INVIERNO

Los diez más críticos

Esta ha sido la peor temporada de La Niña en la historia del país. SEMANA presenta los datos más impactantes que hasta ahora ha dejado a su paso este fenómeno climático. Y lo peor es que los pronósticos indican que las lluvias irán hasta junio.

1 de mayo de 2011
La Universidad de la Sabana, bajo el agua.

 Cúcuta invivible

Los cucuteños no aguantaron más, quemaron los recibos del agua y organizaron marchas y bloqueos para protestar por la falta de agua potable. En algunas zonas de la ciudad llevan dos semanas sin servicio, y a pesar de que la empresa Aguas Kapital envió 27 carrotanques, no ha sido suficiente. La empresa ha tenido problemas con una de sus plantas de tratamiento, que es indispensable ahora cuando el agua está demasiado turbia por culpa del invierno. Mientras se soluciona el problema, la Alcaldía ordenó suspender clases en los colegios, y las universidades adoptaron la misma medida.
Por otro lado, las vías que comunican a la ciudad con el resto del país están taponadas, lo que dificulta también el abastecimiento de alimentos. La única esperanza para los nortesantandereanos es que el gobierno logre algún acuerdo con Venezuela para que suministre agua potable y alimentos.

Peor que el Dique

Hace unos meses, el país se aterró por las inundaciones de municipios en Atlántico y Bolívar cuando se rompió el Canal del Dique. Ahora, una vista panorámica de la cuenca del río Magdalena entre Barrancabermeja y La Gamarra ofrece un retrato desolador. Funcionarios del gobierno incluso se atreven a afirmar que estas inundaciones podrían ser peores que las del Canal del Dique. El Magdalena ha alcanzado sus máximos niveles históricos en el último año. Puerto Wilches está en una grave situación, pues no tiene luz, y van a evacuar a todo el pueblo. En Cantagallo, donde el 90 por ciento del casco urbano se inundó, más de cuatro mil personas abandonaron el pueblo, incluido su alcalde, a quien no han visto en los últimos días y la Procuraduría lo está buscando para que ponga la cara. En el municipio todavía permanecen cerca de dos mil personas que no están dispuestas a abandonar sus terrenos.

Universidad en veremos

El agua inundó el 90 por ciento de los predios de la Universidad de la Sabana, incluido el edificio inteligente que el claustro estaba por inaugurar en estos días, que costó más de 17.000 millones de pesos. Sus 6.500 estudiantes deberán terminar el semestre en salones que distintos colegios y universidades de Bogotá les han prestado. Lo que no se sabe es si el próximo semestre podrá empezar a tiempo, pues la Universidad cree que se demorará mínimo dos meses en readecuar sus instalaciones. Y la mayor preocupación está en el impacto que lo ocurrido pueda tener sobre las inscripciones de nuevos estudiantes.

Cien mil vacas en riesgo

Uno de los principales centros de producción lechera del país está en jaque. Se trata de los valles de Ubaté y Chiquinquirá, donde hay por lo menos 6.059 predios afectados y cerca de 98.000 animales en peligro por el desbordamiento de la laguna de Fúquene. También se registran pérdidas en la zona de Tunja, Paipa y Sogamoso. Los ganaderos hicieron un llamado de emergencia para que el gobierno los ayude a sacar los bovinos de esta zona, la cual produce casi 500.000 litros de leche a diario. El presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, lamentó que algunos productores estén vendiendo los animales a precio muy bajo, para sacrificio.

El lago eterno

La emergencia en La Mojana comenzó desde abril del año pasado, cuando se declaró zona de calamidad pública, y en la región del Canal del Dique fue tanta el agua que entró –2.200 millones de metros cúbicos– que aún falta por drenar 150 millones de metros cúbicos. La Defensoría del Pueblo alertó que a pesar de que las lluvias en esa zona no han sido tan fuertes en esta nueva oleada invernal, en muchos municipios no se han hecho las obras correspondientes para reforzar los jarillones o construir muros de contención que impidan el desbordamiento de los ríos que inundaron la zona a finales de noviembre de 2010. La Defensoría encontró que en varios municipios de Córdoba y Sucre no se han podido hacer las obras porque el suelo todavía está inundado en algunas partes o ha habido problemas administrativos con la contratación.

