TEMPORADA TAURINA
Mano a mano: Roca Rey toreó, arriesgó y abrió la puerta grande; El Juli decepcionó
Crónica de un mano a mano que quedó en deuda por la falta de bravura (general) y de presentación de dos toros de Ernesto Gutiérrez. Además, por los múltiples fallos de Julián López ‘El Juli’, al entrar a matar en los tres turnos saliéndose de la suerte. Al final de la reseña, resumen de los triunfadores de la 68.ª Temporada taurina de Manizales.
Atronadora ovación de los tendidos de la Plaza de Toros, para un casi lleno. Saludaron Julián López ‘El Juli’ y Andrés Roca Rey, máximas figuras del toreo que, en un pulso torero, cerraron la 68.ª Temporada Taurina de Manizales en un mano a mano soñado, dos generaciones, dos tauromaquias, dos hombres que aman y viven por el toro.
El primero de la tarde, Silvestre (448 kilos), negro, de la ganadería manizaleña de Ernesto Gutiérrez. Más un novillo que un toro, por su falta de trapío y escasos pitones, que no son dignos de una plaza de primera categoría.
Salida alegre del astado y, aún más, el inicio con el capote de El Juli, que, recordando sus épocas de novillero, lo recibió de rodillas. Ejecutó unas verónicas templadas y un quite por chicuelinas en el centro del ruedo, muy ajustadas al cuerpo.
La puya no quedó en buen sitio y las banderillas de los subalternos no lucieron. En la muleta, los 25 años de alternativa de Julián López relucieron. Le dio al toro los terrenos y tiempos necesarios. Lo hipnotizó con la muleta. Silvestre fue fijo y con una embestida dulce, no se cansó de hacer el avión y El Juli toreó en redondo, al natural, por derechazos, de rodillas, todo de alta calidad.
Tendencias
Faenón. Se perdió la cuenta de los pases que motivaron fuertes olé en los espectadores. El Juli dijo presente. Entró a matar, sin verdad, y perdió todo lo bueno que había realizado. Se salió de la suerte suprema -evitando el peligro de los pitones-y lo pagó caro. Espada tendida. Acertó en el primer intento con el descabello. Palmas del público por la gran faena.
Roca Rey afinó a Clarinete
Salió Andrés Roca Rey y recibió a Clarinete, de 452 kilos. El toro fue tardo y, Roca Rey, al parecer, ordenó que apenas lo tocaran con la puya. Detalle poco taurino, ya que no se midió la bravura del toro. Que era poca y de embestidas broncas.
Con el capote, de lo mejor de la feria. Capote a la espalda, figura erguida, pies juntos, tafalleras, intercaladas con gaoneras, ceñidas; y un remate con una rebolera que cortó el viento frío de la noche manizaleña. Palmas que calentaron los tendidos y a una corrida de la que se esperaba mucho más.
El toro, manso, se fue de la muleta y de largo en tres ocasiones, pero Roca Rey, que por algo es el torero que más convoca personas a las plazas de toros en el mundo, porque le funciona la cabeza y es un gran lidiador, aprovechó la bondad de los astados y se paró en terrenos que otros no lo hacen. Clarinete continuó buscando las tablas por su falta de bravura.
Y ahí, donde el toro se refugió y apretó por la falta de casta, Roca Rey dio un circular invertido y toreó en redondo, templado, como si los segundos no pasaran, ante un toro que embistió con fuerza, pero no por bravo.
Espadazo, volcándose en el morrillo y dejando su puño con fuerza en el acero toledano hasta el final de la suerte. Una oreja para el torero peruano y pitos en el arrastre para Clarinete.
Habanero del bueno
Salió el toro más lindo del encierro, Habanero, de 470 kilos, y bien presentado de pitones. No como los dos anteriores.
Buena puya. El toro peleó con fiereza en el caballo y el público reconoció con palmas lo bien hecho. Las banderillas fueron deslucidas y uno de los pares impresentable, en el costillar.
Faena completa y poderosa con ambas manos, ante un habanero puro en las embestidas, encastado y fijo. Volvió El Juli a salirse de la suerte de manera descarada. el toro pone a cada quién en su sitio. Dos pinchazos y perdió nuevamente lo realizado.
Perdicero, el castaño requemado
Salió al ruedo un toro de capa castaño requemado, chorreado en verdugo y auguró cosas interesantes. Perdicero, de 456 kilos, cambió en la faena, pero Roca Rey, con su poderío en ambas manos, lo embebió en los vuelos de la muleta, sacándole buen partido. Sonó la música. El toro se fue a menos y la faena también.
