COSTA CARIBE
Magdalena, guerra política declarada
El triunfo en la Alcaldía de Santa Marta y la Gobernación del Magdalena del movimiento Fuerza Ciudadana, encabezado por Carlos Caicedo, reactivó uno de los más fuertes enfrentamientos políticos de la región. En menos de un mes los protagonistas ya han tenido hasta agresiones físicas.
Carlos Caicedo, gobernador electo del Magdalena, denunció hace uno días a través de sus redes sociales que por segunda vez había sido víctima de una agresión por parte de Álvaro Cotes Vives, padre del exgobernador Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes Haybech, y hermano de la mandataria saliente, Rosa Cotes. El incidente sucedió en una sala de espera del Aeropuerto El Dorado de Bogotá, y solo es uno más de los muchos ocurridos entre los dos, pero marca el tono agresivo de disputa que se vivirá en el departamento por los próximos cuatro años.
Luego del triunfo de Caicedo en la gobernación, y de su candidata Virna Johnson en la Alcaldía de Santa Marta, la política en esta región del país es un verdadero big bang. Caicedo, líder del movimiento Fuerza Ciudadana, se convirtió en el nuevo barón electoral del departamento, pero miembros de la destronada familia Cotes ya anunciaron que no se van a quedar de brazos cruzados y harán todo lo posible para que Caicedo no termine su mandato. La ‘guerra’ política está declarada.
El triunfo en las urnas fue contundente. Caicedo le sacó más de 145.000 votos de diferencia al Mello Cotes en las pasadas elecciones del 27 de octubre, obteniendo el 60 por ciento de los votos. Y de paso le arrebató a su familia el control directo que tuvieron en la gobernación en los últimos ocho años. Johnson, por su parte, le ganó por casi 100.000 votos de diferencia a Juan Carlos Palacio, candidato respaldado por el Centro Democrático y el Partido Conservador. De esa forma, Fuerza Ciudadana se convirtió en el movimiento más votado no solo en Santa Marta, sino también en 24 de los otros 29 municipios del Magdalena.
Después de la jornada electoral ha habido acusaciones de parte y parte. Y casi un mes después, los Cotes aún no han reconocido el triunfo de Caicedo. Hace unos días, el gobernador electo acusó al Mello de organizar en la Asamblea Departamental una mayoría de oposición para obstaculizar su gestión y de querer entorpecer el mandato electoral ciudadano con demandas y difamaciones. “En vez de aceptar su derrota con gallardía, solicita a la Comisión Escrutadora General que se abstenga de declarar mi elección, pretende desconocer la Constitución”, indicó sobre los reclamos hechos por el exgobernador.
El Mello le respondió a Caicedo llamándolo “inhabilitado e investigado por homicidio”, y dijo que sus quejas están enmarcadas dentro del derecho electoral. Además, lo acusó de populista y de querer acabar con la propiedad privada con “sus jefes y aliados, Gustavo Petro y las Farc”. No es la primera vez que alguno de los Cotes acusa a Caicedo de tener vínculos con la desmovilizada guerrilla. Horas después de las elecciones, Álvaro Cotes dijo en una radio local que Caicedo había viajado a Venezuela días antes de las elecciones para reunirse con miembros de las Farc, donde le habrían entregado 40.000 millones de pesos para pagar a los líderes de la campaña.
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“Ese tipo no puede ser gobernador porque es un asesino. Mandó a matar a gente en la Universidad (del Magdalena) —de la que fue rector—. Acabó a Santa Marta y la endeudó. No podemos aceptar a ese narcotraficante, porque lo eligió las Farc. La Fiscalía no puede dejar que se posesione como gobernador. A ese tipo hay que bajarlo”, señaló ese día Cotes. Caicedo respondió anunciando que ya había instaurado unas acciones legales por calumnia e injuria.
Una lucha por el poder
Álvaro Cotes es el líder natural de la familia Cotes desde la década de 1990, cuando junto a su hermano Luis, tomaron reconocimiento como empresarios bananeros y portuarios, y rápidamente pasaron a tener intereses en la política. Su primer gran aliado fue el expresidente César Gaviria quien, luego de la destitución de Hugo Gnecco, nombró en 1993 como alcalde encargado de Santa Marta a José Francisco ‘Chico’ Zúñiga, esposo de Rosa Cotes. Desde esos días hasta la actualidad, Álvaro acumuló varias derrotas democráticas y ha estado inmerso en investigaciones por parapolítica, debido a señalamientos de alianzas con miembros del Bloque Norte de las AUC.
