Home

Nación

Artículo

Desde el 18 de noviembre comenzará a funcionar el Grupo élite.
Feminicidios | Foto: Getty Images/EyeEm

Nación

Lo último: Corte Suprema confirma condena de 40 años por brutal asesinato de dos mujeres en Antioquia; esta es la historia

Se trata de Alejandro Zapata. El alto tribunal confirmó un fallo de 2017. El expediente es aterrador.

20 de diciembre de 2022

La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia acaba de confirmar una condena de 40 años contra un hombre por dos casos de feminicidio y violación. Por el escenario y la forma en que las víctimas fueron brutalmente agredidas, no cabe duda de que se trató de violencia de género por ser mujeres, explica la sentencia, conocida por SEMANA.

Lo que acaba de hacer la Corte es confirmar el fallo del 17 de enero de 2018, por medio del cual la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Medellín, revocó un fallo absolutorio que favorecía al asesino.

La historia inicia, cuenta la decisión, cuyo magistrado ponente fue Diego Eugenio Corredor, cuando después de haber departido en varios establecimientos públicos, ya entrada la noche del 3 de septiembre de 2015, Alejandro Zapata y Alejandra Gómez Duque, quienes eran amigos desde hace varios años, se dirigieron a la vivienda de esta, ubicada en el municipio de Bello.

Estando allí, Alejandra Gómez Duque despertó a su amiga Doralba del Socorro, con quien compartía esa vivienda, y se dispusieron a escuchar música y a consumir bebidas alcohólicas. Hasta ese lugar arribó un hombre hasta el presente no identificado, a quien Alejandro Zapata conocía.

Posteriormente, entre las 4:12:53 a. m. y las 6:00 a. m. del 4 de septiembre de 2015, los dos hombres, bajo los efectos del alcohol, accedieron carnalmente con violencia a Alejandra Gómez Duque y Doralba del Socorro Echeverry Arcila, y seguidamente les dieron muerte.

“Así, Doralba del Socorro Echeverry Arcila fue golpeada con elemento contundente, en varias partes de su cuerpo, lo que le generó innumerables lesiones en los miembros superiores e inferiores; no bastando con ello, fue golpeada varias veces en su cabeza, con tanta fuerza, que le fracturaron varios huesos del cráneo, heridas que finalmente causaron su deceso. Por su parte, Alejandra Gómez Duque fue sofocada manualmente y con una almohada por Alejandro Zapata, hasta causarle la muerte. Luego de los hechos, entre las 5:30 y las 6:00 a. m., los dos hombres salieron juntos del lugar de los sucesos”, cuenta la decisión.

Según la Corte, el hecho de que Alejandra Gómez fuera sofocada manualmente y con una almohada por Alejandro Zapata es, sin duda, la prueba de actos que “reflejan un desprecio absoluto por la vida de las víctimas, a tal punto que entraña un evidente ejercicio de cosificación, y que dejan en evidencia que las muertes se produjeron por ocasión de profundos sentimientos de odio hacia las víctimas, caracteres de la misoginia propia del delito de feminicidio”, concluye el fallo.

La Corte Suprema advierte que el delito de feminicidio no exige que la Fiscalía se circunscriba a uno de los seis escenarios que señala el Código Penal. “Basta que señale cuáles hechos indican que el asesinato se produjo por su condición de mujer”, agregan.

Entre las pruebas que tuvo en cuenta la Corte Suprema para condenarlo están:

En primer lugar, el acusado estaba en el sitio de los hechos para cuando ocurrió el deceso de las mujeres. De igual manera, señala la decisión, Alejandro tenía pretensiones sexuales con la víctima Alejandra Gómez Duque, sumado a que en los cuerpos (...) “se encontraron hallazgos de violencia sexual, de donde se infiere que la muerte tuvo como móvil el atropellamiento sexual de que fueron objeto las dos mujeres que compartían esa noche la compañía de quienes consideraban sus amigos”.

Pero eso no es todo. Según la Corte, en la escena del delito se halló una almohada con la cual se causó la muerte a Alejandra Gómez Duque, “en la cual se encontró una mancha de sangre que pertenece al procesado, y aun cuando este intentó explicar que lo que ocurrió fue que el gato de la otra occisa lo mordió, nunca supo explicar por qué el rastro de sangre fue hallado en la almohada, mismo elemento con el que se le causó la muerte a la víctima”. En este caso, la condena no admite recurso alguno.