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Los “aviones” de la coca descubiertos en Colombia por la Interpol
SEMANA obtuvo detalles exclusivos de una operación en la que al menos una decena de colombianos profesionales en temas aeronáuticos, químicos y comerciales pusieron su perspicacia e ingenio al servicio de grupos criminales. Eran buscados en 194 países y fueron las autoridades colombianas las que los capturaron.
Hay vuelos privados que constantemente salen del país, en aeronaves confortables y estéticamente bien acicaladas, algunas como si estuvieran nuevas, con pintura intacta. Lo que identificaron las autoridades de al menos cuatro países (Colombia, España, Brasil y Estados Unidos) es que las organizaciones de narcotraficantes ya no solo sacan la mercancía en grandes cargamentos, sino que la camuflan en pintura a base de coca, la misma con la que tiñen una y otra vez la superficie de aviones o contenedores que mueven con libertad atravesando fronteras.
En Brasil hay una organización de narcotraficantes conocida como el Clan Rocha, que tenía como principal aliado a un piloto colombiano, Rubén Lizcano. Sobrevolar la Amazonia era su principal tarea, pues por allí traficaba la coca que se produce en Colombia y Bolivia. Tras varios meses de seguimiento, el Departamento de Policía Federal de Brasil identificó que el Clan Rocha recluta pilotos y mecánicos de aeronaves para que adulteraran las mismas con el fin de ampliar la autonomía de vuelo.
‘El Piloto’ era línea directa con el mandamás de la organización, Luis Carlos da Rocha, más conocido como ‘Cabeza Blanca’, capturado en Brasil en 2017. Ellos no solo reutilizan la documentación de otras aeronaves y falsifican planes de vuelo, sino que alteran mediante cambios irregulares la pintura de estas.
Expertos químicos de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín Colombia) le explicaron a SEMANA que la coca es diluida con la pintura, dando la impresión de que la sustancia ilícita se convierte en líquida. En realidad, es un proceso que requiere fórmulas exactas que garanticen que una vez la pintura se seque sobre la superficie, se pueda retirar por trozos y volver a someterla a un proceso químico que permita recuperar la coca pura.
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Es algo similar a lo que sucede con un vaso de agua al que se le agregan cucharadas de sal, que a simple vista pareciera solo líquido, pero que si se evapora vuelve a quedar el mineral puro.
Son pocos los que conocen las fórmulas, algunos de los que las crearon son químicos titulados y otros empíricos. No hay que negar que son personas que se destacan por su aparente inteligencia. “Si fueran tan brillantes no utilizarían su talento al servicio de las organizaciones criminales porque sabrían que tarde o temprano caen y serán extraditados. Nunca terminan bien”, advirtió el general Fernando Murillo, director de la Dijín.
Fabio Zuleta, alias ‘El Químico’, es uno de esos “audaces” que fue detectado por las autoridades españolas y colombianas; él, al igual que ‘El Piloto’, tenía circular roja de la Interpol, es decir que era buscado en 194 países y finalmente fue ubicado el pasado 3 de abril, antes de cumplir sus 32 años, en el municipio de La Unión, Valle del Cauca, en la casa de su mamá.
Él pasó horas realizando tareas de latonería y pintura pareciera un trabajo arduo y no muy bien remunerado. Sin embargo, ‘El Químico’ ganaba alrededor de $300.000.000 mensuales fabricando pintura a base de coca. Su técnica estaba al servicio narcotraficantes que tienen centro de operaciones en España y que distribuyen los estupefacientes a Grecia y Bulgaria.
‘El Químico’ está relacionado con la misma organización por la que investigan al exfutbolista colombiano Edwin Congo, quien después de jugar en clubes españoles como Real Madrid, Valladolid y ser comentarista deportivo, terminó presuntamente involucrado con la red que trafica coca en contenedores de fruta exportadas de Colombia al Antiguo Continente.
El deportista fue dejado en libertad mientras está a la espera de juicio, pretendiendo demostrar que no tiene nada que ver con miembros de la organización, como ‘El Químico’, quien impregnaba con cocaína la pintura de los contenedores y cajas de cartón.
Según los investigadores, ‘El Químico’ viajaba frecuentemente a Soacha, donde tendría uno de sus laboratorios. Él no solo cobraba por realizar la mezcla, sino que recibió una remuneración adicional por ir a Europa a revertir la fórmula. Ese método no altera la calidad de la droga. Sin embargo, sí se disminuye la cantidad en un kilo aproximadamente, algo que ya contemplan los narcotraficantes en los costos de operación y lo cobran por derecha.
Este hombre no solo tiene la fórmula para que la cocaína sea pintura, también cartón. Ese tipo de camuflaje se logra con cualquier sustancia que tenga porosidad, según los expertos. Con esa metodología no trafican grandes cantidades, pero el riesgo de perder los cargamentos se minimiza, lo que hace que su costo se incremente.
Murillo señaló que, según los registros migratorios, ‘El Químico’ llegó de Madrid, España, el 7 marzo de 2020 donde habría estado desde el 21 de marzo de 2019. Esos movimientos los hizo con su documento real, pero en investigación está definir si también utilizaba documentación falsa. La Interpol lo detuvo en el marco de la operación Diamante, en la que también cayó ‘El Piloto’, quien se escondía en Pamplona, Norte de Santander, junto a ellos y otros ocho integrantes de organizaciones narcotraficantes que incluso están bajo la mira de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
Esta es una era en la que los narcos ya no son ostentosos, sino que se camuflan en estrato medio-alto, se muestran como profesionales, agricultores o pensionados. Aunque, en algún momento dejan un cabo suelto que capitalizan las autoridades en la lucha transnacional contra uno de los delitos más rentables del mundo, el narcotráfico.