BOGOTÁ

Los gritos desesperados de una mujer en la calle despertaron a los vecinos de La Soledad en Bogotá

Quienes se levantaron vieron a un hombre intentando subir a la fuerza a una joven a una camioneta. La tenía sujetada del pelo.

17 de noviembre de 2021
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Inseguridad en Bogotá | Foto: AFP

Eran casi las 11 p. m. y en el barrio La Soledad, uno de los más tradicionales de Bogotá, las calles ya estaban solitarias. De repente, los vecinos empezaron a escuchar los gritos desesperados de una mujer. Rápido se levantaron y empezaron a salir y a asomarse por las rendijas de las ventanas.

La imagen con la que se encontraron quienes acudieron ante los llamados de auxilio fueron angustiantes. Una joven estaba siendo obligada a la fuerza a subiste a un vehículo. “Me despertaron unos gritos y resulta que a una pelada que iba caminado, la abordó una camioneta blanca y se bajó un tipo que la intentaba subir a la camioneta para llevársela, la agarró del cabello para obligarla a subir, y ella gritaba. Ahí fue cuando empezó a aparecer gente del barrio y el carro se fue”, dijo un vecino.

Todo el episodio duró más o menos veinte minutos. “Sí, qué miedo, esa pobre pelada no podía casi ni respirar, cuando se terminó todo del susto”.

La solidaridad del vecindario la salvó porque en la noche y las calles solitarias su destino quién sabe cuál habría sido. “Empezaron a gritar y pues como el carro arrancó, ayudaron a la pelada, que estaba bien, en medio de todo”, insistió una de las personas que pudo ver todo lo sucedido.

Cuando la mujer de un poco más de 20 años se sintió rodeada y acompañada por los vecinos supo que estaba a salvo. “Al principio gritaba asustada, como que no sabia qué hacer, miraba a todos lados, sacaba el celular y lo volvía a guardar, y repetía que había sido una camioneta blanca, que la habían halado del cabello, se veía muy asustada. Ya después más calmada contó todo lo que había pasado y llegó la Policía y ella entregó las placas de la camioneta”, relató uno de los testigos de La Soledad.

Hoy, todos en el barrio, atemorizados, se preguntaban quién o quiénes iban en la camioneta blanca. ¿Van a regresar? ¿Qué pasaría con la joven que iba a ser obligada a subirse al vehículo, mientras la tomaban del pelo?

Nadie quiere ir a la calle y, si lo hacen, es con miedo. Le piden a la Policía que la cuide y que cuide a sus jóvenes y mujeres especialmente. Horas antes había ocurrido un atraco en el mismo barrio, cuando hombres armados encañonaron a dos personas y les robaron el carro.

Los atracos y robos son ahora pan de cada día en esa zona de la capital, pero los vecinos necesitan que no los dejen solos.