En vías de extinción

El gobierno está estudiando la reubicación definitiva de siete municipios, entre los que estarían Gramalote y Útica, si las comunidades lo aceptan. Pero teniendo en cuenta lo que les sucedió a estas dos poblaciones, no tienen más opciones.

En Útica, Cundinamarca, la avalancha de la Quebrada Negra dejó más de doscientas familias damnificadas y dos mil personas afectadas. El 95 por ciento del pueblo terminó inundado y quedó prácticamente incomunicado del resto del país por deslizamientos en las vías que conducen al municipio. Y a los más de seis mil habitantes de Gramalote, Norte de Santander, les tocó desalojar el pueblo por completo, pues la tierra no aguantó más y, a mediados de diciembre del año pasado, un alud sepultó varias casas y las vías que conducían hasta el pueblo se fueron cayendo a pedazos.

Colapso vial total

El tiempo que algunos viajeros gastaron durante la Semana Santa entre una ciudad y otra refleja el colapso total de las vías en Colombia. Entre Bogotá y Medellín algunos tardaron 21 horas, mientras que viajando de Bogotá a Cúcuta tardaron más de tres días. En el último mes se han presentado 401 puntos de emergencia vial, lo que equivale al 58 por ciento del total de eventos que ocurrieron en todo 2010. Además, se cerraron totalmente 15 vías nacionales y 49 vías secundarias y terciarias. Hay cinco vías principales en Colombia que exigen urgente intervención, pero el invierno no da tregua. Ellas son, según la Cámara Colombiana de Infraestructura, Bogotá-Villavicencio, Bogotá-Bue-naventura, Bogotá-Costa Caribe, Bogotá-Manizales y Bucaramanga-Barrancabermeja.

Costo histórico del PIB

Si se suman los costos de los daños causados por el terremoto del Eje Cafetero en 2001 (1,86 por ciento), la avalancha en el Cauca por el río Páez en 1994 (0,18 por ciento), el desastre de Armero en 1985 (0,29 por ciento), el terremoto de Popayán en 1983 (0,45 por ciento) y el tsunami en la costa nariñense en 1979 (0,02 por ciento), se alcanza una cifra similar a lo que le cuesta al país, representado en su porcentaje del PIB, atender la emergencia invernal actual. Todos estos desastres juntos representan el 2,81 por ciento del PIB del país en su respectivo momento. La actual catástrofe invernal, según cálculos preliminares hechos por el gobierno, le está costando al país, hasta el momento, el 2,5 por ciento de su PIB.

Medellín sin casas

Al menos 1.200 casas han sufrido daños que las ponen en riesgo de colapsar en esta última temporada invernal, por lo que el Simpad (Sistema Municipal de Prevención y Atención de Desastres) recomendó su evacuación. Esta semana, la quebrada La Iguana se llevó siete casas y las 51 de la zona que quedaron en pie están a punto de caerse, y en el barrio Santo Domingo un alud sepultó otras cinco casas y 21 deben ser evacuadas. Si se suma la pasada temporada invernal con lo que ha llovido este año, en la ciudad han resultado afectadas 103.232 personas, 2.593 casas han sido destruidas y 18.401 han resultado averiadas.

Récord de la década

Desde hace diez años el gobierno viene midiendo la cantidad de hectáreas afectadas por desastres naturales año a año. Una revisión a las cifras demuestra que la última catástrofe invernal bate todos los récords.

En años anteriores se afectaron entre 19.000 y 30.000 hectáreas, con excepción de lo que ocurrió en 2005, cuando más de 93.000 hectáreas terminaron perjudicadas, y en 2008, cuando se registraron un poco más de 200.000 hectáreas afectadas.Pero en el último año, 1.234.000 hectáreas han recibido el impacto de la ola invernal en Colombia.