LOS MUERTOS DE LA VISPERA
Cercada y desmembrada la columna de Boris en el sur del país.
Desde cuando el 14 de marzo 120 guerrilleros del M-19, comandados por el abogado Gustavo Arias Londoño, alias "Boris", asaltaron la ciudad de Florencia con saldo de 16 muertos, la mayoría de ellos jóvenes entre los 14 y los 16 años reclutados recientemente por los alzados en armas, una cosa quedó clara para la opinión pública: que el M-19 no estaba de acuerdo con las bases de la para entonces inminente tregua que negociaban las FARC y la Comisión de Paz, y que estaba dispuesto a exigir, a cualquier costo, las condiciones para un arreglo propio, que serían expuestas semanas más tarde en la toma del periódico El Bogotano.
Lo que no llegó a calcular el M-19 era que el costo de la campaña que venía adelantando la columna de Boris en el sur del país iba a ser tan alto. Ahora, dos meses después, se sabe que una decena de enfrentamientos con el ejército ha dejado cerca de 54 guerrilleros muertos, según las cifras oficiales, y a finales de la semana se rumoraba que el guerrillero Boris se encontraba irremediablemente cercado. Datos de algunos desertores de la columna indicaban además que de los 120 guerrilleros que asaltaron Florencia, sólo 35 se conservaban al lado de Boris, quien, según informes de los campesinos de la región, se encontraría herido en ambas piernas.
Aunque estos datos no habian sido confirmados al cierre de esta edición, el persistente silencio con el que el M-19 respondió ante las pesquisas periodísticas hacía presumir que la situación de la columna de Arias Londoño era realmente grave.
Mientras en el Cauca otra columna del M-19, encabezada por Rosemberg Pabón, protagonizaba repetidas acciones en Corinto y otros pueblos de la región, era evidente que las mermadas tropas de Arias se estaban limitando solamente a eludir el cerco del Ejército, que cada vez se estrechaba más.
En efecto, tres días después del asalto a Florencia, el 14 de marzo, en el cerro de Gabinete cerca a Sucre, sobre la Cordillera Oriental, se produjo un nuevo enfrentamiento que dejó seis bajas entre las huestes del M-19. Durante la semana siguiente se produjeron nuevos contactos en los límites entre Huila y Caquetá, a lo largo del filo de la cordillera que divide los dos departamentos, y aunque no se registraron oficialmente bajas, informaciones posteriores de los campesinos dan cuenta de que varios cadáveres de guerrilleros habrían sido enterrados por los miembros de la columna.
Al tiempo que esto sucedia, cuatro integrantes de la red urbana eran capturados en Florencia y El Paujil por el Ejército. Según las informaciones que estos proporcionaron, habría quedado confirmando el rumor de que la columna de Boris estaba seriamente resquebrajada, y que Boris, quien se había hecho célebre por haberse evadido en dos oportunidades de cárceles de Bogotá e Ibagué, no tendría esta vez escapatoria.
Entre el 25 y el 28 de abril se produjeron nuevos contactos entre las localidades de La Mijuela y El Cisne que habrían dejado siete nuevas bajas para el M-19. Finalmente el 1° de mayo un grupo de campesinos encontró dos cadáveres que parecían haber sido presurosamente sepultados. Uno de ellos fue posteriormente identificado como el cuerpo de la guerrillera Amanda Rincón, una de las asaltantes de la embajada dominicana, y según algunas versiones, la compañera de Boris. Fuentes del Ejército aseguraban que la muerte de Amanda era "un golpe sentimental" tan fuerte para Boris como los golpes militares que se le habían propinado.
Aunque el cerco tendido por el ejército se hace cada día más agobíante, la zona en la que se realizan los combates es bastante extensa, (ver mapa). La columna posee por el momento una relativa capacidad de movimiento, pero todo indica que tarde o temprano los guerrilleros tendrán que bajar a las laderas de la montaña en busca de comida, por lo que el Ejército espera capturarlos en algunos de los dos lados de la cordillera.
La otra opción que tiene Boris es la de un repliegue consistente en que cada uno de los 35 guerrilleros que aún están con vida coja su propio camino y se confunda con los habitantes de la región, para luego reunirse en algún punto previamente acordado cuando haya cesado el asedio del Ejército.
A finales de la semana una victoria definitiva del Ejército parecía inminente, pero las fuerzas militares también habían pagado un alto costo por la campaña. Oficialmente se reportó la muerte de 20 soldados en combate. Según el Ejército, muchas de estas bajas se habrían producido en enfrentamientos con la "escuadra de contensión" que suelen dejar atrás las columnas guerrilleras en su huida, para obstaculizar la persecución y desorientar a los soldados. Algunas de las tácticas de la escuadra son, según las mismas fuentes, las de instalar granadas que se activan cuando los soldados van abriendo trocha a machete, e incluso las de minar las tumbas de sus muertos, de tal manera que se produzca una explosión al ser desenterrado el cadáver.
También llegó a rumorarse que Boris, al verse tan peligrosamente cercado por el Ejército, habría solicitado la presencia de la Comisión de Paz en la zona de los combates. Cierto o no, la posibilidad cercana de que se logre una tregua con el M-19 hace aún más dramática y absurda la situación. Para muchos, las bajas ocurridas en la columna de Boris son los muertos de la víspera.