla. Uno de los grandes argumentos para afirmar esto es que, a pesar de que normalmente se realiza el mismo día (el jueves antes de los días centrales) en que se hace la Coronación de la Reina de las fiestas, en la plaza del Parque Cultural de Caribe, su sede habitual, siempre se vive una verdadera fiesta de baile y compartir.

En resumen la Noche del Río, que llega a su versión número 16, es habitualmente el punto de encuentro de un buen número de bailadores, cantantes, cantaoras y grupos que interpretan ritmos y canciones tradicionales de carnaval, Todos ellos en representación y en honor a uno de los principales ejes de los carnavales: las manifestaciones culturales que gira entorno al poderoso Río Magdalena, y muy lejos de los modernos vallenatos, champetas y reguetón que se han masificado en las fiestas y desfiles masivos de años recientes.

Esa noche siempre los tambores, las gaitas, las flautas de millo, los cantos, rezos, improvisaciones, as polleras coloridas y el baile espontáneo marcan la pauta, con el fondo de ritmos como el bullerengue, el fandango y el son de negro, como una manifestación auténtica y autentica.

Este año, como a todas las fiestas, la Noche del Río tuvo que adaptarse a las nuevas condiciones impuestas por la pandemia del coronavirus, por lo que será de manera virtual. La cita es este domingo 14 de febrero, desde la 8 de la noche.

La velada hace parte de la programación denominada Ruta de la tradición, organizada por la Gobernación del Atlántico, como un homenaje a los cantadores, tamboreros, portadores de la tradición oral y demás manifestaciones de las zonas ribereñas que enriquecen el patrimonio musical.

“El río sana, nos llena de vida e inspira nuestras tradiciones, así que será una oportunidad para seguir conociendo nuestro departamento sin salir de casa”, explicó la secretaria de Cultura y Patrimonio, Diana Acosta.

La transmisión se hará desde el Cubo de Cristal, en la Plaza de la Paz de Barranquilla, según los organizadores, cumpliendo con estrictos protocolos de bioseguridad entre los artistas invitados, que previamente se han practicado pruebas de covid-19 para garantizar su bienestar. El espectáculo se podrá sintonizar a través del Facebook Live de la Gobernación del Atlántico y el Museo del Caribe.

Este año la nómina para el evento está integrada por los Gaiteros de Pueblo Santo, Bozá, Lina Babilonia, Lourdes Acosta, Martina Camargo y Cantos de Velorio.

María La Baja, en el municipio del departamento de Bolívar tendrá un espacio destacado este año con la presencia de cantadores como Lina Babilonia y Jaiber Pérez, de los Cantos de Velorio.

“Muy emocionada de cantarle a mi Caribe colombiano que llevo en el corazón. Esta Noche del Río tendrá un sentido muy especial, porque será un homenaje a la vida, a nuestros ancestros, al río que nos llena el alma y nos representa ante el mundo”, dijo Babilonia, egresada de la Universidad del Atlántico.

También estarán Los Gaiteros de Pueblo Santo, que fueron nominados al Grammy Latino recientemente con su producción discográfica Historias Cantadas; y Janer Amarís, tamborero bolivarense que hace parte de los Cantos de Velorio y quien hizo parte del trabajo musical Anónimas y Resilientes, nominado al Grammy en 2019.

Bozá, otro de los grupos invitados, es conocido como el representante de la nueva gaita, con ritmos afrocaribeños, que es una interpretación alternativa y contemporánea de la música de gaitas, a través de un formato instrumental diferente al tradicional, con elementos étnicos y electrónicos.

Este año, a pesar de las condiciones especiales y la imposibilidad del contacto directo de los artistas con el público, la Noche del Río apuesta por la salvaguarda y promoción de los ritmos, sonoridades y saberes que provienen de las zonas ribereñas.