Lo que no se sabe del día en que se rompieron las negociaciones entre gobierno y miembros de “La Resistencia” en Cali

El pasado jueves 13 de mayo, la reunión entre el Gobierno y los jóvenes respresentantes de La Resistencia que han participado en el paro de Cali se llevaba a cabo en medio de un ambiente tenso en el Coliseo María Isabel Urrutia. Sin embargo, todo parecía estar bajo control. De repente, los representantes de La Resistencia, muchos encapuchados, empezaron a gritar que había un ataque en el sector de la Luna en la ciudad por parte de la fuerza pública, lo cual resultó ser falso. Pero ahí empezó la tensión. Mientras tanto, en las afueras del coliseo se empezó a escuchar una multitud, no solo de jóvenes, “había de todo, muchos encapuchados y según me dijeron los de seguridad, había gente armada”, aseguró un funcionario que estaba presente en ese momento. Con tambores y a los gritos se escuchaba una amenaza: “nos abren o tumbamos la puerta”.

Por parte del gobierno estaban el ministro de justicia Wilson Ruiz, el ministro del interior Daniel Palacios, la directora del ICBF Lina Arbeláez, la consejera para las regiones Ana María Palau y Susana Correa y algunos asesores. También estaba el alcalde de Cali Jorge Iván Ospina y la gobernadora Del Valle asistió por unos minutos al encuentro. Ante la agitación, se ealcanzóa escuchar que el ministro Ruiz le dijo a su colega del interior, “Daniel tenemos que salir de aquí”. SEMANA conoció que Dos días antes las autoridades habían advertido sobre la posibilidad de que se estuviera fraguando un plan para atentar contra algún alto funcionario del Estado en la capital Del Valle.

La seguridad de los funcionarios actuó de inmediato. Los ministros y demás delegados fueron llevados inicialmente a la parte de atrás del coliseo. Estando allí, un hombre se les acercó con un escudo de hierro de los mismos que usan para enfrentarse en los bloqueos a la policía y verificó que no tuvieran salida. “A un escolta le grito: ve, bájate de allá y empezaron a quererse meter donde tenían a la gente del gobierno”, cuenta otro funcionario. A los ministros los sacaron escoltados del lugar, al igual que al alcalde de Cali, mientras se escuchaban todo tipo de insultos, “cobarde, cobarde”, se oía a 100 metros de la puerta de salida. Una fuente le contó a SEMANA que los ministros fueron sacados con urgencia del área porque había personal encapuchado armado e intentaron rodear los carros para no dejarlos salir.

Después de los hechos a algunos funcionarios les recomendaron cambiar de hotel por seguridad. Ahora se espera que les refuercen la seguridad a los funcionarios del alto gobierno que atienden el paro en las regiones. En el caso del ministro de Justicia Wilson Ruiz, se indaga por qué hace unos días hubo dos hombres sospechosos rondando su finca en Cundinamarca y qué pretendía otra persona que fue a preguntar por él también motorizado.

La gran preocupación de las autoridades es que la llamada “gran asonada” para atacar funcionarios del más alto nivel del Gobierno está cantada y aunque se han tomado las precauciones, el riesgo es permanente. También se supo que las disidencias de Gentil Duarte y las de Iván Márquez, al igual que el ELN están dispuestos a “pagar lo que sea para bajarse a los funcionarios más representativos del gobierno”, dijo una fuente de inteligencia.