Emergencia

¿Qué pasa en Hidroituango?: Luis Pérez contra EPM

El Gobernador de Antioquia acusa a EPM de entregar información a medias sobre la emergencia. Y aunque sus cartas no han caído muy bien en la Junta Directiva de la empresa y menos en la Alcaldía de Medellín, han obligado a que la firma dé más información sobre lo que pasa al interior de Hidroituango.

5 de junio de 2018
El riesgo en Hidroituango sigue siendo alto.

El gobernador de Antioquia, Luis Pérez, ha seguido con su cometido de meter el dedo en la llaga en el caso Hidroituango. Esta vez envió una carta increpando a la Junta Directiva de EPM —después de que esta respondiera a sus declaraciones sobre el “manoseo” de información— en la que le dice a la empresa que tiene que salir de esa burbuja “que solo tolera la información que le conviene”.

En la misiva de dos páginas, el gobernador aclara que sí le entregaron información inexacta. Da tres ejemplos, el primero es que el 2 de mayo le dijeron que en nueve días se solucionaría la crisis destaponando los dos túneles que habían sido taponados previamente, pero esto nunca se hizo; lo segundo: que se le había informado el 12 de mayo que con la inundación de la casas de máquinas la emergencia cesaría, pero no; tercero: sobre los derrumbes del 26 y 27 de mayo EPM aseguró que se trataba de “leves movimientos de masa”, pero los ingenieros estadounidenses aseguraron que tal fenómeno era grave.

Como si fuera poco, Pérez desmiente a EPM asegurando que los ingenieros estadounidenses no respaldaron todas las iniciativas de la firma: “El informe deja maltrechos a los constructores y a EPM. Veamos. El Ministro de Minas decretó la alerta roja en la zona atendiendo al informe de los norteamericanos y contra el concepto de EPM. Los constructores y EPM nunca emitieron una alerta sobre el desprendimiento de montaña mientras los norteamericanos dicen que se puede venir un alud de tierra entre 10 y 40 millones de metros cúbicos y crear la peor avalancha de la historia”.

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El gobernador asegura que los estadounidenses dijeron que la presa estaba en máximo riesgo de colapso y que los materiales que se usaron en el lleno prioritario no cumplen con los estándares internacionales, “distinto a lo que los constructores informaron al Gobernador”. Ya el gerente de EPM, Jorge Londoño de la Cuesta, había asegurado cuando se llegó a la Cota 410, que los materiales usados en el llenado prioritario no eran los mismos que los de la base y sólo tiempo diría si estos aguantarían la presión del agua.

La posición del Luis Pérez ha sido todo un sisma para la Junta Directiva y para el Alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, pues lo acusan de no estar sumando para evitar una gran crisis. Sin embargo, hay que decir que la posición de Pérez ha ayudado a que el hermetismo de EPM, que habla de riesgos pero no da explicaciones, se resquebraje.

Según Gutiérrez, ahora es muy fácil salir a señalar mientras desde EPM y la Alcaldía se están preocupando por bajar todos los riesgos que está generando el megaproyecto. El alcalde también dijo que esta es una manera de la gobernación blindarse —siendo accionista mayoritario y miembro de la junta de Hidroituango— en caso de un proceso jurídico a futuro. Además, aseguró que desde el principio “se ha dado la cara” y que nunca se ha bajado el nivel de riesgo que tiene el proyecto, riesgo que ha venido in crescendo en las últimas semanas.

En un comunicado de este lunes, posterior a la carta de Luis Pérez, EPM explicó cuáles eran los riesgos que se estaban viviendo en el momento. El primero es un riesgo de caudales: “El flujo de agua por la casa de máquinas es constante, sin presentar novedades en la última semana, con un promedio que fluctúa entre 1.100 y 1.200 metros cúbicos de agua por segundo. De acuerdo con el comportamiento climático en la zona del proyecto y la cantidad de lluvias que caen por estos días, el caudal de agua que llega al embalse oscila entre 1.500 m3/s y 1.600 m3/s. La cota del embalse está en 393,34 msnm, de continuar con la tasa de crecimiento actual del embalse, se calcula que este llegaría a la cota 401 msnm a mediados de junio, donde pasaría de manera natural el agua por el vertedero”.

El segundo riesgo está en los movimientos de tierra en los túneles de desviación y en la parte alta del pozo de compuertas. “Geólogos expertos monitorean de manera permanente con alta tecnología los movimientos que se presentan en la montaña, cuyos desprendimientos, indica el radar, no superan todavía los 10 milímetros por hora”. Según EPM, esta tecnología permite anticipar una tragedia, por lo que se podrían hacer evacuaciones aguas abajo. “En la última semana se evidencia que en las partes altas de ambos derrumbes hay tendencia, como había anunciado EPM, a desprendimientos de tierra y hoy sigue cayendo tierra en una cantidad no significativa”.

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Algo parecido a este escenario ocurrió el 9 de octubre de 1963 en la presa bóveda de Vajont, en Italia, cuando en una noche se desprendió, de una de las laderas, un alud de cerca de 250 millones de metros cúbicos de tierra que cayeron a una velocidad cercana a los 100 kilómetros por hora en el embalse, creando un ola que arrasó pueblos y segó la vida de más de 2.000 personas.

Como tercer riesgo expuesto por EPM está la estabilidad y las filtraciones en la presa, aunque la empresa dice que la presión del embalse sobre la presa está en los “rangos esperados y el monitoreo no revela que se muevan por fuera de lo previsto para la situación actual del proyecto”. Y que en ese punto hay filtraciones naturales que tiene y que iba a tener aun cuando el proyecto hubiera operado en condiciones normales; y las filtraciones por el lleno prioritario, por la calidad de los materiales, cosa que ya tenían previsto.

Por su parte, Luis Fernando Restrepo, gerente de Integral, Ingenieros Consultores, firma en la que fue concebido el proyecto hace 41 años y que ha hecho todos los procesos de identificación, prefactibilidad, factibilidad y diseños definitivos y que ahora son asesores en la construcción del proyecto, habló con La W Radio confirmando estos tres niveles de riesgo y asegurando que hasta que no pase la crisis no se podrá confirmar si el proyecto Hidroituango es viable o no.

De toda esta crisis de Hidroituango, que en los últimos días se ha convertido en un tire y afloje político, se puede decir que Luis Pérez ha jugado un papel fundamental: ha metido el dedo en la llaga de la joya de la corona antioqueña: EPM, desblidándola y exigiéndole que no solo informe de la evolución de los riesgos sino que también dé explicaciones, explique por qué, investigué qué pasó al interior del mega proyecto paisa que parece que se viene abajo.