POLÍTICA
Los escuetos comentarios de Íngrid Betancourt sobre Petro, Duque, Uribe y Santos
Con desparpajo dio sus conceptos sobre los cuatro líderes políticos del país, en un evento en la Universidad Externado. Así los describió.
Aunque confesó que las preguntas en las que la ponen a describir en pocas palabras a personajes de la vida nacional es algo que desde siempre le ha incomodado, Íngrid Betancourt, además de expresar una lluvia de frases y comentarios sobre la guerra, la paz, las víctimas, el dolor, el perdón y el momento político que vive Colombia, se le midió al reto de describir a cuatro nombres de la política nacional.
Sucedió en el conversatorio al que la invitó la Universidad Externado de Colombia. De cada uno de estos cuatro personajes: Gustavo Petro, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque, dio sus conceptos.
‘Gustavo Petro ya no es el mismo de 2018′
“He sido afín a él. En muchos debates nos encontramos en el Congreso. Él llega a la Cámara cuando yo estoy en el Senado. Admiro mucho su capacidad de investigación. Su capacidad de denuncia. Es un hombre muy valiente”.
“Me vine de Francia a apoyarlo a él en la segunda vuelta en 2018. Creo que el Gustavo Petro de hoy no es el mismo del 2018″, dijo.
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“Es decir, con tal de llegar al poder, todo es válido. Se envían mensajes contradictorios. Se reciben personas que le han hecho mucho daño al país, con las cuales, supuestamente, va a entrar a gobernar, y para mi eso es un problema”.
“Lo que yo quiero es que llegue gente a gobernar a Colombia que no esté comprometida con lo que veo y creo que es el saqueo organizado y sistemático del país, a beneficio de unos grandes ricos, y la puesta a disposición del Estado a unos círculos restringidos de poder”.
“Cambiar esos círculos restringidos de unos nombres a otros nombres es exactamente lo que yo creo que tenemos que evitar”, apuntó.
“Entonces, en relación con Gustavo (Petro), tengo preocupación, porque siento que en él hay mucho de bueno, pero el poder y el ansia de poder es algo en lo que hay que tener mucho cuidado”.
Iván Duque, su enemigo es el ego
“De pronto decir que es amable... Creo que tiene buenas intensiones, pero hay dos cosas con él. Primero, la gente que lo rodea no está a la altura de los desafíos del país. Es como un club de amigos y Colombia se merece más que eso. Ahí tenemos que entrar a reflexionar mucho sobre cómo lograr que en Colombia la gente que llegue a los ministerios lo haga de una manera diferente”.
“Estamos todavía en el mundo del clientelismo que le cierra el acceso a las mejores mentes, simplemente porque no son amigos de...”. “Me parece que Iván Duque entra dentro de ese esquema relacional muy pernicioso para Colombia”.
“El tema de la juventud es otro sobre el cual hay que reflexionar. No quiere decir que la juventud no tenga la posibilidad de entrar a gobernar desde lo alto. Al contrario. Hay gente joven que ha gobernado muy bien y lo han hecho rodeándose con personas que han ayudado a que ese ímpetu y esa fuerza y ese imaginario y creatividad de la juventud se pueda poner al servicio de un país”.
“Pero la juventud tiene problemas para gobernar. El primero es la inseguridad. Cuando uno siente que le pueden criticar las decisiones que uno toma es posible que una muestra de inmadurez sea retar e ir más allá y tomar decisiones que buscan decir: ‘esto es lo que yo hago, esto es lo que quiero y aquí me quedo’. Eso le puede costar mucho a un país como Colombia”.
“Iván Duque, a pesar de las buenas intensiones, tiene un gran enemigo que es el ego”, destacó.
‘Juan Manuel Santos, lo admiro por la paz’
“Puede que no sea objetiva porque es una persona que yo quiero mucho. Fue mi jefe, vi cómo trabajaba. Me sacó de la selva, le debo mi vida y mi libertad y lo admiro por la paz que logró para Colombia... Lo quiero mucho... (Fue su jefe en el Ministerio de Comercio)”.
‘Álvaro Uribe, una oportunidad perdida’
“En su momento supo entender lo que necesitaba Colombia. Creo que fue el único. Cuando se da la campaña presidencial del 2002 todos estábamos tratando de reflexionar dentro del esquema de las negociaciones de paz del Caguán y queriendo que eso resultara siendo un éxito”.
“Estábamos fuera de la realidad. Ni las Farc querían la paz ni el Gobierno quería la paz, pero Álvaro Uribe si lo entendió y, a partir de allí, tuvo una acción muy sistemática de derrotar a las Farc militarmente. Eso es lo que permite después que se de el proceso de paz”.
“Ese Álvaro Uribe -que es el que me mantiene secuestrada, en el sentido de que él nunca quiere negociar-, debo decir que a pesar de eso siempre tuve una admiración por él, porque sentía que estaba haciendo lo que se necesitaba hacer”.
“Después hay una serie de hechos que lo desdibujan. Lo que más lo desdibuja -a mis ojos- es no haber entendido que era el momento de la paz y haberle puesto talanqueras a un proceso que es la pequeña luz al final del túnel, para que las futuras generaciones del país puedan construir algo diferente”...
“Para mi Uribe es una oportunidad perdida”, finalizó.