Bogotá
“Lloré mucho al ver a mi perro”: SEMANA acompañó a la familia de Justin a este emocionante reencuentro lleno de lengüetazos. Vea las imágenes
El perro era apoyo emocional de un niño de 13 que se encontraba desesperado por volver a compartir con su mascota después de más de dos meses de ausencia desde que se había extraviado. Las hermanas que tenían la mascota salieron de la diligencia en una camioneta de vidrios polarizados
El caso de Justin había indignado a muchos bogotanos después de que se dio a conocer que una familia del barrio Rosales de Bogotá, se negaba a devolverle su mascota a la familia Rivera Murcia de la localidad de Kennedy. El caso que llevaba dos meses siendo un misterio para la opinión pública salió a la luz después de que se hizo viral en redes sociales y medios de comunicación.
Tras la publicación de distintos artículos en SEMANA, María Paula y Carolina Vallejo, quienes tenía retenido al canino, por fin pactaron un encuentro para entregar al perro a sus dueños, esto después de tires y aflojes, plantones, denuncias ante las autoridades y una angustia que solo aumentaba con el pasar de los días y que el más afectado siempre fue Justin.
El miércoles 7 de diciembre, Día de las Velitas en Colombia, fue la fecha pactada por las partes para hacer la entrega del perro a su familia. La cita era en la Casa de Justicia de la localidad de Los Mártires y partía con una audiencia de conciliación entre las partes. María Paula Vallejo y Carolina Vallejo llegaron horas antes de las 3 p. m., momento programado por las autoridades para la reunión.
Mientras tanto, Paola García, dueña del canino, llegó media hora antes junto al equipo de activistas que la habían ayudado con todo el proceso. Así mismo, estuvo acompañada por su esposo, quien en todo momento también la acompañó y elevó el clamor de justicia porque le devolvieran a su perro.
Minutos antes de las 3 entraron a la Casa de Justicia, mientras todo su equipo defensor esperaba a la salida de la Casa de Justicia de Los Mártires, ya que no se les permitió el ingreso ni a ellas ni al equipo periodístico de SEMANA.
En total toda la diligencia duró casi tres horas, en las cuales las partes discutieron toda la situación e hicieron compromisos para llegar a una conciliación. Fue a las 5 p. m. cuando se conoció que finalmente se había llegado a un acuerdo entre ambas partes y se procedió a entregar a Justin a su familia, esto antes de que un equipo de expertos verificara el estado del canino, el cual resultó ser excelente.
Según cuenta Paola Murcia, dueña del perro, apenas pudo ver a Justin, empezó a llorar y el canino de inmediato la reconoció a ella y a su esposo, por lo que se lanzó a abrazarlos y lamerlos con mucho cariño, una prueba más que irrefutable de que el perro sí era propiedad de la familia que reside en la localidad de Kennedy y que venían clamando por su liberación desde hace más de dos meses.
Minutos antes de las 6 p. m., se vio por las ventanas de la Casa de Justicia cómo las partes de retiraban del recinto para ir a sus respectivos hogares. Las dos hermanas Vallejo salieron por el parqueadero en una camioneta con vidrios polarizados, por lo cual fue imposible tener su versión de los hechos durante todo el proceso, algo que SEMANA buscó insistentemente.
A los pocos instantes que la familia que tenía el perro se fue, Paola García y su esposo salieron entre lágrimas del edificio, triunfantes, junto a Justin, que se notaba nervioso al principio, pero que después al estar junto a sus dueños ya estaba más tranquilo.
“Es una emoción incalculabe, fueron días de trasnocho, de zozobra, lloré mucho por mi perro. Mi familia estaba agotada de buscarlo. Les agradezco a todos por su apoyo que nos ayudó en este proceso y las personas que nos alentaron con sus mensajes de apoyo y sus oraciones”, dijo Paola Garcia.
La familia Rivera Murcia contó que ese era el mejor regalo de Día de las Velitas que podrían tener y que esperaban que nunca más, ninguna persona tuviera que pasar por algo parecido, manifestando que con Justin, ahora su familia vuelve a estar completa. Narró que su niño de 13 años aún no sabía que Justin volvería.
