SOSTENIBILIDAD
"Lo urbano debe buscar un sano equilibrio con lo ambiental": Roberto Moreno
El presidente de la constructora Amarilo aseguró en entrevista con María López, presidenta de Publicaciones SEMANA, que más allá de edificar casas, su empresa se preocupaba por construir comunidad, al igual que obras amigables con el medioambiente.
Como un hombre que logró soñar en grande, así quiere ser recordado Roberto Moreno, el presidente de una de las empresas que más le aporta al país, según la consultora especializada en temas económicos Pyxis.
Se trata de Amarilo, una firma colombiana especializada en gerencia, venta y construcción de proyectos de vivienda que incursionó en el mundo empresarial hace 27 años.
Bajo su dirección, la empresa ha registrado un crecimiento exponencial no solo en lo económico, sino también a nivel humano, social y ambiental. Su éxito se debe, quizás, a que su visión va más allá de edificar viviendas y se centra en construir comunidad. En satisfacer las necesidades de sus clientes de manera integral, pues para él, ellos son "el corazón de su empresa".
Es un hombre al que le gusta el orden y el equilibrio, dos características que impregna en sus proyectos desde el ámbito estructural y ambiental.
María López, presidenta de Publicaciones SEMANA, conversó con él en su programa "Agentes de Cambio", en donde habló sobre grandes proyectos como Lagos de Torca, los retos que le ha generado a su empresa la pandemia del coronavirus y las responsabilidades que como empresarios tienen en momentos de crisis, de tejido social y sostenibilidad.
María López: ¿Cómo Amarilo pone a soñar al país?
Roberto Moreno (R.M.): Si yo quiero cambiarle la infraestructura mental a las personas, que piensen y sueñen diferente, que se reten, tengo que darles una infraestructura física adecuada. Cuando armas un pedazo de ciudad bien, entonces un niño que está en su casa, sale caminando para la calle y va a la escuela, después va al parque, luego se come un helado en el centro comercial, interactúa con sus vecinos y todo esto se vuelve un tema de comunidad y convivencia. Ahí empiezan las personas a soñar y a comportarse diferente.
¿Qué ha significado esta pandemia para una compañía como Amarilo?
R.M.: En nuestro caso teníamos 62 frentes de trabajo, en 17 municipios de Colombia, con un poco más de 5.600 colaboradores que se tuvieron que ir a casa por un buen tiempo. Hoy, gracias a Dios, ya todas estas personas están laborando nuevamente. Se hizo un trabajo muy riguroso y ya estas personas están al ciento por ciento trabajando nuevamente en todas nuestras obras.
¿Cómo innovó Amarilo?
R.M.: Nosotros empezamos a trabajar desde hace más de tres años con un sistema en la coordinación de proyectos, llamado Building Information Modeling (BIM), en el que están el arquitecto y los diseñadores estructurales, hidráulicos y eléctricos. Todos trabajan colaborativamente en la nube y ven lo que hace cada uno, así estén desarrollándolo en diferentes lugares. Todos están interconectados. Hoy en Amarilo tenemos más de 90 proyectos coordinados en BIM.
También veníamos desde el año pasado pensando en cómo podíamos hacer ventas virtuales y debido a esta crisis nos tocó acelerar el proceso. En el mes de abril logramos hacer 62 ventas y en junio llegamos a 736.
¿Cómo tomaron esa decisión tan trascendental?
R.M.: Tenemos un software en el que podemos observar la maqueta del proyecto completo en 3D. A través de este puedes hacer el ‘tour‘ virtual por las instalaciones de la vivienda, puedes caminar por el apartamento y conocer las zonas comunes, el barrio y las vías de acceso.
Además, te puedes vincular electrónicamente con la fiducia, adelantar una firma digital, hacer una transferencia al banco y ya quedas como si hubieras estado en la sala de ventas. También te damos la opción de ir y visitar el apartamento modelo y el resto del proceso lo puedes hacer desde casa.
Para el presidente de Amarilo, construir comunidad es lo más importante. Foto: archivo/SEMANA.
¿Qué responsabilidad tenemos como empresarios en un momento como estos?
R.M.: En un sector como el nuestro, en el que se trabajan proyectos de largo plazo y grandes intervenciones urbanas que generan mucho valor, como empresarios tenemos que ser generosos con los demás. Cuando uno es generoso, recoge lo que siembra. Eso es muy importante.
¿Cuáles son los megaproyectos que está manejando en este momento?
R.M.: El proyecto Lagos de Torca, en el norte de Bogotá, va a ser como el 2,0 de todos estos grandes proyectos que tenemos, ya que son 130.000 viviendas, en 1.800 hectáreas. Primero vamos a hacer todas las vías, ya que eso desahogaría el norte. Adicionalmente, se va a hacer el gran Parque Guaymaral, a partir de la recuperación del Humedal de Guaymaral.
