JUDICIALES
Los cabos sueltos en la investigación por el crimen del profesor en Cajicá
El cuerpo de Gamaniel Álvarez fue hallado dentro de una improvisada placa de cemento construida en la cocina de su vivienda.
“Esto es increíble”. De esta manera se refirió un investigador del CTI de la Fiscalía General después que se encontrara un cuerpo en avanzado estado de descomposición dentro de una improvisada placa de cemento en una vivienda ubicada en el barrio Puente Vargas en el municipio de Cajicá (Cundinamarca). El cuerpo correspondía, según la necropsia, a Gamaniel Enrique Álvarez García, un reconocido docente de la zona y cuyo paradero era un misterio desde el mes de octubre.
Los familiares y amigos del profesor de 43 años de edad utilizaron las redes sociales para denunciar la desaparición y pedir información por si alguien lo había visto o conocía de su paradero. En su denuncia ante la Policía del municipio de Cajicá aseguraban que lo último que supieron de él es que le había arrendado un cuarto de su vivienda a un extranjero.
Cuando llamaban a la casa de Gama, como le decían de cariño, un hombre impostaba la voz haciéndose pasar por él, evadiendo las respuestas y siendo cortante en las conversaciones. Esta situación alertó aún más a sus allegados. Pasaron los días y fue imposible volver a tener contacto con el docente de matemáticas o con la persona que estaba viviendo en la casa.
El pasado 26 de noviembre los agentes del CTI de la Fiscalía y la Policía adelantaron una inspección a la vivienda. Alertados por el fuerte olor que emanaba decidieron ubicar la fuente. Fue así como encontraron una placa de cemento que, por los datos proporcionados por una de la hermana del docente, no estaba ahí. Además, era evidente que había sido construida de afán y sin cuidado alguno.
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Tras romper la estructura que estaba ubicada debajo del mesón de la cocina encontraron un cuerpo sin vida. Cuatro días después, tras la práctica de una necropsia, se pudo establecer la plena identidad del docente. Para esto se tuvieron en cuenta los resultados de la carta dental, las huellas dactilares y la ropa que tenía puesta.
Las dos últimas pistas son clave en la investigación pues dejan entrever que el asesino actuó de afán puesto que no le quitó las prendas de vestir ni intentó eliminar las huellas dactilares con una sustancia química o deteriorándolas con cualquier elemento filoso como un cuchillo.
La carta dental fue determinante para lograr rápidamente la plena identificación de la víctima. Desde hace varios años esta es una pieza ha sido fundamental en las investigaciones forenses para lograr una mayor certeza a la hora de identificar un cuerpo. Debido a la dureza de los dientes y su conformación existe un menor riesgo que puedan ser borrados o alterados, hecho por el cual la carta dental se ha convertido en un método casi inefable y rápido para realizar la identificación.
Por la Ley 38 de 1993, todos los consultorios odontológicos y EPS deben remitir a las autoridades este documento en el que se establecen las modificaciones que se han realizado, las características de la dentadura y las intervenciones a las que se ha sometido. Todos estos datos están en el Sistema de Información Red de Desaparecidos y Cadáveres (Sirdec), al cual tienen acceso tanto la Fiscalía, la Policía, como Medicina Legal.
Los cabos sueltos del crimen
Los agentes que participaron en el operativo de allanamiento y hallazgo del cuerpo encontraron que en el patio de la casa estaban varios de los elementos que se utilizaron para construir el improvisado muro. Entre estos se encontraban varios bultos de cemento y herramientas de construcción.
Con esta información, y la que aporten los vecinos del sector, se podrá realizar la identificación del principal sospechoso: un ciudadano extranjero a quien el profesor de matemáticas le había arrendado la habitación. Los agentes buscan si existió algún tipo de contrato firmado para recaudar el documento de identidad del hasta ahora misterioso arrendatario o un contacto de alguien que lo conozca.
También se realiza una inspección a los videos de las cámaras de seguridad del sector para establecer si alguna de ellas grabó al hombre y los movimientos que realizó en días previos a la desaparición de Álvarez García.
Los investigadores hicieron una revisión minuciosa por la casa para evaluar si existen otro tipo de huellas digitales diferentes a las de la víctima, muestras de ADN que se puedan recuperar como cabello, uñas, entre otros, o documentos que hayan sido dejados en la vivienda para establecer así un patrón de identificación.
Varios amigos del docente se han pronunciado en redes sociales lamentando lo ocurrido y exigiendo justicia para capturar al o los implicados en su asesinato. Por el momento los familiares del docente, quien era oriundo del municipio de Ayapel (Córdoba), no se han manifestado sobre el crimen.