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¡Lista la hierba! Barranquilla ya tiene clínica con cannabis medicinal

Es el primer centro médico que implementa el servicio en la región Caribe. Pacientes en procedimientos oncológicos son hasta ahora los de mayor demanda.

12 de agosto de 2020
| Foto: Getty

Mientras en el país siguen latentes discusiones importantes, como el uso recreativo de la marihuana o su consumo legal, Barranquilla entró desde hace unos días en la selecta lista de ciudades que cuentan con oferta de tratamientos con cannabis medicinal. 

Pacientes con dolores crónicos insoportables producidos por enfermedades como cáncer o fibromialgia, entre otros, ya pueden acceder a esta nueva alternativa complementaria en la capital del departamento del Atlántico, la cual es muy común en Canadá y algunos países europeos.

Desde hace un buen tiempo, la Clínica del Dolor Integralgia venía trabajando con un producto a base de cannabis. Se trataba de un plan piloto que buscaba evaluar la respuesta de los pacientes, determinar si el medicamento era seguro, si tenía las concentraciones especificadas en su empaque y, por supuesto, los efectos generados. “Ahora hicimos el lanzamiento del servicio de clínica para que la ciudadanía se entere que ya hay esta opción en la ciudad”, señala la anestesióloga y especialista en el tratamiento del dolor, Karina Pérez.

Este centro médico, que cuenta con la habilitación del Ministerio de Salud para tratar dichas enfermedades, trabaja ahora con dos proveedores de las medicinas con cannabis, quienes tienen la obligación de sacar las licencias de fabricación y distribución. Lo que hacen los especialistas es la valoración del paciente y la formulación de los productos, pero es la persona quien tiene que dirigirse a una farmacia a comprarlos, como lo hace con cualquier otro medicamento.

“Nuestro trabajo en esa cadena es la verificación de las correspondientes licencias y autorizaciones de las autoridades. Decidimos lanzarlo ahora, después de resultados que han demostrado seguridad médica, para a partir de algunas publicaciones científicas generar nuestras propias investigaciones en Colombia”, dice Pérez en diálogo con SEMANA.

Para la especialista es importante aclarar que este tipo de tratamientos no sirven para todo el mundo y que al consumir los productos ya se pueden dejar los otros medicamentos recetados para sus enfermedades, como muchas personas creen. “Llevamos un buen tiempo trabajando con medicamentos que tienen que ver con el manejo del dolor, drogas comunes como el acetaminofén o la morfina, pero dentro de las opciones no estaba el cannabis a pesar de la evidencia de la eficacia que ha venido mostrando a nivel mundial en algunos tratamientos”, señala.

La eficiencia del cannabis, explica la doctora Pérez, se da porque así como los humanos tenemos receptores de opioide, donde actúan los medicamentos derivados del opio, también hay un sistema endocannabenoide endógeno. Lo que sucede es que estos productos se pegan a los receptores para producir un efecto en el cuerpo que puede ser analgésico, mejorar el apetito, ayudar con el trastorno del sueño o reducir las náuseas y vómitos.

Previo a la prescripción del cannabis medicinal, a los pacientes se les realiza una evaluación para la verificación de los síntomas, los tratamientos previos experimentados y la persistencia de las molestias. Ahí entra el cannabis como una segunda o tercera línea de tratamiento coadyuvante. “En términos coloquiales, es como si antes una tonelada de carga la arrastraba un solo burro y ahora le sumas otros animales de fuerza. No le puedes dejar toda la carga, porque solo está demostrado que no va a poder”, explica la vocera de la clínica.

Hasta ahora la mayor demanda en la clínica de Barranquilla ha sido de parte de pacientes con dolor oncológico. Por lo general se trata de personas que ya usan dosis muy altas de opioides o morfina, y los familiares se quejan de que esos medicamentos los mantienen muy dormidos, por lo que en ese momento se puede pensar en las gotas de cannabis.

La planta cannabis sativa tiene unos 300 subproductos en su composición, pero hasta hora los más usados son el cannabidol CBD y tetrahidrocannabinol o THC a las que se le han atribuido efectos antiinflamatorios, analgésicos, neuroprotectores, anticonvulsivantes, antioxidantes, antináuseas, antitumorales, ansiolíticos y antipsicóticos.

Frente a los juicios populares de que el uso de productos medicinales de cannabis puede generar cierta dependencia, la doctora Pérez indica que son apreciaciones basadas en realidades que hay que analizar con cuidado, dependiendo de la base del cannabis con que están elaborados, la variación de las concentraciones, la dosis y el tiempo de uso. Lo que sí está claro es que debido a que son productos que requieren licencias y autorizaciones, no son tan económicos en comparación a otros tradicionales; por eso no es fácil que sean tomados de forma recreacional.

En marzo, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima, expidió el certificado de buenas prácticas para la empresa Khiron Life Sciences Corp., compañía global de cannabis, lo que la convirtió en la primera entidad en tener la posibilidad de producir fórmulas magistrales con cannabis medicinal disponibles en Colombia. Pero esto no quiere decir que estén disponibles para ventas al público general, sino solo a través de fórmula médica y para pacientes específicos.