NACIÓN

Estas son las identidades de los cuatro muertos de Nariño

Después de cuatro días de incertidumbre, nada que comienza a encajar el rompecabezas que tiene en vilo a la comunidad. ¿Por qué es tan difícil conocer lo que pasó?

29 de noviembre de 2017
| Foto: Archivo Particular

Así se originó la noticia

La primera pista que se conoció de la masacre, la revelaron el martes desde Tumaco. Durante un foro, el procurador provincial del municipio, Carlos Bastidas Torres, tomó la palabra y les compartió a los asistentes una noticia que le acababan de anunciar: que el día anterior (lunes) había ocurrido un enfrentamiento entre ilegales en el municipio de Magüí Payán, en Nariño, que habría dejado al menos 12 muertos.

“Se habla de disidentes de las Farc, llegaron personas armadas a una celebración que dispararon contra las personas que se encontraban celebrando y por eso se habla de civiles, disidentes de las Farc y de niños”, informó en ese instante. Para el martes no se sabía con exactitud qué había pasado.

No eran rumores

De boca en boca viajó entonces la noticia que puso en alerta al país. Nariño volvía a nombrarse por hechos dolorosos: hablaban de una masacre que se había cometido este lunes en una zona de complejo acceso. Decían, además que se trató de un enfrentamiento entre ilegales y que en la mitad habían quedado algunos civiles. Finalmente, este miércoles, tropas de la Policía, CTI de la Fiscalía, Ejército y la Fuerza de Tarea Pegaso se desplazaron hasta Pueblo Nuevo. En el lugar, las autoridades encontraron a cuatro personas muertas. Confirmaron la tesis de un enfrentamiento entre grupos irregulares. Este jueves otro cuerpo llegó al casco urbano del municipio de Barbacoas. Se trata de un hombre que, según la mujer que lo llevó, murió en la vereda Pueblo Nuevo el día del enfrentamiento.

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¿Quiénes son los muertos?

En Magüí Payán hay más dudas que certezas. Aunque se confirmó que efectivamente ocurrió un acto violento en medio del cual quedó la población, nadie revela más detalles de lo sucedido. Por ahora, se sabe que las personas asesinadas fueron identificadas como Esteban Suárez Gil, 20 años; Héctor Segundo Borjes Estupiñan, 42 años; y Jesús Orfirio Landázuri. De las personas que hasta ahora han sido reportadas, dos tenían órdenes de captura. 

Una de las incógnitas que está por despejar y que más preocupa a los pobladores, tiene que ver con la suerte de Edison Ortiz, presidente del Consejo Comunitario Manos Amigas. Desde que se conoció la noticia de la masacre, se ha dicho que el líder comunitario sería una de las víctimas mortales. La preocupación no es menor, si se tiene en cuenta que a la fecha nadie da razón de él.  

Responsables

No existe una prueba contundente que comprometa a una organización armada como tal. Sin embargo, las hipótesis del Ejército y la Policía apuntan a las dos fuerzas que se pelean el control del narcotráfico y la minería ilegal en la zona: el Frente Comuneros del Sur del ELN y una disidencia del Frente 29 de las Farc. De confirmarse, la pregunta que muchos se hacen es qué va a pasar con la tregua bilateral que en octubre declararon los hombres comandados por Gabino. Y es que a pesar de que han respetado la tregua con la fuerza pública, ya se perdió la cuenta de la cantidad de acciones que han cometido contra la población civil.

¿Es cierto que es difícil llegar a la zona?

Pese a que ya hay consenso sobre el lugar de los hechos, la respuesta no ha sido una aliciente. Pueblo Nuevo es un corregimiento del municipio Magüí Payán que queda a orillas del río Patía. El problema es que llegar a ese territorio es una misión casi imposible. Por tierra, no hay camino. Una opción es en lancha desde Tumaco, pero el viaje se calcula en casi ocho horas. La otra vía, es viajar hasta Pasto, de ahí a Barbacoas por una trocha durante ocho horas. Una vez en el municipio, se debe tomar una lancha para cruzar el río y de ahí otro carro que transporte a la persona hasta Magüí Payán.

En ese contexto es que dice que la brecha entre la Colombia rural y la urbana juega un papel determinante. Además de los evidentes problemas de comunicación que hay en la zona, a ese suma la lejanía y los problemas de transporte.

Testigos

Todavía hay un manto de misterio sobre lo que pasó en Mangüí Payán. Además de la cifra de muertos que entregó la Policía, los habitantes no han entregado mayores detalles. De hecho, desde diferentes sectores se ha hecho un llamado para que una comisión humanitaria se desplace hasta la zona.

El tiempo

Si en algo coinciden las declaraciones que han entregado habitantes y líderes, es en la fecha y la hora. Al parecer, el choque entre los grupos armados ocurrió el lunes entre las cinco y seis de la tarde. Por eso, el temor de muchos es que en los tres días que demoró el Estado en hacer presencia se hayan perdido o alterados pruebas claves, o como suele ocurrir en este tipo de situaciones, se haya intimidado a la comunidad para que no entregue detalles.

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Testigo

Una mujer identificada como Juana Tenorio Angulo, que desde este martes se encuentra hospitalizada en el centro médico de Tumaco, es de las pocas testigos que dejó el enfrentamiento. Sin embargo, por su delicado estado de salud lo único que se sabe, después de una charla informal que sostuvo con el secretario de Gobierno de Nariño, Édgar Insandará, es que escuchó el combate. No tiene información de número de muertos o heridos.

¿Por qué se pelean ese territorio?

Nariño es un punto de estrategia para el narcotráfico y la minería ilegal. Su ubicación no solo facilita la siembra, transformación y comercialización de coca, sino también de oro de aluvión. Aunque se sabe que en el territorio tiene fuerte presencia el ELN, disidentes de las Farc, también se ha dicho que hay una marcada presencia de bandas criminales, incluso extranjeras.

Por aclarar

La noticia que entregaron las autoridades confirmó una verdad a voces. Sin embargo, queda una duda sobre el número de víctimas, heridos y desaparecidos. La cifra en este momento es de 5 muertos, pese a que voceros de la comunidad han dicho que los números rondan los 12, 16, 26 y hasta 30 muertos. De hecho, uno de los temas que está por aclarar es qué tan ciertas son las versiones que apuntan a que algunos cuerpos fueron arrojados por los grupos ilegales al río Patía.