Homenaje
“Lo veía más guapo que Brad Pitt”: Conchi Ríos y su ídolo César Rincón
En entrevista con SEMANA, la única torera española en activo habla de quien considera su espejo y por quien decidió torear. Por encima de cualquier español, su ídolo es el torero colombiano.
Conchi Ríos nació en 1991, ‘el año de Rincón’, como está señalado en la historia de la tauromaquia. Aunque no es supersticiosa -los toreros suelen serlo en extremo-, decía que por algo había nacido ese año. Y así fue. Se hizo torera e irrumpió en un mundo dominado por hombres, y en condición de novillera, comprobó lo que César vivió un 21 de mayo. Salir a hombros por la puerta grande de Las Ventas.
Pero Conchi bien podría apostar el billete de la lotería con el número 1, que siempre la persigue. Está en su fecha de nacimiento, 11 de marzo de 1991; en el año en que se consagró su ídolo, porque a pesar de ser española, dice que su espejo es el torero colombiano; el 10 de julio de 2011 se convirtió en la primera mujer en la historia que cortaba dos orejas a un mismo novillo en Madrid; y en el 2021 aceptó la invitación de SEMANA, para hablar de César Rincón, pero también para que muchos colombianos conozcan por primera vez su historia.
La historia de una niña que en lugar de las fotos de Brad Pitt llevaba en la carpeta la foto de Rincón, la de Enrique Ponce. Sus amigas le preguntaban quiénes eran. “Los dioses del mundo”, respondía.
Las mismas compañeras de pupitre que se sorprendieron cuando Conchi, sin antecedentes taurinos, que no conoció a su padre, y que se crió con sus abuelos, decidió cambiar las baletas y la escuela de danza por las zapatillas y el traje de luces.
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Su madre fue quien peor la pasó, pero pareció ver recompensado su sufrimiento aquella noche del verano de 2011, cuando, en la habitación del hotel, abrazó a su hija que había salido a hombros por la puerta grande de Madrid, vestida con un traje azul celeste y oro, el mismo color del traje de César Rincón el 18 de mayo de 2005, cuando el colombiano salió por última vez en su carrera a hombros en la plaza de Las Ventas.
No sería la única coincidencia. Porque si antes de su primer triunfo en Madrid, César Rincón tuvo que superar una cornada que tenía todo para ser mortal, la que sufrió en Palmira en 1990, Conchi Ríos actuó en Las Ventas, la noche de su triunfo, con los puntos frescos por la gravísima cornada que había sufrido 13 días antes en una plaza portátil en Francia. Como a Rincón, la cornada le comprometió la safena y la femoral, y también la tuvo al borde de la muerte.
En el año 2016, la BBC de Londrés incluyó a Conchi dentro de las 100 mujeres más influyentes del mundo, siendo la única española de esa lista. Una auténtica hazaña que quizás el mundo del toro no quiso reconocerle. Hoy, a sus 30 años, como el aniversario que cumplió César Rincón este 21 de mayo, la torera murciana espera una oportunidad para vestir el traje de luces.
Desde que tomó la alternativa en Cehegín (Murcia), el 9 de junio de 2016, de manos de Manuel Díaz ‘El Cordobés’, y cuando cumplió su sueño de brindarle un toro a su abuelo, Conchi apenas ha toreado cinco corridas, dos en España, una en Portugal, y la última, en julio de 2018, y muy lejos de su tierra, en la plaza de Cutervo, en Perú. Los empresarios de la plaza de Madrid, donde triunfó hace 10 años, no le responden el teléfono.
Mientras llega un nuevo contrato, Conchi Ríos enseña la fiesta en sus redes sociales. Su canal de Twitch, (https://m.twitch.tv/conchi_rios/profile) en muy pocos días, lleva más de 3.000 seguidores, y eso que estuvo suspendido una semana por la foto que publicó de las cicatrices de una de sus cornadas.