Conflicto armado
Indignante: las propias Farc relatan cómo fue su trato inhumano con los secuestrados
Marcos Alvis Patiño, Alfonso López Méndez y Jhoverman Sánchez revelaron las vejaciones y humillaciones a las que fueron sometidas cientos de personas en poder de la guerrilla de las FARC-EP entre 1999 y 2000.
Este domingo la JEP anunció que se conoció el relato de tres excombatientes de la guerrilla de las Farc, en el que dieron detalles sobre hechos relacionados con el secuestro. Estos testimonios se dieron a conocer dentro de un comunicado lanzado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en el que se aclara que dichas versiones se desarrollaron en presencia de los abogados de las víctimas y la Procuraduría.
La JEP señaló que las diligencias hacen parte de diez versiones que ordenó la Sala de Reconocimiento para los mandos medios de las ex Farc-EP, luego de ser señalados estos cabecillas por las víctimas en sus demandas de verdad. Los versionados fueron nombrados en hechos de toma de rehenes y graves privaciones de la libertad.
34 víctimas enviaron observaciones y preguntas al compareciente. Sobre estos casos, Jhoverman Sánchez reconoció su participación en estos delitos, pidió perdón a quienes sufrieron estos crímenes y se comprometió a investigar los que cometieron guerrilleros que estuvieron bajo su mando.
De acuerdo con la JEP, además de Marcos Alvis Patiño, Alfonso López Méndez y Jhoverman Sánchez, a la fecha han rendido versión Bernardo Mosquera Machado, Héctor Julio Villarraga, Wilmar Antonio Marín Cano y Reinel Guzmán.
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Hasta el 9 de abril, la Sala de Reconocimiento de Verdad escuchará las versiones de tres comparecientes más: Sandra Patricia Velásquez, Fancy María Orrego y Pedro Trujillo Hernández.
Cabe aclarar que las versiones son reservadas para proteger la intimidad de las víctimas.
Marcos Alvis Patiño
“A los policías que estuvieron cautivos se les ponía un nylon para sujetarlos. A pesar de que tenían diarrea no podían ir al chonto (letrina) entre las 6:30 p.m. y las 5:00 a.m. una vez se cerraba la puerta y debían hacer sus necesidades en bolsas e incluso en los recipientes donde comían”, este es uno de los testimonios más impactantes del excabecilla guerrillero Marcos Alvis Patiño.
Durante los días 4, 8 y 11 de marzo de 2021, Alvis y otros mandos medios de las Farc dieron su versión sobre su responsabilidad en el secuestro de militares, policías y civiles. Además, respondieron las preguntas de las víctimas.
Alvis Patiño, durante más de siete horas, entregó su versión sobre los tratos crueles e inhumanos que sufrieron los policías en los dos campos de secuestrados que comandó. Reconoció que durante años tuvo en su poder a los policías que fueron secuestrados durante la toma de Mitú en 1999 y pidió perdón a las víctimas.
“El testimonio incluyó un reconocimiento de responsabilidad sobre los hechos que investiga la JEP en el marco del caso 01: Toma de rehenes y otras privaciones graves de la libertad cometidas por las Farc-EP”, señala la JEP en su comunicado.
“El daño que hicimos en esta guerra es demasiado grande”, asintió Marcos Alvis Patiño al reconocer los malos tratos que sufrió el exgeneral de la Policía Luis Herlindo Mendieta y sus compañeros, quienes estuvieron secuestrados bajo su vigilancia.
”Él quiere que se reconozca que ellos estaban cerca de los marranos, les llegaba el olor constante, y que no tenían agua suficiente y los marranos sí. Tenían sed, se sentían humillados”, reza la interpelación del expolicía. El compareciente admitió la situación y describió, ilustrando con un mapa que elaboró, la distribución del campo y la forma como le bombeaban agua a los cerdos, a los cautivos y al campamento de los guardias.
