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Los bacanales de Juan Guillermo Monsalve en La Picota
Fotografías, videos y documentos prueban sus excesos en prisión, desde donde manejaría millonarios negocios. ¿Quién es él realmente?
Juan Guillermo Monsalve, el principal testigo contra el expresidente Álvaro Uribe, tiene sorprendidos a los investigadores. A medida que avanzan las pesquisas en su contra, ha venido quedando al descubierto quién es el verdadero Monsalve: un hombre misterioso que por su testimonio ha gozado de la protección de las autoridades, pero que, a simple vista, ha abusado de su condición a tal punto que la casa fiscal en la cárcel La Picota, donde se encuentra, parece más el centro de operaciones del líder de una organización criminal que la celda de un condenado a 40 años de cárcel por secuestro extorsivo, porte ilegal de armas y concierto para delinquir. El lugar, además, se ha convertido en el epicentro de sus bacanales románticas y todo tipo de celebraciones.
En prisión, las imágenes revelan que Monsalve ha gozado de privilegios como pocos reclusos, y sus excesos son evidentes. Esto demuestra que tiene cómplices en la guardia. Monsalve tenía una obsesión por grabarse a sí mismo, en algunas ocasiones con sus familiares y muchas veces acompañado de mujeres. Por lo general, aparece con licor y escuchando música, en lo que parecen ser unas verdaderas bacanales en La Picota. En el centenar de imágenes y videos se ven los comportamientos del testigo en la celda, que no son propios de un condenado a 40 años de cárcel. Todo el registro está contenido en un computador portátil y siete sim cards que usaba para comunicarse. En varios audios se escucha a Monsalve contactando servicios sexuales. En uno de los episodios, planeó ingresar a su celda a una abogada venezolana.
Sobre los excesos, Monsalve ha logrado contener las sanciones con el argumento de que afronta problemas de seguridad. Sin embargo, es claro que nada tiene que ver el consumo de licor, el uso de elementos prohibidos, sus posibles negocios y las bacanales en la cárcel con las amenazas que pueda tener en contra. Por ejemplo, en enero de 2020, cuando le decomisaron el celular, el computador, siete sim cards y dinero en efectivo, en el área común de las casas fiscales había hasta videojuegos. A sus compañeros los trasladaron de inmediato como castigo, pero a él solo le cancelaron algunas visitas, y la Corte Suprema le mantuvo su sitio de reclusión.
Las fotos indican que ha logrado ingresar a la casa fiscal de La Picota muchas botellas de whisky y de tequila reposado. Al testigo le fueron halladas fotografías de inmuebles y vehículos, y se investiga si son de su propiedad, aunque estén a nombre de terceros.
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Estos archivos que permanecían ocultos evidencian quién es el verdadero Monsalve, cuyo testimonio puso preso al expresidente Álvaro Uribe durante dos meses y seis días por orden de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia. Su denuncia contra el exmandatario fue tomada durante casi dos horas por la magistrada Sandra Yepes en una polémica diligencia en La Picota, donde se escucharon risas de ella, e incluso llegó a “soplarle” una respuesta que el testigo no sabía y se mostró solidaria cuando Monsalve le contó que le reportó a “Don Iván” que estuvo a punto de ser trasladado a la cárcel de Valledupar. Ella exclamó: “No, allá es un infierno”.
SEMANA accedió en exclusiva a los archivos secretos de su computador y de su celular, que evidencian una vida de excesos en prisión y una faceta desconocida hasta ahora sobre las grandes sumas de dinero que al parecer maneja.
En el computador y el celular, igualmente, se encontraron fotografías y videos que muestran la intensa vida social de Monsalve en la cárcel. En diversas imágenes aparece en compañía de diferentes mujeres y en casi todas las escenas hay música y licores finos. La Fiscalía también ha podido establecer que Monsalve era un adicto al consumo de redes sociales, especialmente Facebook e Instagram, las cuales ha utilizado con distintas identidades. Monsalve ha llevado sus cuentas juiciosamente, y todo indica que, desde la cárcel, ha mantenido el control de sus negocios. Por ejemplo, tiene una base de datos con los nombres de los principales bancos del país y sus altos ejecutivos.