| Foto: Archivo particular

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Cinco errores de los hermanos Uribe Noguera, según la Fiscalía

Este jueves arranca el juicio contra Francisco y Catalina, hermanos de Rafael Uribe Noguera. Del escrito de acusación se desprenden los actos que configuran los delitos que se les imputa. Su defensa se basará en el derecho a no auto incriminarse.

23 de junio de 2017

Tras la pronta y contundente condena contra el arquitecto Rafael Uribe Noguera –51 años y ocho meses de cárcel– por la violación y el crimen de la menor Yuliana Samboní quedó pendiente que sus hermanos Francisco y Catalina aclaren su situación ante la justicia. Eso empezará a despejarse el próximo jueves. Ese día arranca la primera audiencia del juicio contra ambos.

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Para la Fiscalía, la pareja de hermanos debe responder porque el día de los hechos habrían torpedeado la investigación y, posteriormente, de forma consciente y deliberada, destruyeron evidencia crucial para el caso. Esa es en breve la síntesis del escrito de acusación con que la Fiscalía buscará que se les condene por dos delitos.

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Como se recuerda, el 4 de diciembre desapareció hacia las nueve de la mañana de un humilde barrio al nororiente de Bogotá la menor que fue raptada por Rafael Uribe Noguera. Este la llevó a un apartamento de su propiedad, donde abusó sexualmente de ella y la asesinó. Aquella mañana, agentes del Gaula iniciaron la búsqueda urgente de la niña una hora después de que se reportara su desaparición, pero solo hasta las siete la hallaron: el cadáver de la niña estaba oculto bajo el yacusi, en la terraza del apartamento.

Aunque Francisco y Catalina tenían presente que en ese apartamento podría estar oculto Rafael, no le informaron del lugar a los agentes del Gaula sino que resolvieron actuar por su lado. ¿Qué hicieron y en qué se basa la Fiscalía para acusarlos? Del escrito de acusación se desprenden siete actos cometidos por los hermanos Francisco y Catalina que obligan a responder ante un estrado judicial.

1. Nunca hablaron del segundo apartamento 

La Fiscalía le reprocha a los hermanos el que no hayan mencionado el apartamento de Rafael en el edificio Equus 66, justamente donde a la postre apareció el cadáver. Pasadas las tres de la tarde, cuando Francisco fue informado por el Gaula que una niña había sido secuestrada en una camioneta con matrículas a nombre de la familia, este, tras varias evasivas contó que el vehículo lo tenía su hermano Rafael. Y guío a los agentes hasta el domicilio del arquitecto. Pero allí no encontraron nada. Tras la búsqueda fallida Catalina y Francisco, por su lado y sin dar aviso a las autoridades, acudieron al segundo apartamento de Rafael.

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Su defensa: los hermanos han explicado que no tenían presente el segundo apartamento pues este estaba deshabitado y desocupado desde hace meses por lo que no imaginaban que allí pudiera estar Rafael, hasta que se les ocurrió ir a descartarlo.

2. Buscaron y hallaron a Rafael sin la Policía

La acusación contra Francisco y Catalina sostiene que ella llegó al edificio Equss 66 a las 3:40 pm “tomó el ascensor hasta el sexto piso y se dirigió al apto 603”. Sin embargo, no pudo entrar sino hasta que Francisco llegó, diez minutos más tarde: “Ingresó por la portería y descendió al sótano por las escaleras, encontrando allí la camioneta estacionada con la puerta sin seguro, y al abrirla observó el zapato blanco de talla infantil en su interior”. Para las autoridades, Francisco debió haber dado cuenta de ese hallazgo de inmediato. No lo hizo, sino que optó por ingresar por la terraza al apartamento y una vez allí dentro abrió la puerta principal para que Catalina también entrara.

“Los tres hermanos permanecieron reunidos en el apartamento aproximadamente desde las 4 pm hasta pasadas las 5:30 pm, lapso durante el cual se registró actividad telefónica intensa y constante por parte del señor Francisco Uribe Noguera”, sostiene la Fiscalía. ¿Qué ocurrió exactamente durante cerca de hora y media en que los tres hermanos estuvieron reunidos en el lugar de los hechos? Es una de las preguntas clave del caso.

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Su defensa: en sus declaraciones los hermanos han dicho que nunca tuvieron certeza de que Rafael estuviera dentro del apartamento. Catalina contó que el vigilante negó la presencia del arquitecto y que este nunca atendió sus insistentes llamados a la puerta, sin embargo, el olor a cigarrillo le indicaba que podría estar adentro o había estado. Por su parte, Francisco explicó que tampoco estuvo seguro de que Rafael estuviera allí, al punto que para entrar debió poner en peligro su vida saltando muros para alcanzar la terraza por donde logró ingresar a la vivienda.

