Nación
La pelea a muerte que casaron Iván Márquez y Gentil Duarte por el negocio del narcotráfico
Miguel Botache era uno de los hombres más buscados en Colombia por liderar las disidencias de las Farc que no se acogieron al proceso de paz.
De los principales golpes a quienes eran los hombres más fuertes de la guerrilla de las Farc, que han resultado muertos en el último año en la zona fronteriza entre Arauca y Venezuela, ninguno ha sido por la acción de las Fuerzas Militares o de la Policía. Se ha tratado de ‘vendettas’ entre estas organizaciones criminales que se disputan el control territorial y el manejo de los negocios del narcotráfico. De un lado está Iván Márquez, jefe de la Segunda Marquetalia; su rival es Iván Mordisco, ex-Farc que no se acogió a la negociación de La Habana, nunca comulgó con ese proceso y siguió en armas.
Los muertos no son de poca monta, se trata de quienes fueran los más altos jefes de la guerrilla de las Farc que han venido cayendo. Seuxis Pausias Hernández, alias Jesús Santrich; Henry Castellanos Garzón, alias Romaña; Hernán Darío Velásquez Saldarriaga, alias El Paisa, los tres miembros de la Segunda Marquetalia.
Pero en esta ocasión le tocó al grupo disidente que encabeza Néstor Gregorio Vera, alias Iván Mordisco, al que le mataron a su mano derecha, Gentil Duarte, quien también fue miembro del Estado Mayor de las Farc. SEMANA cuenta los detalles de estos ‘excompinches’ mientras estaban en filas de la guerrilla y que ahora se están matando por el control del negocio criminal del narcotráfico en zona de frontera.
Declaración de guerra
Los organismos de inteligencia colombianos conocieron de una reunión entre Iván Márquez, Iván Mordisco y Gentil Duarte, para repartirse el manejo del negocio del narcotráfico en el país, buscar nuevos socios y dividirse el territorio, luego que Márquez abandonara el proceso de paz y retomara las armas.
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Fuentes militares confirmaron que dicha reunión, que se hizo en selvas colombianas, no acabó en buenos términos y, por el contrario, se dio una declaración de guerra entre Mordisco y Duarte contra Márquez.
Según lo que se conoció del encuentro, Márquez quiso imponer sus reglas y ser el jefe único de las nuevas disidencias, a lo que Mordisco y Duarte se opusieron y decidieron tomar caminos por separado, pero buscando imponer, cada uno, la fuerza y experiencia que obtuvieron cuando formaron parte de la guerrilla.
A partir de ese momento, Márquez anunció su nuevo brazo armado conocido como la Segunda Marquetalia, con asentamiento en Venezuela, donde mantiene sus operaciones clandestinas.
Entre el grupo de Mordisco y Duarte están: el Frente 33 de alias John Mechas, que delinquen en Norte de Santander; Frentes 10 y 28 que delinquen en zona de frontera en Arauca; el nuevo Comando Coordinador de Occidente, al mando de alias Mayimbú, que se encuentra en el departamento del Cauca, y del que son parte la estructura Jaime Martínez, los frentes Carlos Patiño y Rafael Aguilera, así como la estructura Dagoberto Ramos.
Fuentes de inteligencia indicaron que los Frentes 10 y 28 de las disidencias de las Farc se mueven por la región de Apure, del lado de Venezuela, que limita con Colombia y donde confluyen diferentes actores armados.
Lo que ha trascendido es que el ataque con explosivos en el que habría muerto Gentil Duarte se dio en la región del Zulia, en límites con La Guajira, en donde se encontraba en un campamento de alias John Mechas, jefe del Frente 33 de las disidencias de las Farc, que lo estaba protegiendo.
Sobre Iván Márquez, las autoridades colombianas lo han ubicado en Venezuela en donde, aseguran, está protegido por parte del gobierno de Nicolás Maduro y la Guardia Bolivariana venezolana.
Recientemente, SEMANA reveló un informe en donde Márquez tiene planes de crear una guerrilla latinoamericana y estaría reclutando jóvenes en Ecuador, con el fin de adoctrinarlos mediante engaños. Es de recordar que los secuaces de Márquez han muerto en vendettas entre criminales, como fueron los casos de alias El Paisa, alias Romaña y alias Jesús Santrich, quienes habían ingresado al proceso de paz, lo abandonaron, retomaron las armas y siguieron delinquiendo.