“Yo incluí al intendente Peña en la lista de secuestrados enfermos para ser entregados en intercambio humanitario, pero luego fue retirado”, dijo Alvis Patiño, refiriéndose al intendente de la Policía Luis Hernando Peña Bonilla, quien sufría problemas de salud mental y que sigue desaparecido. Patiño se comprometió a averiguar con otros excombatientes en Mesetas (Meta), sobre el paradero del intendente Peña Bonilla.
“El secuestro era inhumano, denigrante y de las peores cosas que ha dejado el conflicto”, señaló aparentemente arrepentido y comprometido con la verdad que exigen las víctimas, según es manuscrito de la JEP.
Alfonso López Méndez
López fue comandante del frente 27, uno de los más grandes de las ex-Farc. Reconoció que el frente llegó a tener 500 guerrilleros y 400 milicianos que hicieron presencia en regiones extensas de los municipios de Vistahermosa y San Juan de Arama, en el departamento del Meta.
En su versión del pasado 8 de marzo, López “reconoció que el frente 27 se financiaba del cobro de la pasta base de coca, acumulando millonarios ingresos que le permitían ejercer el control territorial de vastas zonas, incluso construyendo carreteras en estas”, señaló la JEP.
Admitió además que, aparte de los ingresos por la pasta base de coca, recibían ingresos por “multas” cobradas a los campesinos de la región.
“El cobro de estas “multas” estaba precedido de secuestros; a los campesinos se les acusaba de ser informantes enemigos o de no cumplir las órdenes de la guerrilla, en especial la de pagar el “impuesto” a la pasta base de coca. Algunos campesinos eran asesinados y aún se encuentran desaparecidos y sus familiares los buscan, razón por la cual la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas estuvo presente en la diligencia, así como las víctimas acreditadas”, explicó la JEP.
Jhoverman Sánchez
Sánchez fue el tercero al mando del frente quinto de las Farc hasta 1997 y luego comandó el frente 58 que operaba entre el Nudo de Paramillo, Urabá y el Chocó. Participó en operaciones militares en Riosucio, Murindó, Vigía del Fuerte, Bojayá, Carmen de Atrato y Juradó.
La magistrada de la JEP, Julieta Lemaitre, le preguntó a Sánchez por la orden dada para secuestrar en Urrá, Córdoba, en 1994, a dos topógrafos de nacionalidad sueca, un ingeniero colombiano y dos conductores, todos contratistas de la multinacional Skanska. “Ahí estaba Márquez, Iván Márquez. Esa fue una operación del Bloque”, respondió el exguerrillero, quien reconoció que participaron los frentes quinto, 34, 18, 58 y 57 pero insistió que para esa época “no era mando de ningún frente, ni siquiera era el tercero del quinto”.
Uno de los abogados de las víctimas le preguntó al compareciente sobre quién era el mando en la zona de Dabeiba, pues las víctimas de las personas que desaparecieron forzosamente en esos años dicen “que era común que cuando transitaban del Urabá hacia Medellín, en Dabeiba, en un puente los paraba la guerrilla constantemente, se montaban, señalaban quiénes se tenían que bajar, los mataban y los tiraban al río”.
En esta cuestión, Jhoverman negó su responsabilidad: ”Sí sucedieron esos hechos, pero esa acción la hacían comisiones de dos frentes: 34 y quinto. Los que pasábamos por allí no hacíamos eso”.
Tal vez lo más impactante en el relato de Sánchez fue el momento en el que reconoció públicamente su participación en el secuestro de más de 137 miembros de la fuerza pública (entre militares y policía) en los años 1998 al 2005.
“Había otros mandos superiores a mí que se encargaban de esto. Nunca fui a ninguno de estos campamentos, quien enviaba o recibía las notas tampoco era yo, si no estoy mal quien se encargaba de eso era Márquez, aunque yo supervisara a los cautivos”. Jhoverman admitió que los secuestrados recibieron tratos crueles e inhumanos, pero dijo que ninguno de esos hechos delictivos fueron protagonizados por él.