Y respecto al tiempo en que estuvieron reunidos los tres hermanos, Catalina y Francisco han dicho que no tuvieron control ni claridad de la situación pues Rafael estaba en shock, muy drogado y sin posibilidad de explicar nada. Así mismo, que nunca supieron que en el apartamento estaba oculto del cadáver de la víctima y desde su primera declaración dijeron que en medio de la situación extrema hicieron llamadas para consultar qué podía hacer. Específicamente dijeron que se comunicaron con el penalista Juan David Riveros para consultar a dónde podía llevar a Rafael.

3. El camino a la clínica Moserrat

Pasadas las 5:30 pm Catalina, Francisco y Rafael salieron del edificio Equus 66. Ella bajó al sótano y cerró con seguro la camioneta. Luego los tres caminaron un trayecto de varias calles en búsqueda de un taxi. Cuando hallaron uno le pidieron dirigirse al Instituto Colombiano del Sistema Nervioso Clínica Moserrat. En la calle 72 Catalina se bajó y ellos continuaron. En la acusación la Fiscalía asegura que luego de muchos intentos la Policía logró comunicarse con Francisco y “este contestó con evasivas indicando que aún no estaba con su hermano Rafael”. Sin embargo, en el expediente está documento que los hermanos llegaron a la clínica pasadas las seis de la tarde, pero solo hasta las 7:30 pm Francisco se comunicó con el agente del Gaula del caso para informarle que estaba llevando a su hermano al centro médico.

Al lugar llegaron los investigadores y tras una consulta con el penalista Riveros, Francisco les contó que su hermano le había confesado que había raptado a la niña y que en medio del forcejeo en al intentar acallarla en la camioneta la había ahogado causándole la muerte. Agregó que según Rafael el cuerpo de la menor estaba oculto en el jacuzzi del apartamento. Mientras que la Policía fue a verificar la versión Catalina se ocupó de trasladar a Rafael a la Clínica Vascular Navarra donde estuvo internado dos días.

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Su defensa: Sobre este punto Catalina y Francisco han dicho que los peritajes médicos demuestran que Rafael ciertamente estaba pasando por una urgencia médica producida por la droga consumida y que lo que hicieron fue atender la emergencia como mejor pudieron en medio de una situación extrema y desconcertante. Por su parte, su abogado defensor, Pedro Aguilar, dice que el artículo 33 de la Constitución (Nadie podrá ser obligado a declarar contra sí mismo o contra su cónyuge, compañero permanente o parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil) ampara a toda la actuación de Catalina y Francisco, y elimina el falso sustento de la acusación de la Fiscalía.

4. Manipularon sus celulares destruyendo evidencia

Este es sin duda el punto que dará más controversia en el juicio. La Fiscalía señala que con posterioridad a los hechos Francisco y Catalina manipularon la información que contenía sus teléfonos celulares y que con dicha conducta “se destruyó evidencia clave para el caso. En la acusación se señala que alteraron los registros de las llamadas y las interacciones de mensajería instantánea “previas, concomitantes y posteriores” a los hechos cometidos por Rafael Uribe Noguera del 4 de diciembre de 2016. Para documentar este punto la Fiscalía contó con colaboración de la agencia oficial estadounidense ICE la cual inspeccionó los celulares que estos entregaron a la fiscalía el 14 de diciembre. Aunque dentro del escrito de acusación se relaciona que una de las piezas que se expondrá en el juicio es el informe aportado por la agencia ICE, no se aclara si los peritos gringos lograron recuperar la información eliminada o si únicamente certificarán la destrucción de esta.

Su defensa: Catalina y Francisco nunca han negado que eliminaron varias aplicaciones de los celulares. Dicen que lo hicieron porque cuando empezó a correr la noticia de que su hermano era el protagonista del abominable crimen de una niña de siete años, les llovieron amenazas y mensajes intimidantes. Incluso dicen que para protegerse hicieron lo mismo con varias cuentas en redes sociales.

5. El WhatsApp de Rafael

Lo que ocurrió con el celular de Rafael Uribe Noguera generará un debate particular para sus hermanos. La Fiscalía sostiene que dentro de los dispositivos alterados está el Iphone del hoy confeso criminal. Y señala a Catalina y Francisco de ello. Según el ente acusador, en el desarrollo de los hechos Francisco se hizo cargo del celular de su hermano y luego se lo hizo llegar a Catalina, quien estuvo junto a Rafael en la clínica, para que ella, con la clave de acceso, procediera a borrar la información. Con ello los hermanos “ayudaron a eludir la acción de la justicia a quien habría cometido un secuestro y un homicidio”.

Su defensa: los descargos en este punto serán los mismos: se anularon apps y redes sociales para evitar que continuaran llegando amenazas. En general sobre el cargo de destrucción de evidencia como del de obstrucción para favorecer una conducta delictiva, la defensa de Catalina y Francisco preparan una extensa argumentación sobre el derecho a no incriminarse ni incriminar a un pariente cercano que consagra la Constitución. La semana entrante cuando arranque la primera etapa del juicio se empezará a dilucidar quién tiene la razón.

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