Política
Los otros casos de plagio que salpicaron a políticos colombianos
Los señalamientos contra la presidenta de la Cámara Jennifer Arias, recordaron algunos episodios que ocurrieron hace más de quince años con varios congresistas que estaban iniciando su carrera política.
En agosto de 2003, en un país sin redes sociales y las comunicaciones celulares entrando en auge, la Universidad Externado de Colombia tomó una decisión que causó revuelo político porque unos estudiantes fueron acusados de plagio. Aquellos jóvenes estaban iniciando sus carreras políticas y cursando un posgrado en la facultad de Finanza, Gobierno y Relaciones Internacionales de dicha universidad.
Los implicados: Luis Fernando Velasco, representante a la Cámara; César Correal, alcalde de Villera; Luis Fernando Cote, exalcalde de Bucaramanga; Alexandra Fruto y Adela Maestre.
Todo inició cuando en el curso de Introducción a la Economía se pidió elaborar unos trabajos académicos con base en la cátedra que dio el profesor Javier Sepúlveda y en el debate posterior que se dio durante la clase. El docente decidió hacer grupos de a cinco estudiantes para elaborar los trabajos y dos de ellos resultaron ser idénticos.
Por esa razón, la Universidad Externado tomó la decisión de cancelar la matrícula a los implicados en el caso y en ese momento fue un escándalo político porque los señalados estaban en diferentes cargos de elección popular.
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Casi dos décadas después de aquel episodio, el ahora senador Luis Fernando Velasco, explicó a SEMANA qué fue lo que ocurrió en esa época aunque lo primero que aclaró que es nunca cometió plagio y que todo se trató de un mal entendido que nunca se pudo explicar en la universidad.
“Yo acababa de llegar al Congreso y entré a mi maestría. Debo aclarar que el trabajo no era una tesis ni nada de eso, sencillamente un trabajo en clase. Hicimos el trabajo con los que nos señalaron en aquel momento, le pedimos a un compañero que lo imprimiera para hacer la entrega posterior al profesor. En aquella época había elecciones y como estábamos en trabajo político varios no podíamos asistir. Nos dimos cuenta de que nos acusaron de plagio y nos sorprendimos porque sabíamos qué habíamos hecho”, dice Velasco.
Según el congresista, el encargado de imprimir el trabajo era César Correal, quien les confesó que botó el diskette y por ello, se acercó al otro grupo para trabajar con ellos y entregó otro trabajo por lo que 10 alumnos resultaron con el mismo documento. “Era evidente que había dos trabajos iguales, estaba claro que cuatro de los cinco compañeros de nuestro grupo no tenía responsabilidad. César, bastante apenado, intentó hablar con las directivas de la universidad pero no lo escucharon y mucho menos a nosotros”.
Por esa razón, César acudió a una notaría para elaborar una declaración extra juicio en la que dejó claro todo lo que pasó. “Que mis compañeros Luis Fernando Velasco, Luis Fernando Cote, Alexandra Fruto y Adela Maestre no fueron consultados por mí, ni se enteraron que el texto del trabajo entregado finalmente era diferente del primero elaborado con su colaboración en clase”, dice el documento conocido por SEMANA y que se elaboró en la Notaría Novena de Bogotá.
Además, se asegura que “por lo tanto es claro que hubo un primer trabajo elaborado en clase, que el mismo no lo pude imprimir, que sin consultar con mis otros cuatro compañeros elaboré el segundo trabajo y que cualquier consecuencia que se pueda derivar del segundo trabajo es bajo mi única responsabilidad”. Sin embargo, el documento poco sirvió porque según Velasco, la universidad hizo caso omiso.
Velasco contó que la decisión de la Universidad Externado se mantuvo y que se fue dolido porque no les permitieron defenderse y que nunca los escucharon. Por ello, hizo otra maestría en otra universidad porque no quiso dar la pelea jurídica. “Yo era muy aplicado, mi promedio era superior de 4.5 y pues terminé en una Universidad de Madrid (España)”.
Pero además, los sancionados no solo fueron los acusados de plagio. El otro grupo también fue amonestado supuestamente por haberse dejado copiar, pero lo curioso de este episodio es que dentro de los otros alumnos estaba David Luna y Mauricio Lizcano. “Un estudiante reconoció su error y nos sancionaron a nueve más. Ya es una anécdota pero, por ejemplo, el pobre David (Luna) terminó metido en todo este rollo”.
Todos los implicados en este caso emprendieron y continúan con sus carreras políticas y la mayoría adelantó varias estudios de posgrado en otras universidades.