Lo urbano debe buscar un sano equilibrio con lo ambiental, lo cual es muy positivo para la ciudad, para la generación de empleo, pero sobre todo para el tema de la movilidad. Ahí es donde estos grandes proyectos generan mucho valor para todos.
¿Qué quiere decir eso de las ciudades dentro de las ciudades?
R.M.: Cuando yo hago una intervención de urbanismo de ese tamaño, pues planeo el pedazo de ciudad que haré y en la que debe estar el colegio, el centro de salud, la biblioteca, el centro comercial, la estación de Policía y la estación de bomberos.
Hay una gran oportunidad ahora en el país con las revisiones de los planes de ordenamiento territorial para planear nuestras ciudades. Existe una gran posibilidad para Bogotá y la región de planear el lugar donde queremos vivir.
¿Nos va a cambiar mucho la vida esta pandemia? ¿Vamos a querer salir de la ciudad?
R.M.: Tenemos que ver cómo planeamos estas ciudades para que de verdad crezcan ordenadamente. Esta nueva pandemia nos pone a comportarnos y a vivir diferente. Las personas están apreciando más su vivienda; una casa bien diseñada, con un espacio de trabajo bien iluminado y ventilado, con el parque y el colegio cerca. Quieren menos desplazamientos y esto es mejor para la ciudad. Esto se vuelve una oportunidad de generar más bienestar para todos.
Lo más leído
Roberto Moreno recomienda a los soñadores a atraverse a realizar eso que tanto anhelan. Foto: archivo/SEMANA.
¿Qué tan involucrado está el presidente de una compañía de construcción en los procesos de liderazgo de las comunidades y por qué es tan importante?
R.M.: Esta tarea no está completa si no construimos una excelente comunidad y yo creo que ahí es determinante ver cómo recibimos a estas familias, cómo estas se integran y cómo construyen sociedad de la mano de estos grandes proyectos. Eso es lo que más me apasiona. También me gusta estar muy cerca del cliente porque al final del día el corazón de la empresa es el cliente. Sin ellos no hay empresa, no hay nada. Entonces parte de eso es la sostenibilidad, y si uno no está cerca de ello, pues las empresas no van a ser rentables.
¿Hablemos del impacto ambiental de su empresa?
R.M.: En el urbanismo, que son todas las obras de infraestructura, logramos reciclar el 70 por ciento de lo que estábamos moviendo, cuando la norma habla de solo un dos por ciento, mientras que en las obras de construcción nos preocupamos mucho sobre cómo disponemos los residuos. De igual manera, si estoy talando unos árboles y estoy cambiando el entorno, debo pensar en cómo repongo esos árboles o cómo hago algo diferente para compensar los daños.
En ese sentido le propusimos a la Comisión de Regulación de Agus Potable y Saneamiento Básico, CRA, por ejemplo, tomar una zona de reserva ambiental en Barranquilla, comprar ese terreno y volver a reforestarlo. Vamos a cuidar y a mantener esos árboles por los próximos dos años. Luego le entregaremos ese terreno a la ciudad para que sea una reserva forestal con especies nativas. Ahí es donde vamos a encontrar el sano equilibrio entre lo urbano y lo ambiental.
En Lagos de Torca, entre tanto, el humedal hoy tiene 30 hectáreas y se va a recuperar cerca de 80. Se le va a reponer el espejo de agua y se va conservar con la ayuda de las familias que van a vivir ahí. De esta forma logras ver el equilibrio entre lo ambiental y la comunidad. Yo creo que esas cosas van a formar parte fundamental de este país y del entorno en donde vamos a vivir a futuro.
¿Qué viene para Amarilo? ¿Cuál es ese gran sueño?
R.M.: El sueño que tengo es que esta empresa trascienda y sea milenaria. Mi reto es que el día en que no esté el señor Moreno esto sea mejor que cuando estaba. Ese es mi sueño y que esa sea la semilla para que muchas personas trabajen y de verdad le podamos entregar los mejores espacios a los colombianos.
¿Cómo quiere ser recordado?
R.M.: Quisiera ser recordado como un hombre que logró soñar en grande, hacer grandes proyectos y que dejó una semilla para que los profesionales del futuro digan "lo vamos a a hacer mejor que ese señor".
Un consejo para esos emprendedores que están empezando a soñar...
R.M.: Atreverse a hacer realidad lo soñado. Mi mamá siempre nos dijo toda la vida: "Sin miedo, muchachos", y todavía nos lo repite. No se preocupen por el dinero, si usted arma algo, trabaja, sueña y empuja, el dinero aparece y saca las cosas adelante.
Hay mucho más dinero buscando buenos negocios, que buenos negocios buscando dinero. El dinero llega solo si uno plantea algo gana-gana para todas las partes.