orden público
Los aterradores audios de la tenebrosa banda de los Caicedo en Medellín: “plata o plomo”
SEMANA obtuvo en exclusiva audios e imágenes del seguimiento a alias Fox, cabecilla de esta estructura que sembraba el terror con sicariato, extorsiones, secuestro y desplazamiento en la capital paisa.
Le meten unas patadas en esas costillas que no se pueda ni parar, no le peguen en la cara para que no se vean los golpes, péguenle en el cuerpo”, es una de las miedosas órdenes que les da Andrés Orrego, alias Fox, a sus hombres para que hicieran justicia por mano propia contra una persona que se negó a pagar una extorsión en su zona.
En Medellín, en comunas como la 9 (Buenos Aires), siguen funcionando estructuras de crimen organizado que se resisten a desaparecer y buscan ocupar el espacio que dejó el temido Pablo Escobar y su ejército de sicarios.
Allí continúan operando organizaciones como los Pachelly, los Triana, los Mesa y los Caicedo, de la cual Fox es el cabecilla. Su origen se remonta a unos 16 años atrás, cuando nació como un brazo extendido del denominado colegiado de la Oficina, grupo que se encarga de ofrecer distintos ‘servicios’ delincuenciales como sicariato, narcotráfico y tráfico de armas.
Los Caicedo funcionaron durante muchos años bajo la sombra de Juan Carlos Mesa, alias Tom, quien, como se recordará, fue capturado en una fiesta de cumpleaños que estaba celebrando con el ya fallecido alias Popeye, matón de Pablo Escobar. Con la captura de Tom, los Caicedo quedaron huérfanos de patrón y sus jefes comenzaron a variar, el último de ellos es Andrés Orrego, quien nació en el barrio Pablo Escobar y quien, según las autoridades, quería seguir los pasos del extinto mafioso.
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Fox, al parecer, ha leído muy bien sobre los inicios de Escobar y por eso habría copiado varias de sus estrategias. De acuerdo con la Policía Antinarcóticos, Fox se mostraba ante la sociedad como un líder social, que alquilaba juegos lúdicos para los niños de su barrio, se ‘preocupaba’ por los problemas de la gente de su entorno, tanto así que el pasado 31 de octubre había contratado inflables para que los niños de la comuna se divirtieran.
Pero detrás de esta fachada de hombre de comunidad, de líder, dicen los investigadores de la Policía Antinarcóticos, funcionaba toda una tenebrosa empresa de crimen organizado.
Interceptaciones
SEMANA obtuvo en exclusiva varias interceptaciones telefónicas que le sirvieron a la Fiscalía para llevar ante la justicia a Fox, dejando en evidencia que era un sujeto violento y muy peligroso.
En uno de los audios se escucha a Fox hablando con otro delincuente que había traspasado las denominadas fronteras invisibles de las comunas de Medellín y se había metido en su territorio. Fox le hace advertencias que generan terror. “La solución, cuando uno comete un error, ¿qué tiene que hacer? Plata o bala”, sentencia Fox a su interlocutor.
En otro audio le dice al mismo sujeto: “¿Qué hacés, gonorrea, qué te pasa, me estás viendo la cara de güevón o qué? (…) ya le dije cuánto le iba a cobrar, que son 20 palos (millones de pesos) o me entrega el carro suyo”.En otra interceptación conocida por SEMANA,
Fox habla, al parecer, con su jefe de sicarios para que arremetan supuestamente en contra de una persona que se negó a pagar una extorsión.“Vaya con ‘Kalima’, que le tiene muchas ganas a ese marica, y llame a ‘Pasto’, que usted sabe que Pasto tiene mucha fuerza y lo cogen, lo tiran para un ladito y le meten unas patadas en esas costillas para que no se pueda ni parar, no le peguen en la cara para que no se vean los golpes”, ordena Fox.
También le dice presuntamente a su sicario que deben hacer eso para no quedar como blanditos en la zona. “Péguenle duro, ¿o vamos a quedar como locas en el barrio?, locas no somos, vamos a darle duro a esa gonorrea para que la gente crea”.
Negocio criminal
De acuerdo con la investigación, Fox mandaba la parada en el barrio Buenos Aires de Medellín, ubicado en la comuna 9, en donde tenía montado todo un outsourcing criminal, es decir, toda una multiplicidad de negocios ilegales de la que obtenía millonarios recursos mensuales.De acuerdo con el expediente al que tuvo acceso SEMANA, Fox y su gente se dedicaban presuntamente al cobro de extorsiones a comerciantes, transportadores, sicariato, microtráfico, desplazamiento forzado, secuestro, entre otros.
A los habitantes de su zona les cobraba ‘impuestos’ por servicios de seguridad y cada familia le tenía que pagar, además, por los servicios públicos que recibían (agua, internet, luz, etcétera), de lo contrario asumían las consecuencias.
Fox no vivía en su zona de injerencia, se había trasladado a las afueras de Medellín, desde donde supuestamente coordinaba todos los movimientos criminales. SEMANA tuvo acceso a los seguimientos que le hicieron los investigadores que recopilaron las pruebas en su contra.
En los movimientos, se alcanzó a documentar que su estructura recibía al mes cerca de 400 millones de pesos, producto del outsourcing delictivo. Otra de las actividades ilegales que ejercía Fox, de acuerdo con la investigación, consistía en ocupar terrenos que estaban a cargo de la administración de Medellín, tierras que luego eran vendidas a incautos compradores a precios que oscilaban entre 12 y 17 millones de pesos.
El intocable
Uno de los investigadores del caso le contó a SEMANA que Fox se había ganado el respeto entre otras organizaciones criminales por su despiadada manera de cobrar ‘deudas’ a quienes lo traicionaban.
Dijo que este delincuente “tenía a varios informantes que le alertaban sobre movimientos de personas o vehículos sospechosos por la comuna. Recibía, vía chat de celular, fotos de los desconocidos e inmediatamente ordenaba acciones que podían ser ataque con arma de fuego, hasta intimidar con granadas de fragmentación”.
Incluso en uno de los audios que obtuvo SEMANA, Fox le advierte a la persona con la que está hablando que él también tiene informantes en el sector: “Como usted tiene sus informantes, yo tengo los míos, que me dicen que ustedes me tienen (inaudible) ahí; entonces qué hacés, gonorrea; qué es lo que te pasa, güevón. Respetame, hermano”.
Dentro de los distintos modos de delinquir que descubrieron las autoridades para los Caicedo, se encuentra que algunos de sus integrantes se encargaban de movilizar los alucinógenos y ocultar las armas que usaban para enfrentar a otras organizaciones, es así que durante las pesquisas de allanamientos y captura se encontraron armas de fuego, granadas de fragmentación y drogas listas para su distribución como cocaína y marihuana.
“Este era el encargado de homicidios selectivos, secuestros, extorsiones, ajuste de cuentas y ocupación ilegal de tierras”, dijo la Policía Antinarcóticos al indicar que el proceso investigativo duró dos años, y después de las pruebas presentadas al juez del caso este decidió imponer medida de aseguramiento contra los 12 integrantes que fueron capturados. Alias Fox y sus hombres tendrán ahora que enfrentar el proceso judicial desde la cárcel, a donde fueron enviados por los delitos de concierto para delinquir agravado con fines de extorsión, tráfico de estupefacientes y homicidio.
Por último, los investigadores no descartaron que venga otra fase en el caso de los Caicedo, en el que el nuevo capítulo serían los bienes de la estructura, pues los investigadores aseguran que Fox era derrochón de dinero y tendría al menos siete apartamentos, entre otras propiedades.