Los Cotes no fueron muy exitosos en la política hasta que en 2008 le llegó el turno a la nueva generación de la familia, entonces Luis Miguel aterrizó en la Asamblea del Magdalena con apenas 21 años y avalado por el Partido Liberal. Pero el gran triunfo del clan fue en 2012, cuando el mismo Mello ganó la Gobernación del Magdalena. Eso convirtió a los Cotes en la familia más influyente de la política local. En 2016 obtuvieron su segundo triunfo consecutivo en la administración departamental, esta vez en nombre de Rosa Cotes, quien termina su periodo el próximo 31 de diciembre.
Pero Caicedo, exrector de la Universidad del Magdalena y exalcalde de Santa Marta, se atravesó en lo que parecía el camino seguro para un tercer mandato de los Cotes. Desde ese momento los enfrentamientos han subido de tono hasta llegar a la agresión física, como de la que Caicedo denunció ser víctima en el aeropuerto de Bogotá.
Este tampoco fue el primer agarrón entre Caicedo y Álvaro Cotes. En marzo de 2007, los dos se cruzaron en el parqueadero de un reconocido restaurante de la zona turística de la ciudad. Allí, según el testimonio de Caicedo, Cotes lo apuntó con una pistola y se salvó de ser herido gracias a la intervención de algunas personas presentes en el lugar.
Horas después del altercado de esta semana en Bogotá, el Mello señaló que se aparta de la forma en que ha actuado su padre y rechazó “contundentemente cualquier vía de hecho que la brega política se pueda dar entre contrincantes”. Además, cuestionó a Caicedo por responder de igual manera: “Que ejerza la violencia verbal, que calumnie, injurie y amenace con el uso del poder”.
Los Cotes y el resto de los políticos tradicionales del departamento, al parecer, son solo una de las amenazas de las que tendrá que defenderse Caicedo durante su mandato, si se tienen en cuenta varios procesos legales y disciplinarios en los que está inmerso. El más importante es el que ya fue fallado en primera instancia por la Procuraduría y apelado por Caicedo, que lo inhabilitaba por 12 años. En este se le señala de irregularidades en la contratación de la construcción de unos pozos profundos para el sistema de agua potable de la ciudad, el problema más grave que tiene Santa Marta hasta el día de hoy: no tiene servicio de agua.
Además, desde el año 2003 tiene una investigación por haber entregado, supuestamente, contratos a grupos paramilitares y por su presunta responsabilidad en el asesinato de un líder estudiantil de la Universidad del Magdalena, durante los años en que fue rector. Tiene otras investigaciones por supuestas irregularidades en tres procesos de contratación firmados durante su periodo como alcalde de Santa Marta en el 2012-2015.
Las disputas entre estos poderosos, lastimosamente, han relegado a segundo plano las discusiones profundas sobre la grave situación social y económica que afrontan los casi 1.300.000 habitantes de un departamento que tiene enormes retrasos en condiciones básicas, pues Magdalena es el cuarto departamento con más pobreza del país. En educación, por ejemplo, más de la mitad de los colegios públicos son de mala calidad; la seguridad es otro tema preocupante, según el informe de Santa Marta Cómo Vamos, en la capital del departamento se registraron 108 homicidios en 2018, con un promedio de 21,1 por cada 100.000 habitantes, lo que significa un tercer año consecutivo de aumento.
Pero el triunfo de Caicedo ha impactado más allá de la política y ha generado también llamativas historias en el Magdalena. Una de estas tiene como protagonista al reconocido acordeonero Iván Zuleta, miembro de una de las dinastías históricas del vallenato. El músico durante muchos años había sido reconocido como amigo íntimo del Mello Cotes y su familia, compañero de parrandas e incluso profesor de acordeón del exgobernador, quien también es aficionado a la música. Pero todo parece que cambió después de las elecciones del 27 de octubre, ya que ahora a Zuleta se le ve apoyando y posando junto al gobernador electo, a quien llama “mi hermano”. Eso, según algunos periodistas locales, es una de las más claras señales para determinar quién es la nueva voz cantante de la política en el Magdalena.