Nación
Los días en los que uno de los hermanos Rodríguez Orejuela vendía cuchillas de afeitar en la cárcel
Miguel y Gilberto fueron los jefes del temido cartel de Cali, que sembró terror en Colombia tras su enfrentamiento con Pablo Escobar.
Con la muerte de Gilberto Rodríguez Orejuela, el jefe del cartel de Cali, comienzan a aparecer un sin número de anécdotas, contadas por personas que de una u otra manera tuvieron algún contacto con él o con su hermano Miguel, aún retenido en un penal de Estados Unidos.
Como es el caso del exfiscal general de la nación, Guillermo Mendoza Diago, quien para el año 2000, fue el encargado de dirigir esa entidad y quien logró que la justicia condenara a Miguel, el hermano de Gilberto, por el delito de cohecho.
El proceso era simple, el Cartel de Cali, había contactado a un magistrado para que convenciera a un juez que torciera un proceso judicial a favor de los hermanos Orejuela.
Durante las diligencias judiciales, a las que tuvo que asistir Mendoza Diago en la cárcel La Picota, cuenta, como anécdota, el trabajo que estaba cumpliendo Miguel dentro de la prisión para conseguir que le rebajaran la condena por buena conducta.
“Cuando ya nosotros nos fuimos a juicio, Miguel dijo que no podía salir del pabellón de máxima seguridad porque estaba amenazado de muerte, pero que él quería hablar, quería intervenir, en esa época no se hacían audiencias virtuales, entonces el juez del caso decidió que nosotros nos trasladáramos a la cárcel para escucharlo”.
Agregó que “él (Miguel Rodríguez) estaba atendiendo un caspete (tienda dentro de la cárcel), en donde vendía cuchillas de afeitar y otros productos dentro de la cárcel, un día nos brindó gaseosa”. Al final del proceso, contó Mendoza Diago, Miguel fue condenado por este caso por el delito de cohecho, lo que sirvió para mantenerlo en prisión.
En las últimas horas se conoció que Gilberto Rodríguez Orejuela, el máximo jefe del Cartel de Cali, murió en una cárcel de Estados Unidos, donde se encontraba cumpliendo una condena de 30 años de prisión por delitos de narcotráfico.
El Ajedrecista, como se le conocía a Gilberto, tenía varios problemas de salud, que ayudaron para que su aspecto físico se deteriorara de una manera significativa.
Guerra a muerte
A los hermanos Rodríguez Orejuela se les atribuye la guerra a muerte contra Pablo Escobar, que dejó miles de muertos y heridos, tras romper los pactos de no agresión entre el Cartel de Medellín y el Cartel de Cali. Su distanciamiento se produjo en el momento en el que los de Antioquia decidieron asesinar al entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla.
Los dos carteles se sumergieron en una guerra sin límites, dejando una estela de horror y muerte en el país. Acudieron a métodos sin precedentes en Colombia, como la utilización de carros bomba para atacarse los unos a los otros.
Para poder contener a los carteles, el Gobierno colombiano creó el famoso Bloque de Búsqueda, que no era más que los mejores hombres de inteligencia y tácticas de la fuerza pública unidos, con el apoyo de Estados Unidos, para ubicar a los cabecillas.
Gilberto fue capturado hacia los años noventa en un lujoso escondite que tenía construido en Cali. Y como se recordará, Pablo Escobar murió en un operativo del Bloque de Búsqueda en Medellín. Estos dos carteles de narcotráfico fueron señaladas por las autoridades de Estados Unidos de poner en su país hasta entre el 80 y 90 % de la cocaína que se comercializaba en su territorio.
El Cartel de Cali, se fortaleció en la ciudad de Nueva York, en donde se consideró que de cinco gramos de cocaína que se vendían, cuatro eran de procedencia colombiana.
Los carteles de Cali y Medellín habían acordado respetarse los socios, rutas, laboratorios y clientes. Ninguno se metía en los terrenos del otro, sin embargo, todo eso se rompió con el enfrentamiento que se dio entre los poderosos mafiosos.
Al cartel de Cali incluso se le señala de haber entregado información importante que llevó a la muerte de Pablo Escobar, máximo jefe del Cartel de Medellín.