DEBATE
“Mandarino es el ala oscura de la familia Gnecco”: Ariel Ávila
Así lo dijo el subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, tras el nuevo capítulo de Mafialand en el que se revela el poder detrás del Ñeñe Hernández, según las investigaciones de la Dijín.
En el segundo capítulo de Mafialand, la serie de investigación de la periodista María Jimena Duzán, se mostró cómo –según la Dijín– José el ‘Ñeñe’ Hernández habría tenido una vida criminal presuntamente conectada al poderoso clan Gnecco, que manda en La Guajira y el Cesar. En SEMANA en Vivo, expertos sobre el narcotráfico y los clanes en Colombia analizaron el caso.
“Lo más interesante de la investigación de la ñeñepolítica es que se nombra a Marquitos Figueroa, que es como el jefe de sicarios que está preso; de hecho, me mandó asesinar a mí. Y el otro es el señor Mandarino, de la familia Gnecco, esa es el ala oscura de la familia que mantiene mucha cercanía con la ilegalidad”, explicó Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación.
Alias Mandarino se llama en realidad Armando de Jesús Gnecco Vega y ha sido señalado por la Fiscalía de ser el financiador de la estructura criminal del señalado capo Marquitos Figueroa. Justamente, el Ñeñe fue presuntamente el testaferro de Marquitos. Esta relación la encontró la Fiscalía luego de un operativo para dar con las finanzas ilegales de la estructura criminal de Marquitos Figueroa en junio de 2019.
“Detrás del Ñeñe no solo hay una familia poderosa, sino una especie de corporación (...) Hay un testigo, alias Laverde, que cuenta que después de esa extinción (de dominio), esos bienes, donde había estaciones de servicio de alias Mandarino, del Ñeñe Hernández y Marquitos Figueroa, empiezan todas estas organizaciones criminales a moverse para armarles un complot judicial a estos investigadores de Policía Judicial que termina descubriendo al Ñeñe”, aseguró Miguel Ángel del Río Malo, abogado defensor de los dos policías de la Dijín que interceptaron al Ñeñe y que ahora fueron imputados por violación ilícita de comunicaciones.
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En el caso del clan Gnecco, el investigador Ariel Ávila asegura que ellos han logrado “infiltrar en gran parte las autoridades” para lograr sortear procesos judiciales en su contra. “Funciona como una autocracia: ellos tienen el gobernador actual, (Luis Alberto) Monsalvo Gnecco, que estuvo procesado por varios temas, uno muy delicado por invasión de tierras (...) y en segunda instancia voltearon todos los votos y milagrosamente quedó libre”, aseguró Ávila.
En el caso del gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, la Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema lo había condenado por el delito de corrupción al sufragante, pero en segunda instancia la Sala Penal del Alto Tribunal lo absolvió en septiembre de este año.
La nueva élite criminal, tal como se explica en Mafialand, tiende a tener un pie en la legalidad y otro en la ilegalidad; de hecho, en apariencia hay menos violencia, a medida que se va cooptando el poder económico y político. “El caso del clan Gnecco es atípico, es burdo, es muy visible la conexión con la ilegalidad. Pero uno ve al clan Gnecco cada vez más hacia eso, reemplaza el plomo por la plata”, aseguró Ariel Ávila.
“A medida que avanza esa ilegalidad ya no se requieren tanto esos medios, porque ya se han cooptado las instituciones a través de la infiltración al interior de las instituciones. En la medida en que las redes ilícitas se hacen más sistemáticas hay una multiplicidad de agentes supuestamente legales, abiertamente criminales, y agentes grises que actúan entre la legalidad y la ilegalidad. Lo que hemos demostrado es que a medida que la ilegalidad se profundiza, el papel de los agentes grises es fundamental”, dijo al respecto Luis Jorge Garay, economista e investigador.