Nación
Mamá de Sofía Cadavid, bebé de 18 meses asesinada en Antioquia, rompe su silencio
Luisa Fernanda Henao habló por primera vez sobre la muerte de su hija a manos de su papá, Diego Cadavid, quien confesó el crimen.
En la mañana del 18 de diciembre de 2020, Colombia se estremeció por el crimen, que ocurrió la noche anterior, de la pequeña Sofía Cadavid, una niña de 18 meses cuyo padre confesó haber asesinado en el municipio de Rionegro, en Antioquia.
Por primera vez, su madre, Luisa Fernanda Henao, decidió hablar de lo sucedido y de cómo recuerda a su niña, que cuidó durante 18 meses. En una entrevista con el medio MiOriente, la mamá dijo que la tristeza y el dolor son constantes, permanentes. “Esto me ha desubicado muchísimo, ha logrado partir mi vida en dos”, le dijo al periodista antioqueño.
Henao aseguró que lo que la mantiene en pie, desde que perdió a Sofía, es su familia y la creencia en Dios. Lo siente como una compañía que la empuja y ayuda a seguir adelante, a pesar de todo lo ocurrido.
“Fue demasiado anhelada, la deseamos con todo el corazón, todos los días se la entregaba a la Virgen de Guadalupe para que la protegiera”, contó sobre Sofía.
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La madre negó acusaciones que hizo Diego Cadavid sobre ella, relacionadas con la manera como se manejaban las visitas a Sofía. Él aseguró que tenía que comprar el tiempo para poder estar con su hija, lo que desmintió Luisa Fernanda, afirmando que eso jamás sucedió. “Se atendía como si hubiera llegado otro hijo, le ofrecíamos almuerzo, desayuno, a la hora que llegaba”, sostuvo.
“Simplemente sellamos todo lo que había pasado entre los dos, dejamos eso atrás y empezamos a llevar las cosas como amigos”, explicó.
El día del crimen
La mamá de Sofía Cadavid le relató a MiOriente todo lo que sucedió el 18 de diciembre, cuando su hija fue asesinada.
Luisa Fernanda estaba estudiando limpieza facial y maquillaje profesional todos los jueves, por lo que Diego le pidió que le permitiera a Sofía pasar ese tiempo con su abuela paterna.
“Ese jueves, él llegó por la niña a la casa y en el transcurso del día también nos comunicamos. Le escribí dos veces, también preguntándole cómo seguía la niña porque estaba como malita, le estaban empezando a salir los dientes y todo eso, entonces la fiebre que le subía era a raticos. Me dijo que estaba de muy buen ánimo, que estaba jugando con la mamá”, explicó Henao.
A las 6:15 de la tarde, Luisa Fernanda salió de su clase y le preguntó a su mamá si ya estaba con Sofía, quien iba a recibirla después de que pasara la tarde con su abuela paterna y Diego Cadavid. Como la respuesta fue negativa, se preocupó y sintió angustia, por lo que empezó a llamarlo y a escribirle, pero el celular estaba apagado.
Sin embargo, en ese momento recibió un mensaje de él, en el que le preguntaba si la podía recoger para ir con la niña a comprar “unas cosas”, pero esa comunicación le llegó tiempo después de que él la hubiera enviado.
Luego se pudo comunicar con su exsuegra, quien le dijo que desde las 5:30 p. m. había despachado a Sofía y a Diego de su almacén, en donde él dejó su vehículo antes de partir con la niña.
“Abrí el carro, encontré la pañalera y la billetera de él, tenía todos sus papeles y me tranquilicé, pensé que debía estar cerca”, relató. Pero no fue así, y las 7:30 de la noche ella y su familia comenzaron a buscar a la pequeña y a su papá, con la esperanza de que estuviera sana y salva.
“Yo a Diego lo acabo de ver”, le dijo una prima de Luisa Fernanda a su mamá esa noche, “él está por los lados de La Mota”, un barrio.
Con esa pista, todos emprendieron el camino hacia allá. “Él venía caminando, por un lugar muy oscuro y lo que hice fue tirarme del carro (...) Salí corriendo, al no verle la niña me angustié muchísimo más”, recuerda la madre de Sofía, quien en ese momento le pidió a Diego que le dijera dónde tenía a su hija y notó que tenía cortadas en los brazos, pero permanecía en silencio.
“Se lo llevaron a la clínica, supuestamente porque estaba drogado, confesó”, aseguró.
Pero la búsqueda no terminaba, y encontrar al papá de su hija solo, sin ella, aumentó el miedo, a pesar de que todavía albergaba la esperanza de que la pequeña Sofía siguiera con vida.
Sin embargo, tras horas de búsqueda con acompañamiento de las autoridades, encontraron el cuerpo de Sofía en la zona boscosa del barrio Porvenir, sin ayuda ni pistas del confeso asesino, que se llevó la vida de una niña que ni siquiera pudo cumplir dos años de vida.