Entrevista
Los últimos instantes de niño que murió en ruta escolar accidentada en Santander
Uno de los menores murió y sus hermanos están gravemente heridos.
En San Andrés, Santander, hay dolor. Javier López, el martes 22 de marzo mandó a sus tres hijos mayores a estudiar al colegio, uno de 13 años, Erik de 12 y el menor de nueve; estaban en octavo, séptimo y cuarto grado respectivamente.
Los despidió en la mañana y volvió a saber de ellos en la tarde, cuando recibió la noticia de que el bus escolar que los llevaba de vuelta a casa se rodó por el abismo. Inmediatamente, corrió junto con su esposa, se paró a la orilla de la carrera y vieron completamente destruido el vehículo. “Era muy lejos y corrimos como pudimos en esa peña”, recuerda Javier.
En medio de la angustia, vio que el niño grande estaba sentado en la montaña. Y más abajo subía caminando el pequeñito, sin camisa y llorando.
Erik fue el último en entrar, estaba junto a los escombros del bus, no podía moverse, pero era consciente. “Yo lo cargué y me decía que le dolía mucho y que lo llevara rápido al hospital”, dice con la voz quebrada el padre que lo llevó cuesta arriba, en sus brazos como cuando era bebé, dicen los testigos del accidente.
Cuando llegó a la carretera ya estaba la ambulancia. Se lo llevaron inmediatamente al hospital del municipio. Los vecinos de sector y socorristas ayudaron a su esposa a evacuar los otros dos niños. Para ese monto Javier pensaba que, en medio de lo sucedido, contaba con suerte, porque sus tres hijos estaban vivos. Mientras tanto, otros padres vivían la tragedia de ver los cuerpos de cinco niños que murieron en el lugar del accidente.
Pero minutos después, mientras se encontraba en la sala de espera del hospital de primer nivel, se acercaron a decirle que Erik llegó en muy mal estado de salud, sus órganos vitales se habían afectado y lamentablemente el cuerpo médico no pudo salvarle la vida.
Con Erik ya sumaban seis víctimas fatales del accidente. Javier y su esposa, con el dolor a flor te piel, tuvieron que entrar a la sala de observación donde atendían a sus otros dos niños para tratar de tranquilizarlos. “Todo va a estar bien”, les decían.
Muy triste y doloroso el accidente en el sector conocido como el alto de San Pedro en el municipio de San Andrés Santander. Seis niños muertos y 17 heridos deja accidente de bus escolar en Santander. Fuerza para la familia. Papito Dios ilumine el camino de los angelitos 😭 pic.twitter.com/MGL1qgt80j
— Danthory Zamathiel 📢 (@SoyZamathiel) March 23, 2022
Los menores, en sus relatos, solo recuerdan los fuertes golpes y el sonido aturdidor cada vez que el carro daba un giro. “¿Cómo están mis hermanos?”, preguntó uno de los pequeños. En ese momento, todo fue silencio, el personal de salud se salió, y los padres simplemente cambiaron el tema. Hasta el cierre de esta publicación, los niños no saben que uno de sus hermanos falleció, están a la espera de las indicaciones profesionales del pediatra y psicólogos para darles la noticia.
Las últimas horas han sido una pesadilla para la familia López. La madre de los menores tuvo que viajar por más de cuatro horas a Bucaramanga, y allí esperar a que Medicina Legal le entregue el cuerpo de su pequeño. El padre viaja a Málaga, Santander, a donde fueron remitidos sus otros dos niños, mientras que la abuela se quedó cuidando a las dos niñas de 6 y 3 años, a las que no saben cómo explicarle que Erik no volverá a jugar con ellas.
“Erik era un niño muy bueno amoroso, sencillo, le gustaba mucho colaborarle a la mamá. No le gustaba el desorden, era buen estudiante, amaba la naturaleza y lo que más le gustaba era ir de paseo con la familia”, Javier dice que así es como los más allegados describen a su hijo.
La familia de Javier no es la única que está pasando por este amargo momento. El conductor del vehículo está gravemente herido y su hija, quien iba en el mismo carro accidentado, está en cuidados intensivos. Hasta el momento, las causas del accidente son motivo de investigación.
Javier tiene cuatro hijos más por los cuales seguir luchando, dos de ellos que ahora requieren tratamientos médicos en una ciudad lejos de la residencia. Su trabajo en el campo no le alcanza para los gastos diarios, que se incrementan con los temas fúnebres y los viajes constantes. “Por eso les agradezco de corazón a quien nos quiera y pueda hacer donaciones y ayudar, tengo habilitada la cuenta de ahorros del banco Bogotá # 469392252″.