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Lo último: general (r) Mario Montoya rendirá versión por falsos positivos en Antioquia
La cita será ante la JEP el 29 y el 30 de septiembre y será reservada. Montoya entregará la verdad sobre desapariciones forzadas y otros hechos ocurridos en el Batallón de Artillería número 4.
La Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad de la JEP escuchará este 29 y 30 de septiembre, en Medellín, la versión del general (r) Mario Montoya Uribe dentro del subcaso Antioquia, una de las seis zonas priorizadas en el Caso 03, que investiga asesinatos y desapariciones forzadas presentados como bajas en combate por agentes del Estado, conocido con el eufemismo de falsos positivos.
El nombre del general ( r ) Montoya fue mencionado en 24 versiones rendidas por comparecientes que están vinculados en el Caso 3. Se trata de miembros del Batallón de Artillería n.° 4 Jorge Eduardo Sánchez (BAJES), durante los años 2002 y 2003, una de las seis unidades militares adscritas a la Brigada IV, que han sido vinculadas al caso.
Durante la diligencia reservada participarán víctimas acreditadas y sus representantes judiciales. Entre las organizaciones partícipes están Minga, la Corporación Jurídica Libertad, la Corporación Jurídica Yira Castro, el Grupo Jurídico de Antioquia, el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos y el Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda.
Al general (r) Montoya también se le trasladarán 16 versiones de comparecientes que han hecho referencia específica a su comandancia. Se trata de miembros del Batallón de Artillería n.° 4 Jorge Eduardo Sánchez (BAJES) durante los años 2002 y 2003, una de las seis unidades militares adscritas a la Cuarta Brigada que han sido vinculadas al caso.
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El expediente contra Montoya
Esta es la segunda vez que el general (r) Montoya es llamado a versión dentro del caso 03. Al igual que en 2019, las víctimas y sus representantes podrán participar de la diligencia judicial que se llevará a cabo en Bogotá.
“El general Montoya comparaba a las unidades militares utilizando un ranking, en el que el único criterio de evaluación era la cantidad de muertes en combate reportadas. No se valoraban las desmovilizaciones, las capturas, la efectividad en el control militar de área relacionado con la disminución de afectaciones a la población civil, la integridad de la infraestructura o factores similares”, señala el proceso en su contra.
La presión de Montoya habría sido tal que los comandantes de división, brigadas y unidades tácticas terminaron acatando y transmitiendo sus aterradoras órdenes. Puntualmente, el general se aprovechó del Plan de Moral y Bienestar “para que los permisos, cursos, condecoraciones y demás beneficios contemplados fueran otorgados principalmente a los integrantes del Ejército que cumplieran su política de muertes en combate. Dichos beneficios eran concedidos en todos los niveles del mando, es decir, desde los soldados hasta los comandantes de Brigada”, según se lee en el expediente.
Los que no cumplían con esas órdenes, según consta en el proceso, eran sometidos al “escarnio ante todo el Ejército durante los programas radiales. Montoya impartía instrucciones para que los relevaran del mando, no les dieran permisos especiales o cursos, los calificaran en listas inferiores respecto a quienes sí cumplían con la cantidad de muertes en combate que exigía”.