JUDICIAL

“Los hombres maltratadores están enfermos pero de machismo”

La reconocida psiquiatra Lucrecia Ramírez Restrepo, esposa de Sergio Fajardo, habla del caso de violencia de pareja que indignó al país. Dice que la brutal golpiza de Camilo Sanclemente a su exnovia no se puede justificar en una enfermedad mental.

27 de septiembre de 2016
María Isabel Covaleda denunciará a su expareja Camilo Sanclemente por intento de feminicidio. | Foto: Carlos Julio Martínez

La denuncia pública que hizo la huilense María Isabel Covaleda sobre la brutal golpiza que su exnovio Camilo Sanclemente le propinó, porque no aceptó volver con él, impulsó a otras mujeres a confesar públicamente que también habían sido maltratadas por el mismo hombre. Además, puso al país a hablar de una problemática que se ha normalizado, ignorado y silenciado, aún cuando afecta a una de cada tres mujeres.

“Jamás pensé que un hombre fuera a ponerme la mano encima (…) Nadie supo lo que había pasado. No lo conté por vergüenza. Si yo soy una mujer berraca e inteligente, ¿cómo iba a justificar que volvía con un tipo que me pegó?", le dijo a Semana.com una de las exparejas de Sanclemente.

Su testimonio y el de María Isabel Covaleda, quien afirmó que Sanclemente “ejerce su poder de macho para que le tengas miedo, para destruir tu autoestima y someterte primero psicológica y luego físicamente”, despertaron la indignación en las redes sociales.

Le puede interesar: “Se creía dueño de mí, decidió que si no estaba con él, tenía que estar muerta”

En medio de la condena pública a Sanclemente, hubo quienes se preguntaron si su comportamiento respondía a un trastorno mental. Otros cuestionaron la “pasividad” de las víctimas frente al maltrato de este administrador de empresas de 32 años, conocido como el ‘Mago‘. 

Semana.com habló con una de mayores expertas del país en el tema en salud mental de las mujeres, para responder a esas dudas. Lucrecia Ramírez Restrepo, psiquiatra clínica y profesora de la Universidad Antioquia, dice para empezar que “muchos estudios demuestran que los maltratadores no están enfermos de nada. O sí, están enfermos de machismo y de miedo a las mujeres”.

Semana.com: Hace unos días alguien escribió en Twitter “¿Soy el único que piensa que Camilo Sanclemente no es el diablo que todos pintan sino que está enfermo?”. ¿Qué le respondería a ese tuitero?

Lucrecia Ramírez (L. R.): Ese es un argumento muy recurrente en el ámbito jurídico, pero muchos estudios han mostrado que en estos casos no hay una enfermedad mental sino una personalidad agresiva. Son hombres muy machistas, que tienen la idea de que las mujeres son ciudadanas de segunda clase, que son débiles y deben ser sumisas, que están para cuidarlos y que nunca serán tan inteligentes ni competentes como ellos. Y es muy frecuente que tengan en su entorno familiar una historia de violencia contra las mujeres.

Semana.com: ¿O sea que la violencia de pareja no puede ser vista como un fenómeno psiquiátrico?

L. R.: La violencia de pareja es un fenómeno sociocultural, no psiquiátrico. Aunque después las mujeres necesiten atención psiquiátrica para rehabilitarse y curarse, porque esto deja secuelas muy serias en la salud mental y física, esto no quiere decir que la violencia misma pueda explicarse por una enfermedad.

Semana.com: Una de las mujeres que denuncian haber sido golpeadas varias veces por Sanclemente dice que no entiende por qué le costó tanto salirse de esa relación. ¿Por qué cree usted que ella se quedó ahí?

L. R.: Hay un ciclo de violencia que explica esto. Durante mucho tiempo se mantuvo la idea de que los hombres maltratadores estaban enfermos o eran alcohólicos y que las mujeres se quedaban ahí porque eran masoquistas. Y lo que sucede es que los hombres son machistas y las mujeres están sometidas; la violencia es un acto más de sometimiento. A nosotras nos educan desde niñas para aguantar. Ese es el mensaje de las abuelas, de las tías, de las mamás: “No hable de eso, no alborote el avispero”. Este es un tema tabú en nuestras sociedades y se sigue produciendo de una manera epidémica: una de cada tres mujeres ha sido objeto de violencia por parte de su pareja.