“Para él va a ser una sorpresa completa porque él no se lo esperó, no se lo he dicho porque quiero sorprenderlo”, contó la dueña del perro. “Yo no lo podía creer. Me parecía mentira porque ya llevábamos mucho tiempo y yo todavía me preguntaba si él se acuerda de mí, si él me extraña como yo lo extraño a él. Pero yo sé que él es muy fiel y apenas nos vio parecía loco y nosotros no sabíamos qué hacer de la emoción”, narrando de cómo fue el instante cuando volvió a ver a su mascota.
Poco después, la Secretaría de Seguridad de Bogotá emitió un comunicado a través de su cuenta de Twitter en el que contó que gracias a la labor de mediación, Justin volvió con su familia y publicaron un video de la familia Rivera Murcia invitando a la ciudadanía a resolver sus conflictos con las autoridades competentes. Aclarando, así mismo, que uno de los compromisos entre las partes era borrar cualquier tipo de publicación en redes sociales contra la otra familia.
¡Justin 🐶 regresó a casa con su familia!
— Secretaría de Seguridad BOG (@SeguridadBOG) December 7, 2022
El caso llegó a nuestra #CasaDeJusticia de Los Mártires y gracias a labor de mediación, el perrito fue devuelto a la familia Rivera que vive en Kennedy.
En su acuerdo de mediación y no agresión las partes se comprometieron a:
Hilo🧵 pic.twitter.com/eshhJH9rIO
Según lo conocido por SEMANA, también se pactó el fin de los plantones, carteles y pancartas que se habían desplegado en el barrio Rosales contra las hermanas Vallejo, quienes también querían ponerle un fin a este cápitulo de sus vidas. Así mismo, las autoridades prohibieron revelar los detalles de lo que fue la audiencia de este miércoles entre las partes, por lo cual aún los pormenores de cómo fue el cara a cara de Paola Murcia y María Paula Vallejo aún es desconocido.
Sobre las 7 p. m. la familia Rivera Murcia volvió a su casa en Kennedy y celebraron el Día de las Velitas en su casa, ya completos y en total felicidad por volver a tener a su mascota con ellos después de meses de angustiantes batallas por recuperar al canino que por fin dieron su rédito y terminaron con un final feliz.
“Siempre estar pendientes de sus hijos perrunos, porque a veces uno no está exento de nada, uno como ser humano no tiene por qué juzgar a nadie, porque uno comete errores involuntariamente, de pronto es irresponsable. Pero realmente les pido de corazón que nunca dejen abandonados a sus hijos perrunos, o que nunca los descuiden, hay que los cuidarlos como si fueran sus niños, porque ellos son muy inquietos”, dijo Paola sobre el mensaje que le dejaba este caso tras su resolución.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se manifestó en su cuenta de Twitter sobre la resolución del caso del canino: “Celebro que las dos familias involucradas, con mediación de @SeguridadBOGen Casa de Justicia Mártires, llegaran a un acuerdo para que Justin regresara a su hogar. Hoy la cultura ciudadana bogotana nos recordó dos lecciones: ¡sin colados y sin agresiones todos vivimos mejor!”, dijo la mandataria.
Celebro que las dos familias involucradas, con mediación de @SeguridadBOGen Casa de Justicia Martires, llegaran a un acuerdo para que Justin 🐶🐾 regresara a su hogar.
— Claudia López Hernández (@ClaudiaLopez) December 8, 2022
Hoy la cultura ciudadana bogotana nos recordó dos lecciones: sin colados y sin agresiones todos vivimos mejor! https://t.co/KhnebmLzMD pic.twitter.com/Na04gkifvK
Desde el equipo defensor de la familia Rivera Murcia criticaron el actuar de las autoridades en este caso. “Aquí es clarísimo que las autoridades fallaron desde el inicio, sobre todo el Instituto de Protección Animal, en la cual las dos partes se acercaron y a ninguna de las dos partes se escuchó. Esto creció desde el primer momento y todo este escándalo de redes sociales, de plantones, el sufrimiento de la familia se habría podido acabar desde el momento que quien lo encuentra, se acerca al Instituto de Protección Animal y recibe ayuda”, dijo Lina Lamos, una de las activistas que ayudó a los dueños del perro.
