NACIÓN

¿Por qué en dos municipios de La Guajira fue en donde menos votos hubo por la consulta anticorrupción?

En el departamento que menos votó en esa jornada electoral, Uribia y Manaure resultaron los más abstencionistas de todo el país. Hay causas culturales que no se han mencionado para explicarlo.

31 de agosto de 2018
| Foto: SEMANA

En la pasada consulta anticorrupción, Uribia y Manaure encabezaron el top de los municipios más abstencionistas del país, con 95%. Ambos quedan en La Guajira, el departamento en que menos participación hubo, con apenas 12,81%.
El área de ambos poblados constituye casi la mitad norte de la península, extensos territorios desérticos -en su mayor parte- y habitados por la etnia wayuu más que todo. Los cascos urbanos son ocupados también por afrodescendientes que conviven con desplazados por la violencia y, ahora, refugiados venezolanos. 
Pese a esas particularidades y guardando las proporciones, las causas que en general llevaron a los habitantes de estos remotos sitios a no manifestar su voto sirven como parábola de qué ocurrió en el resto del Caribe.
En Uribia y Manaure  (95,88% y 95,79% de abstención, respectivamente) gran parte del fenómeno se debe a razones culturales. La mayor parte de su población es wayuu, la comunidad indígena más grande del país, que no participó en los comicios, en principio, porque nadie se tomó el trabajo de explicarles lo que representaba la consulta y es posible que ni siquiera se hayan enterado de ella: en gran parte de la zona ni siquiera entra la televisión nacional. Ello sin destacar los terribles problemas de mortandad infantil, falta de acceso a agua tratada y electricidad, irregularidades con los dineros de la salud, la educación o la alimentación escolar, entre otros, que los han victimizado por décadas y que les producen desconfianza frente al Estado.
Además, de haberse dado esa pedagogía, había que hacerla de la manera adecuada: hay que celebrar una reunión en la que hay que llevarles mercados -como en una visita -, mientras que los indígenas sacrifican algún animal y así preparar de comer. En la votación, por cuenta de las enormes distancias a recorrer en medio del desierto, con desplazamiento que pueden durar 10 horas, también hay que ponerles el transporte.
Los promotores de la consulta han explicado que no contaban con recursos para hacer campaña, debido a que la ley no permite la financiación oficial de estos mecanismos de participación, por lo cual llegar hasta estas comunidades remotas era impensable.
Molestia Caribe
Estas razones contrastan con la apatía o la supuesta tolerancia a la corrupción que se han esgrimido como causas para la abstención en la costa. El senador Gustavo Petro, manifestó que “el problema estuvo en la Costa Caribe. El feudalismo y la compra de votos la ha absorbido tanto que no reacciona cuando no hay dinero en las urnas” lo que generó un gran malestar de los costeños.
En su editorial, el diario El Heraldo le contestó que “es curioso ver cómo la costa forma parte esencial de muchas estrategias electorales y, al mismo tiempo es blanco de los más afrentosos estereotipos, sobre todo cuando no satisface las expectativas”.
Sin embargo, como lo advierten expertos consultados por SEMANA, el que se den prácticas electorales irregulares en La Guajira y el resto del Caribe, como el clientelismo y la compra de votos, no puede dar lugar para estigmatizar a toda la población.
Para iniciar, la consulta anticorrupción fue el cuarto llamado a elecciones en 2018, tras las legislativas y las dos vueltas presidenciales, lo que cansa al votante, sumado a que no hubo beneficios como el medio día de descanso o los descuentos que se ofrecen con el certificado electoral, que en esta ocasión no se expidió.
Para el profesor Luis Fernando Trejos, director del centro de pensamiento UNCaribe de la Universidad del Norte, debe entenderse es que esta era una consulta atípica, a diferencia de lo que ocurrió en la primera y segunda vuelta electorales que tuvieron amplios y repetidos debates así como publicidad. 
“Nada de eso se presentó en esta votación realmente. Tal vez en Bogotá la jornada se vio mucho más amena de lo que se percibió en el Caribe y así fue el impacto en la ciudadania”, destacó el académico, que también advirtió que la clase política local poco se movió.
Precisamente, el analista político y periodista Óscar Montes hizo hincapié en que las caras visibles de quienes promovieron la consulta eran bogotanas y de la capital del país viene su electorado, por lo que faltó más campaña en una región que, por demás, es proclive a la abstención.

“El llamado a hacer esa campaña en La Guajira y los departamentos de la Costa, así como lo hizo en las presidenciales, era el costeño Petro”, expuso, a la vez que señaló como gran responsable de la baja votación a al falta de pedagogía.

Lo cierto es que, sin negar la problemática de corrupción que se vive en la región, y que en muchas veces atenta contra la viabilidad de los entes territoriales, la escasa acogida de la consulta no tiene que ver con que haya más o menos permisividad, sino con fallas en la comunicación. Acaso, ¿quien puede afirmar que la gran mayoría de costeños no comparten la lucha contra la corrupción?