Le recomendamos leer: “Soy una mujer berraca, ¿cómo justificar que volvía con un tipo que me pegó?”

Semana.com: ¿Cómo funciona ese “ciclo de violencia”?

L. R.: La teoría de Leonore E. Walker es que el maltrato tiene una forma cíclica. Las mujeres se quedan ahí porque están en una relación íntima y amorosa que no es fácil de romper y porque tienen la esperanza de que no vuelva a suceder. Además hay una presión social para mantener esa relación, o le temen a quedarse solas. El ciclo de violencia empieza con una fase en la que se incrementa la tensión, después llega la agresión, luego viene la fase de reconciliación en la que él se muestra tremendamente amoroso y promete que no volverá a pasar, después empieza otra vez la tensión y ahí te quedas atrapada. Pero cada vez las mujeres se demoran menos en salir de ahí porque hay situaciones, como la autonomía económica, que las favorecen.

A través de las redes sociales María Isabel Covaleda denunció una brutal golpiza por parte de su exnovio Camilo Sanclemente. 

Semana.com: Al parecer Camilo Sanclemente actúa siguiendo un patrón. De entrada se muestra muy enamorado, llena de atenciones a su pareja, formaliza la relación muy pronto y, a la misma velocidad, empiezan los reclamos y las peleas que terminan en insultos y golpes, según el testimonio de varias mujeres…

L. R.: Desde el principio es una estrategia de control. Hay unas alarmas para reconocer este tipo de relaciones: empiezan con reclamos del tipo “ya no me paras bolas, por qué llegaste tarde, te necesito en casa más temprano, para qué vas a salir con tus amigos; esa amiga tuya es como ‘brinconcita’”. Luego vienen los actos violencia explícita: sicológica, verbal, sexual y física. La última expresión es el feminicidio.

Semana.com: Según esos mismos relatos, la familia de Sanclemente conoce ese comportamiento y no hace nada al respecto...

L. R.: Es parte del mismo sistema machista. Quieren protegerlo.

Semana.com: Usted insiste en que el silencio alrededor de esta problemática es muy peligroso...

L. R.: Hay un modelo que se llama rueda de bicicleta, que hace referencia a cuando está rodando una bicicleta que dejas de ver los radios. Eso pasa con la violencia: se mezclan todas y dejas de ver. La primera vez te ridiculiza en público, luego te pega, después quiere controlar tus gastos… y así se va yendo. No tenemos ninguna educación al respecto. Si en los colegios se hablara de esto, las mujeres sabrían que ésta no es una situación normal. Nos cuesta entender que eso llamado violencia de pareja íntima, sólo se da en una relación tóxica. La otra falla es del sistema médico y psicológico, que jamás te pregunta si has sido víctima de este tipo de violencia. Es un problema cotidiano que no se menciona ni se evalúa. Nos ha matado el silencio.

Semana.com: ¿Es cierto que cuando hay un acto de violencia en una pareja ya no hay reversa... Que inevitablemente va a volver a suceder?

L. R.: Es muy alta la probabilidad de que así sea. Cuando un hombre saca la mano y pega, o empuja, o coge del pelo y arrastra, o abre la boca y dice puta, es porque tiene problemas para relacionarse con las mujeres. No puede acceder a la palabra para dirimir el conflicto.

También puede leer: ¿Por qué no está preso el exnovio de María Isabel Covaleda?

Semana.com: ¿Por qué el caso de María Isabel despertó tanta indignación?

L. R.: Ella activó la sanción social y las denuncias de otras mujeres porque salió del ostracismo, porque dejó de pensar que era la única mujer a la que le pasaba esto y de sentirse culpable. Ella se atrevió a denunciar porque hemos avanzado mucho: no somos las mismas de hace 50 años. Hay un entorno más protector y nos sentimos más empoderadas. Y como estamos empoderadas, entendemos cada vez más que la unión hace la fuerza y que la denuncia es mejor que el silencio.