Nación
“Los volvieron mierda”: así fue el sangriento ataque contra el Esmad en Cali por parte del ELN
Los videos callejeros describen paso a paso el horror que se vivió en una calle cercana a Puerto Rellena, el epicentro del Paro y la Primera Línea en Cali.
Había caído la noche, un grupo de hombres del Esmad se trasladaba en un camión que justo pasaba a una cuadra de Puerto Rellena en Cali. De repente, se escuchó una fuerte explosión que envolvió el vehículo, terroristas del ELN activaron la carga y luego se adjudicaron el atentado. Los uniformados no pudieron reaccionar. Solo unos segundos después, todo era caos. 13 policías estaban heridos, algunos muy graves. La vida les había cambiado en un abrir y cerrar de ojos prestándole un servicio a Colombia.
Muchos civiles, habitantes del sector, empezaron a llegar, algunos a curiosear y a grabar los destrozos que dejó la bomba y las escenas de los policías tirados sobre la vía encharcada. Otros llegaron a ayudar a los heridos. Las imágenes son estremecedoras. Los videos callejeros que inundaron las redes sociales reflejan el terror que se vivió en medio de la vía oscura. “Más ambulancias”, se escucha en el fondo.
Muy cerca del camión, lleno de agujeros provocados por las esquirlas de la bomba, se oye una voz entrecortada que relata lo que acababa de suceder, es uno de los policías que iban en el camión.
“Mi mayor, buenas noches, ¡Dios y Patria! Para reportarle: nos encontrábamos haciendo un 5/42. Nos dirigíamos para recoger a mí tendiente Cardona y a una cuadra, después de Puerto Rellena, que era el punto de facción, nos activaron una bomba… Todos los compañeros están heridos… Hay compañeros con heridas graves en el rostro y otras partes del cuerpo, mi mayor”, dice el uniformado mientras hace algunas pausas para continuar su reporte y se compromete a hacer otro cuando sepa del estado de todos los heridos que en ese momento son trasladados en ambulancias a centros hospitalarios.
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En otro de los videos se ve cómo un ciudadano graba con un celular cómo quedó el camión en el que se transportaban los miembros del Esmad y alguien a su lado dice: “Los volvieron mierda”.
Un policía que llegó al lugar se le ve ayudando a un compañero que camina lento, aturdido por la explosión. Otro se ve tendido en el pavimento y, a su alrededor, dos civiles lo animan a no rendirse.
El sitio fue acordonado, pero seguían llegando ciudadanos curiosos que se mezclaban con los policías que estaban atendiendo la emergencia. “Llega a haber otro explosivo aquí y ahí quedan”, dice un hombre con voz contundente. Parece que todavía hay heridos dentro del camión, dos mujeres intentan subirse al vehículo, y abajo una camilla espera.
Otras escenas son aún más crudas. “Ese policía está muerto… no lo muevan, no lo muevan”, dice angustiada otra mujer. La cámara, descontrolada, va mostrando todo el desgarrador panorama. Al lado del camión, en el andén, otro hombre del Esmad se ve sentado hablando por teléfono y detrás de él un compañero herido acostado; un civil lo soba con compasión y mira desconsolado hacia los lados, esperando ayuda.
“Ay, marica no… ¡grave!”, exclama otro curioso y en el fondo solo se escuchan las sirenas enloquecidas de las ambulancias.
En los hospitales se vivía otra tragedia: llegaban y llegaban heridos. Los médicos intentaban salvarles la vida, pero tres de ellos siguen muy graves y están luchando. Las familias destrozadas no entienden porqué, si sus seres queridos le sirven a la patria, tienen que pagar con sus vidas. Hoy, solo quedan lágrimas, dolor e indignación. Ojalá los asesinos del ELN paguen algún día.
Esta es la violencia fruto del odio y de la irracionalidad que aprovechan los terroristas para apagar más vidas en Colombia. Esta vez quisieron asesinar a este grupo de hombres del Esmad, a los cuales, en todo caso, muchos han querido borrar. Ellos, sin embargo, han seguido cuidando a los colombianos.