Buscó las tablas nuevamente, Roca Rey se arrimó, le enganchó la muleta. Pinchó tres veces y acertó en el cuarto intento. Silencio.
Momento negro de la noche
Salió Madremonte, quinto de la tarde y último de los tres que le correspondieron a El Juli, de 460 kilos, buena vara y mucha entrega de los banderilleros.
El Juli le faltó al respeto a la Plaza de Manizales, a su profesión y torería, careció de verdad en la suerte de matar. No puede ser que un torero con 25 años de alternativa, y máxima figura del toreo, se niegue a entrar a matar con verdad en los tres toros que lidió. Nada más que decir de una tarde negra de Julián López Escobar. El último toro lo pinchó en cinco oportunidades y, para salir del momento bochornoso, lo descabelló. Bronca en la plaza por los múltiples fallos que tuvo el español con la espada.
Roca, en Rey
Centellita (448 kilos), último de la tarde-noche, de Ernesto Gutiérrez, valió para el triunfo de Andrés Roca Rey, máxima figura del toreo actualmente, quien estuvo por encima del toro. Empezó la faena citando de lejos y de rodillas. Lleno de valor y de ganas, el torero peruano toreó durante más de 10 minutos con la muleta, construyendo una faena emotiva, en la que se paró donde el toro deseó, hasta terminar en las tablas. Llegó el triunfo y la alegría en la plaza, en una tarde que quedó en deuda con la fiesta del toro por todo lo contado anteriormente.
Triunfadores de la 68.ª Temporada Taurina de Manizales
Triunfador de la Feria - Trofeo Catedral de Manizales
Luis Bolívar, quien por segundo año consecutivo alcanza el máximo premio de la Temporada Taurina de Manizales, demostrando el gran nivel en el que se encuentra y dejando en alto el toreo colombiano, al superar a figuras como Andrés Roca Rey (Perú), Emilio de Justo (España) o Sebastián Castella (Francia). Enhorabuena por Bolívar, a quien le espera un gran 2023.
Mejor faena, Voceador de La Patria
Luis Bolívar. El jurado valoró, en conjunto, la faena que estructuró ante el toro Legionario, de 488 kilos, de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo, indultado el pasado 4 de enero. Además de la torería que demostró ante Perfumado, de 472 kilos, de la ganadería de Las Ventas del Espíritu Santo, el pasado 6 de enero.
Mejor Encierro
Ganadería Santa Bárbara. Cada uno de los toros que salió al ruedo rindió homenaje al trapío, belleza y seriedad, mínimos del toro de casta que se están perdiendo en otras ganaderías. Felicitaciones para el Capitán Carlos Barbero y el buen trabajo que viene realizando, desde hace varias décadas en la selección genética, de allí la nota alta en la casta y presentación de sus ejemplares
Mejor Novillero
Felipe Miguel Negret. Decisión discutible, ya que las faenas más completas de capa y con la muleta fueron las del francés Lalo de María (falló con la espada). Negret mató bien y, una faena justa, le valieron para cortar la única oreja en la novillada de la 68.ª Temporada Taurina de Manizales.
Mejor subalterno a pie
Emerson Pineda. Gran temporada con el capote, en su desempeño general en el ruedo y nota alta en banderillas, exponiendo y ejecutando pares de valor, exponiendo mucho su cuerpo frente a los pitones de los toros. Triunfo más que merecido para un hombre que ha trabajado por impulsar la Escuela Taurina de Manizales.
Mejor Toro (premio entregado por la Barra Taurina 5, de Bogotá).
Legionario, N.º 179, de la ganadería de Juan Bernardo Caicedo. Toro negro que mostró su calidad desde la salida, se enceló en el capote y respondió con velocidad y fiereza a las verónicas que ejecutó Luis Bolívar.
Peleó en el caballo, persiguió en banderillas. Nota destacada en la casta y embestidas de Legionario, que en la muleta arrancó de largo, humilló con calidad por ambos pitones.
Toreó con temple y despacio. Tauromaquia de la buena. Retumbó el pasodoble en la plaza. Se deleitó Bolívar, el toro no paró de embestir nunca. Sonó Feria de Manizales y la emoción se desbordó. Al final, el toro buscó las tablas y, un tanto atropellado, Luis Bolívar indultó a Legionario.