“Hace una semana exacta. Hubo un plantón a las 8 de la noche en frente de mi edificio. En virtud de ese plantón empezamos a ver las vallas, que traían la información y fue desde el barrio de Rosales que muchos de los residentes nos enteramos de lo que estaba pasando y decidimos intervenir y apoyar efectivamente a que se esclarecieran los hechos y que esto tuvieran una pronta y feliz solución”, contó Julia Rey Bonilla, defensora de la familia que resaltó la labor ciudadana que fue la ayuda de terceros que produjo la vuelta de Justin a su casa.
Todos clamaban por Justin
El clamor ciudadano por el regreso del perrito reveló la semana pasada las múltiples versiones que se cruzaban en este episodio. Por un lado, el perrito criollo era la vida entera de un niño de 13 años para quien su partida había sido desgarradora. La novela en la que se había convertido su historia tenía a miles de colombianos por las redes sociales con los pelos de punta.
Todo comenzó el pasado 25 de septiembre en un día que parecía muy feliz. Justin se salió de su arnés porque le quedaba grande. Y en esa inmensidad del parque, nadie pudo detenerlo.
Los días siguientes fueron de agonía. La desesperación por encontrarlo fue tal que pasaron jornadas completas pegando carteles con su foto y los teléfonos de la casa. “Incluso contactamos una empresa que se encarga de ayudar a buscar mascotas perdidas llamada Petzy. Se le pagó un plan de los que ellos ofrecen, pero no tuvimos resultados”, contó Paola Murcia, la dueña del perro.
El 30 de octubre apareció este mensaje en redes sociales, publicado por María Paula Vallejo. “Hola, vivo en Rosales y me acabo de encontrar este perrito por la calle 72 con primera. Logré cogerlo y lo tengo en mi casa calientito con comida y agua. Tiene una correa de supermán, pero no tiene placa. Ayúdenme a encontrar a los dueños, por fa. Estoy feliz que pude cogerlo. Ayuda”, decía el texto.
Cuando Paola vio esa publicación, le volvió el alma al cuerpo. De inmediato, llamó al celular que aparecía allí. “Me cuenta que encontró el perro en la madrugada del día domingo 30 de octubre y que lo resguardó, dándole techo y comida. Le dije que estaba segura de que era mi perro por sus características y que necesitaba verlo, que a dónde podía ir para encontrarnos. Me pidió datos, fotos sobre mi perro, las cuales fueron enviadas junto con unos videos, a lo que respondió que tranquila, que lo pensaba llevar a bañar y que luego me avisaba”, relató.
Por chat, María Paula le pidió evidencias de que se trataba de su perrito. Y Paola comenzó a mandarle fotos, videos. Le rogó que no la dejara en ascuas, pues necesitaba confirmar que se trataba de su perro. Ella le contestó que estaba en el veterinario, donde lo iban a bañar para que “quede hermoso, oliendo rico”.
María Paula le preguntó la historia de Justin, y Paola le contó que lo adoptó en Fusagasugá, pero es de Neiva. Le mandó también el carnet de vacunas. Le mostró fotos del día que fueron por él, cuando apenas tenía dos meses, y le mandó videos del perrito brincando feliz en su casa.
Intentaron concretar la entrega, pero María Paula les postergó este momento. “Así sea a la medianoche vamos”, le rogó Paola. Y María Paula le contestó: “Cuido al perrito como mío. Si no, imagínese todo lo que he hecho”. Paola se vio cada vez más angustiada y le escribió con desespero: “Para mí son siglos seguir con esta zozobra”.
María Paula nunca le entregó el perro, y la angustia de Paola creció. María Paula le mandó mensajes diciendo que “tienen un ángel muy grande que hayamos encontrado a Justin… No puedes poner nunca en duda que no está bien conmigo”. Y remató: “Alégrate, a través mío se hizo el milagro. Justin es hermoso. Fui el canal y aquí está bien”. Le mandó fotos del perrito haciendo siesta con un corazón rojo al lado.
