NACIÓN
Lo último: capturan a dos personas que estarían involucradas en el crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en playa de Cartagena
Serán presentados ante un juez de la República. La esposa de uno de los capturados se esconde en El Salvador.
Las autoridades siguen avanzando en la investigación por el macabro crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, en hechos que se registraron en Barú en playas de Cartagena; ahora se conocieron nuevos avances dentro del caso que es materia de indagación de la Fiscalía General de la Nación.
La novedad dentro del caso se desprende por la captura que realizaron las autoridades de dos personas que estarían relacionadas con el homicidio del fiscal Pecci, de acuerdo con las primeras versiones, participaron en la logística para que se perpetrara el asesinato.
De acuerdo con los operativos, las capturas se registraron en Rionegro y en Bogotá, la función de las dos personas, que se trata de un hombre y una mujer, era la de suministrar dinero a Francisco Luis Correa, quien sería pieza clave dentro del entramado por el crimen de Pecci.
Sin embargo, dentro de las pesquisas de las autoridades y trabajo de investigación se frustró la captura de una mujer, que sería la pareja sentimental del hombre que fue aprehendido, estaría huyendo en El Salvador.
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El sicario tenía claro el objetivo, caminó rápidamente y, aprovechando que su víctima se agachaba a recoger una camiseta en el lugar donde estaba sentada su esposa, se acercó y a sangre fría, apenas a unos centímetros de su cabeza, le disparó en tres ocasiones con una pistola nueve milímetros.
SEMANA reveló recientemente y en exclusiva el video completo de la investigación que realizaron la Policía y la Fiscalía, en el cual se ve minuto a minuto lo que ocurrió el 10 de mayo pasado, y cómo el fiscal Pecci y su esposa, la periodista Claudia Aguilera, eran seguidos incluso en el mismo hotel donde se hospedaban en Barú, por los criminales que les respiraban en la nuca.
Todo quedó en video, no solo los seguimientos que les hicieron días antes por la ciudad de Cartagena, sino en especial lo que ocurrió el día de la tragedia. Mediante las cámaras de seguridad del hotel se reconstruyeron las últimas tres horas de lo que hizo la pareja desde muy temprano hasta el momento en que los sicarios lo asesinan.
El reloj marcaba las 9:44 a. m. cuando sonaron los disparos, Claudia se cubrió la cara y de inmediato se lanzó al piso y abrazó de rodillas en la arena a su esposo, el fiscal Pecci. El sicario corre a pocos metros, rumbo a la orilla del mar, donde lo espera su compinche en la moto acuática que parece encallada y no arranca, tiene que empujarla y finalmente se va colgado de ella. En esa maniobra, según los investigadores, se le cayó el arma y el proveedor fue recuperado en la escena.
Se escuchan gritos, los turistas están confundidos, asustados y apenas toman sus cosas para resguardarse. Al mismo tiempo, exactamente a las 9:45:15, en otra cámara se ve cómo los dos sicarios huyen con rumbo desconocido.
La pareja, que se había acabado de enterar de que iban a ser padres, dormía con el enemigo. Así lo hicieron durante varios días en los que fueron seguidos sigilosamente hasta el momento del homicidio, justamente cuando Pecci y Aguilera terminaban su luna de miel y estaban a pocas horas de tomar un avión que los llevaría nuevamente a Paraguay.
Esa mañana, el reloj marca las 7:19 cuando aparece la pareja en las cámaras. La primera en llegar es Claudia, quien vestida de rosado llega al restaurante del hotel a desayunar, seis minutos después aparece Pecci con una bermuda oscura y una camiseta negra. Toman el desayuno tipo bufete y se ubican en una mesa al fondo del lugar. Desde ese momento, los miembros de la banda, Marisol Londoño y su hijo Cristian Camilo Monsalve, hoy capturados y condenados, los observan y siguen sin perderlos de vista.
Llegan minutos después al mismo restaurante, él vestido con pantaloneta amarilla y camiseta negra; su mamá con vestido de baño y una gorra negra. Cumplen su función de campaneros, no comen, pero tampoco les quitan la mirada de encima. Merodean por el restaurante hasta que se ubican en una mesa donde los pueden ver de frente sin levantar sospechas.
Cuando Pecci y su esposa terminan el desayuno, se levantan y toman camino hacia la playa, en el video se ve cómo, al mismo tiempo, a las 8:03 a. m., los criminales, madre e hijo, hacen lo mismo, se retiran, pero se dirigen al lobby del hotel. Cristian se sienta en una silla y empieza a hablar por celular, la investigación demostró que estaba llamando a sus cómplices para informar los últimos movimientos del fiscal y disponer todo para el crimen.
El reloj marca las 8:10 cuando los recién casados van cogidos de la mano, salen del restaurante y se dirigen rumbo al lugar donde minutos más tarde Pecci encontraría la muerte. Se ubican muy cerca de la orilla, él se quita la camiseta, pone las toallas e incluso mueve la silla playera para estar más cerca del mar. El campanero no se les despega, se ubica a las 8:39 cerca de las piscinas, en un mirador desde donde no les pierde el rastro.
Pero la suerte ya está echada, Pecci se levanta de su silla y camina pocos pasos para arrojar algo en la basura. Ese es el momento, cuando el fiscal se agacha a recoger su camiseta, en que lo asesinan por la espalda. Mientras el caos se desata, se ve a un hombre en el mar, acompañado de sus pequeños hijos, tratando de protegerlos. La moto acuática desaparece del lugar y parece consumado un crimen que no resultó tan perfecto.