POLÍTICA
Los gestores regionales de la campaña de Petro están decepcionados: dicen que los abandonaron y que solo los quisieron por sus votos
Una carta de gestores logísticos, radicada ante la Presidencia, muestra la dura realidad de personas que acompañaron a Petro en campaña. Están golpeados moralmente y dicen que los territorios fueron olvidados.
Una de las claves de la victoria de Gustavo Petro en las elecciones fue la movilización de las organizaciones sociales. A pesar de que se invirtieron más de 41.000 millones de pesos en la campaña presidencial, que, entre otras cosas, incluyó el pago de vuelos privados para el candidato y su equipo más cercano, las bases del progresismo hicieron esfuerzos en las regiones para convencer a los votantes. Utilizaron vehículos propios, repartieron publicidad, hicieron pedagogía y explicaron la propuesta del mandatario. Algunos aportaron para las manifestaciones públicas en cada uno de los departamentos, vitales para mostrar al candidato como un líder con capacidad de convocatoria.
En ocasiones, varios reportaron amenazas de muerte por el ejercicio de campaña, atentados contra sedes y otros actos de violencia política. No obstante, los líderes petristas defendieron a su candidato, sumando votos cruciales para su estrecha victoria contra Rodolfo Hernández. A pesar de su trabajo, para muchos líderes la llegada de Petro al poder no ha significado un cambio. A varios no se les tiene en cuenta como enlaces regionales y a otros, que esperaban gobernar con el mandatario, no se les ha dado espacio como funcionarios o contratistas del Gobierno.
SEMANA conoció una carta que siete gestores logísticos de la campaña radicaron ante la Presidencia. En el texto, dirigido a Petro, piden una reunión para que recuerde la labor que hicieron durante la contienda electoral y que los integre a alguno de los equipos de su administración.
El documento, con fecha del 27 de noviembre de 2023, cuenta con tres párrafos y comienza con un “afectuoso saludo”. En primer lugar, explican la figura de gestor logístico, la cual fue designada directamente por Ricardo Roa, gerente de la campaña.
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“Señor presidente, en cada uno de los departamentos hubo un coordinador de su campaña liderando la causa del cambio. Fuimos designados por el señor gerente Ricardo Roa, quien nos llamó gestores logísticos, pero nuestro rol fue mucho más allá: nos convertimos en la cara visible del proceso para miles de ciudadanos”, se lee en el documento.
Entre ellos estuvieron Guillermo Alfonso Jaramillo, hoy ministro de Salud, en el centro del país; Carlos Ramón González, director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, como jefe en el oriente; Edward Libreros, en la Amazonia; la representante Gloria Arizabaleta, en el suroccidente, y Verónica Alcocer, en la costa Caribe.
Por debajo estaban eslabones mucho menos privilegiados, como coordinadores y gestores en los departamentos. Muchos, a diferencia de sus superiores, no tenían línea directa con el presidente. Una buena parte provenía del liderazgo social y el activismo, lo que pudo haberles restringido el acceso al Gobierno.
“Luego del triunfo, los abajo firmantes nos sentimos abandonados a nuestra suerte, señor presidente. De igual manera se sienten quienes hicieron parte de nuestros equipos en cada uno de los departamentos. Esto ha generado una profunda decepción que golpea la moral y que pone en riesgo el proyecto político del cambio”, dice la carta.
El centro de la misiva es pedirle al mandatario una reunión en la Casa de Nariño para que por fin se reconozca todo el trabajo de la campaña. Además, solicitaron ser invitados a formar parte del Gobierno, resaltando que por su llegada al poder ellos arriesgaron sus vidas.
“Señor presidente, le pedimos que usted nos atienda en un encuentro en la Casa de Nariño, como un gesto de reconocimiento a nuestro trabajo desinteresado y consagrado. Invítenos a hacer parte activa del que consideramos nuestro gobierno, por el que luchamos y arriesgamos hasta nuestras propias vidas”, concluye la carta.
La firmaron José Ricardo Solarte, del Putumayo; Nixon Robledo, del Chocó; Margarita Monroy, de La Guajira; Fernando García, de Caldas; Édgar Ortiz, de Arauca; Raimundo Tenorio, de Bolívar, y Cristian Mestra, de Urabá.
SEMANA habló con varios líderes de la campaña del presidente en las regiones y con dos de los firmantes de la misiva. Ellos mantienen su lealtad a Gustavo Petro, pero no negaron la decepción que fue ver cómo los olvidó después de haberle ayudado en las elecciones.
Uno de ellos contó que, a pesar de que hace casi tres semanas se radicó la carta, no ha habido respuesta. Mucho menos una reunión con el mandatario.
“Las personas que redactamos la carta fuimos los que gerenciamos la campaña en las regiones. Es un pedido de manera respetuosa y amistosa. Manejé la campaña, me amenazaron. Hacía colectas para financiar la publicidad, para garantizar mínimos en elecciones, como transporte y combustible. No es fácil hacer campaña aquí. Arriesgado, pero me siento bien por haberlo hecho”, dijo alguien que prefiere reservar su identidad con la esperanza de que el Gobierno reconozca su esfuerzo y lo integre al trabajo regional.
Lo que sí considera es que las regiones no van bien: “Por estar pendientes de las reformas, descuidaron a las regiones. No ha habido articulación con los líderes. (...) No hay una persona con la que se pueda interlocutar para hablar de los problemas territoriales”.Una líder que conversó con SEMANA no escondió su descontento con el Gobierno por el olvido de los líderes regionales.
“Sinceramente, digo que es un sinsabor enorme. En la pasada campaña regional perdimos mucha gente valiosa. Quienes salieron de la derecha para apostarle al cambio. Pusieron recursos propios, prestaron sus vehículos y organizaron la campaña con las uñas. Pasó un año y no pasó nada con ellos. Se regresaron a la derecha”, dijo la líder petrista, quien aún espera que el Gobierno la llame para adelantar cambios en su departamento.
“Conozco la carta. La gente se hace expectativas cuando apoya una causa que llega al poder. No estoy en el Gobierno, pero jamás he pedido un espacio. Me siento tranquilo. Si me llaman, no voy a decir que no. Sin embargo, hay personas que no pueden estar en Bogotá. A mí me queda fácil, pero otros no pueden expresarse si no es por una carta. Es mucho más difícil para ellos. Es frustrante”, dijo otro gestor de la campaña en conversación con este medio.
Todos coinciden en que para muchos es duro ver la forma en la que figuras que no pertenecen a las bases del petrismo llegan a posiciones de poder importantes en la Casa de Nariño. Mientras ellos, desde sus regiones y después de haber hecho grandes esfuerzos, siguen invisibilizados por un Gobierno que prometió darles representación.
En los chats de gestores regionales es claro ver el desconcierto de los líderes petristas, incluso los que a pesar de la situación se muestran fieles al mandatario.“Los que fuimos sus alfiles leales en su campaña, quienes entregamos todo por subirlo a la presidencia, no merecíamos ni siquiera una carta de agradecimiento. (...) No se nos tiene en cuenta sino para que votemos y continuemos una lucha inerte”, dijo un gestor.
Otra mujer hizo claro su descontento: “El tiempo pasa y lo que vemos es más de lo mismo”.
Sin el peso suficiente para que el mandatario les conteste la carta y con temor a que queden descalificados si hacen pública su decepción, los gestores que hicieron posible el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia se encuentran abandonados por la causa. Mientras tanto, la violencia se recrudece, la situación económica se agrava y los problemas sociales que esta administración prometió resolver continúan.