El 31 de octubre, María Paula le puso una cita frente a la Embajada de Argentina. Al rato le avisó que mejor se verían en el CAI de Rosales. Allá llegaron Paola con su esposo, su hermano y su suegra. “Ella estaba allá en el lugar, pero no llevó el perrito. Me dijo que no me lo podía entregar porque presentaba signos de maltrato. Era obvio, si llevaba días fuera de su hogar, no iba a estar bien”, contó Paola.
“Le rogué, le lloré y siento que solo disfrutaba con el dolor ajeno, viendo llorar al niño y a mí, rogándole, y nada. No fue posible hacerla cambiar de parecer”, agregó. Pasó una semana sin saber de Justin. Paola decidió con su familia poner el caso en conocimiento de las autoridades. El 9 de noviembre fue a una Unidad de Conciliación en Kennedy para pedir que la acompañaran en el caso. La diligencia fue programada para el 23 de noviembre, pero María Paula Vallejo no asistió.
Murcia suplica que devuelvan el perro, pues significa mucho para su hijo. “Es su hermano. Mi hijo era un niño que sufría de ansiedad, de estrés, se encerraba, temblaba, se mordía los dedos. El doctor dijo que lo bueno era conseguirle una mascota. Fue muy positivo para él, comenzó a tener una responsabilidad, el perro dormía con él, lo levantaba para ir al colegio. Le sirvió mucho. El psicólogo expidió una fórmula diciendo que a mi hijo le ha afectado mucho que el perro se perdió. Por eso, para mí es un perro de apoyo emocional”.
El caso pasó a las redes sociales, que han seguido con angustia el dolor de la familia y llamaron a plantones en frente de la casa de María Paula para reclamar por el perro. “La imagen que queda es de alguien de estrato seis que intenta quitarle su mascota a una familia de estrato tres”, dijo Lina Lamos, allegada de la familia.
SEMANA intentó comunicarse con María Paula Vallejo, pero ella dijo que esperaría para hablar del caso. En redes sociales, sin embargo, había contado su versión. Ha dicho que no entregó el perro en un comienzo porque apenas puso el mensaje en redes sociales aparecieron dos familias: Paola, que reclamaba a Justin, y otra persona que decía que el perrito se llamaba Tobi.
Esa segunda familia contó en otro post de redes sociales que se encontró al perro totalmente emparamado en el centro comercial Titán Plaza el mismo 25 de septiembre por la noche. “El perrito tenía un comportamiento extraño. Estaba en una esquina y cada vez que uno gritaba el perrito temblaba, más que todo con los hombres. No se dejaba consentir de ellos”, dijo. La mujer tuvo al perro por casi un mes hasta que un día que dejaron la puerta de la casa abierta se salió y apareció luego en Rosales. Ella también vio la publicación y contactó a María Paula. Fue a la cita con ella y vio llegar a la otra familia; entonces, dijo que ella solo quería “lo mejor para Tobi” y se fue.
En las redes, la mayoría de las personas se habían encarnizado con María Paula y le pedían que devolviera al perro. Otras la defendían. Se ha dicho que el perrito no se perdió en Salitre, sino que la familia lo dejó con un vendedor ambulante mientras ellos ingresaban al parque y al salir ya no estaba. María Paula ha expresado en otras publicaciones en redes que el perrito solo responde al nombre de Tobi y no de “Justin o Justincito”.
“Tobi está tranquilo, en paz, en un hogar de paso. Va a ser vacunado y operado. Dejo claridad que mi interés de rescatar un perro de la calle era ayudarlo de corazón. Por eso publiqué esa foto. Mi único interés es que el perro esté bien en una familia amorosa”, escribió en Facebook María Paula.
Ella ha dicho que la familia la ha increpado de manera agresiva y que se siente amenazada. Pero al final, decidió acudir a los organismos del Estado y resolver la situación devolviendo al perrito.