Los nuevos escarabajos

Los triunfos de Santiago Botero y de otros corredores demuestran que los ciclistas colombianos pasaron de ser escaladores a 'todoterreno', condición indispensable para ganar un gran título en los años venideros.

Héctor Urrego*
23 de diciembre de 2002

No parece difIcil hacer una evaluación del ciclismo colombiano en 2002 si ella se hace en torno al Campeonato Mundial conseguido por Santiago Botero el 10 de octubre en territorio belga, en una modalidad que, ante todo, mostró una auténtica evolución del ciclismo competitivo de nuestro país al más alto nivel, dejando para la historia el calificativo único con el que se conocieron nuestros pedalistas: escarabajos o escaladores y nada más, para matricularlos ahora en la clase de los 'todoterreno', cualidad indispensable hoy para ganar las grandes carreras por etapas, de las cuales todavía nos faltan dos: el Giro de Italia y el Tour de Francia.

Por fortuna, el título de Botero no es lo único rescatable del año. Se hace necesario mencionar al mismo Botero y sus sensacionales victorias sobre el imbatible Lance Armstrong en las etapas cronometradas del Dauphiné Liberé en junio y la primera del Tour de Francia, así como las etapas montañosas del Tour en julio, la Vuelta a España en septiembre y algo de gran importancia mirando al futuro inmediato: su cuarto puesto en el Tour, detrás de Armstrong, Beloki y Rumsas.

El 2002 nos permitió ver en acción en nuestras carreteras y del mundo al conjunto Colombia-Selle Italia, un exitoso y tímido experimento de volver a tener un equipo auténticamente colombiano como en los 80 lo fueron Varta, Café de Colombia, Postobón y Pony Malta. Los dirigidos por Gianni Savio, ganaron brillantemente la Vuelta a Malasia con el antioqueño Hernán Darío Muñoz derrotando a lo más granado del lote europeo comenzando temporada y dominaron en Colombia las dos carreras más grandes (la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN) con José Castelblanco.

El quinto lugar del joven Rafael Infantino en el Mundial Contrarreloj Individual de Bélgica demuestra que hay futuro; las victorias parciales de Félix Cárdenas en Italia, de Mauricio Ardila en Suecia y en el Tour del Avenir, los triunfos ya tradicionales de nuestros ciclistas en diversos países de América y los extraordinarios progresos de la Selección Colombia de Pista con Wilson Meneses (1,2 en el Km. contrarreloj y Campeón de la Copa Mundo) al igual que los 4 por 4.000 (sextos en el Mundial de Dinamarca).

La ejecución de todo el calendario nacional con un promedio superior a los 120 ciclistas por carrera, con presencia permanente de equipos como Orbitel, Lotería de Boyacá, Colombia-Selle, Cristal, etc., gracias al esfuerzo de la Federación Colombiana de Ciclismo y la acertada gestión administrativa y financiera de su presidente, Ettore San Giovanni, con los dirigentes en las diversas ligas del país, los patrocinadores privados y gubernamentales, reflejada en la compra de material moderno para los compromisos internacionales así como el rescate de los velódromos y por lo tanto del movimiento pistero gracias a Coldeportes.



Buen futuro

Todo lo anterior sirve -de forma individual en el caso Botero y colectivamente en el resto de nuestro ciclismo- para mirar con optimismo 2003 y los años siguientes.

En el tema Botero, ser séptimo y rey de la montaña, octavo y cuarto en sus tres participaciones del Tour -máximo objetivo de cualquier ciclista de ruta-, además de sus progresos contra el reloj, permiten considerarlo un potencial vencedor de la más grande carrera del mundo, más aún como corredor del equipo Telekom. Ha alcanzado, después de siete años de duro aprendizaje en Europa, la indispensable madurez física y mental, la experiencia y progresión de los grandes astros y sólo falta "que aparezca el momento en que se equilibre el Botero escalador de 2000 y el rodador de hoy para verlo disputando el título del Tour", según afirmó en el Mundial de Bélgica Eusebio Unsué, director técnico del pentacampeón español, Miguel Indurain.

Botero sabe que tiene la oportunidad en los dos próximos años y máximo uno más, no sólo para alcanzar el título que Colombia busca desde hace 20 años (campeón del Tour) sino igualmente para intentar consagrarse campeón olímpico en Atenas 2004 en la prueba de la que hoy es campeón mundial, la contrarreloj individual.

Pero las expectativas no sólo corren por cuenta de Botero. El equipo Orbitel correrá en España en abril buscando ser invitado a la Vuelta. Selle estará con ocho colombianos en el Giro. El Tour, que cumple 100 años. Mundiales en Canadá, invitaciones permanentes a todos los eventos continentales, participación en los Juegos Panamericanos pensando en una preparación adecuada para los Olímpicos, renovado entusiasmo y fiebre por el ciclismo, aumento de la atención por parte de los medios? todos estos son elementos que permiten celebrar lo acontecido en 2002 y esperar con seguridad que en 2003 el ciclismo siga siendo el deporte bandera de Colombia.