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“Maradona les robó la billetera a los ingleses”
El experimentado periodista deportivo Carlos Antonio Vélez saca su libro de los recuerdos para hablar sobre Diego Maradona y su agilidad para jugar al fútbol. “Es el mejor que yo vi”, dice, y asegura que aquel gol con la mano en México 86 fue una “viveza criolla”.
Polémico. Carlos Antonio Vélez es uno de los comentaristas clásicos del deporte en Colombia. Se puede estar o no de acuerdo con sus conceptos y con su forma de ver el fútbol, pero no se puede negar es que es uno de los ‘tenores’ del comentario deportivo en el país. Es estudioso, analista y en cada transmisión que lidera sale a flote el técnico que tiene adentro.
“Yo estoy muy viejo para polémicas. Doy mis opiniones y el que esté de acuerdo bien y el que no, pues lo lamento mucho y cada uno pensará lo que quiera. Yo creo que Maradona fue el mejor de todos”.
Vélez es sinónimo de irreverencia y cree más en el prestigio que en la popularidad. “Popular es cualquiera, mientras que el prestigio se gana con credibilidad, trabajo y estudio”.
Carlos Antonio nació un 30 de octubre de 1953. Exactamente siete años después llegó al mundo “el más humano de los dioses”, como describe Eduardo Galeano a Diego Maradona, un 30 de octubre pero de 1960. Una profunda casualidad de la vida y de su profesión: “los que estudiamos fútbol somos los que no sabemos jugar, es un poco para compensar esa frustración”.
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Vélez –con 48 años de trayectoria profesional-, en conversación con SEMANA, analizó al mejor jugador argentino de la historia y es una voz autorizada para hablar del hombre que para él, más supo con la pelota. Además, Carlos Antonio es un gran amigo de uno de los maestros de Maradona: el técnico Carlos Salvador Bilardo. Los dos guiaron a Argentina a uno de sus mayores logros: ganar la Copa Mundo de 1986. A Bilardo tuvieron que mentirle a cerca de la muerte del “barrilete cósmico”, como le decían al ‘Pelusa’, por su delicado estado de salud. Según medios argentinos, incluso le apagaron el televisor con la excusa de tener un cable cortado.
Carlos Antonio recuerda que a pesar de lo que significó el uno para el otro, la relación entre Bilardo y Maradona, dos grandes del fútbol argentino, se quebró: “esa relación se deterioró por culpa de terceras personas que estaban interesadas en que ellos no fueran amigos”.
A los 33 años, Vélez estuvo en el mundial de México 86. Ya había asistido al de Argentina en 1978, la copa del Mundo a la que Diego Armando Maradona no fue convocado por César Luis Menotti debido a su juventud. Y también estuvo en la cita orbital de 1982 en Barcelona a la que Diego Armando llegó como una de las figuras destacadas del Mundial Juvenil de Japón 1979.
Pero, el mejor momento, fue en el Mundial del 86. Vélez estuvo en el partido mítico entre Argentina e Inglaterra, en el estadio Azteca, acreditado por el diario El Siglo. Ya había visto al 10 de los argentinos en los 7 partidos anteriores en los que asegura, siempre se destacó. Sin embargo, como para muchos, ese fue el partido más memorable, no solo por lo que representó desde el punto de vista deportivo, con el mejor gol en la historia de los mundiales y alcanzar otro, de ‘la mano de Dios’. También por el impacto político que tenía el conflicto entre los dos países por cuenta de la guerra de Las Malvinas, que dejó más de 649 argentinos caídos.
La inolvidable ‘mano de Dios’, para Carlos Antonio fue un robo de billetera a los ingleses y dice con vehemencia que aunque fue un hecho tramposo, Maradona no tenía que pedirles perdón y trae a la memoria el Mundial del 66 que ganaron los ingleses en medio de la polémica.
Diego goza de un gran prestigio por lo que hizo en el campo de juego. Fuera de la cancha, su popularidad está nublada por el mundo de las drogas, aunque se arrepintió por eso en la Bombonera y aseguró que “la pelota no se mancha”. Maradona fue para Carlos Antonio Vélez un estratega, incluso en sus relaciones políticas. Para él es difícil creer que la figura de Diego haya sido explotada por Chávez, Castro o Maduro sin que les costara nada y está convencido que como la mejor de las jugadas elaboradas en la cancha, Diego también supo gambetear a estos líderes de izquierda para sacar algún provecho a esas relaciones.
Esto es lo que piensa Carlos Antonio Vélez de la historia de Diego Armando Maradona.
SEMANA: ¿Para usted cuáles son las grandes mentiras y verdades que encierran la vida de Diego Maradona?
Carlos Antonio Vélez: Las grandes verdades son que irrefutablemente Maradona es de los más grandes jugadores que ha parido el fútbol. Yo sí creo que hay que hablar de distintas épocas. Son seis grandes: Alfredo Di Stéfano, Johan Cruyff, Maradona, Pelé, Cristiano y Messi. En el fútbol y la academia no es bueno traer las cosas al tiempo presente; a cada uno hay que analizarlo en su contexto. Históricamente, en el año 72 comienza la reducción del tiempo y del espacio en el fútbol, cuando la escuela holandesa empieza a generar el famoso fútbol total y se expande en el año 74. Ya Pelé no estaba, y aunque ganó mucho más que todos, estamos hablando de calidad y no de cantidad. Diego gana en lo primero. Es verdad que Diego jugó en una época muy difícil y se convirtió en una leyenda, un mito, y lo del 86 fue su carta de presentación. Mentiras: muchas en su vida privada. Creo que consumió menos cocaína de la que dicen, que tomó más alcohol del que dicen y que tuvo más malas compañías de las que denuncian.
SEMANA: La vida de Maradona estuvo marcada por genialidades y excesos. ¿No tenía puntos medios?
C.A.V.: Es que Diego siempre fue así. Una de sus frases es “yo no tengo grises: yo soy blanco o negro”, y evidentemente fue así. No tuvo matices, ni en lo político ni en lo personal: adicciones, gustos, mujeres e hijos, que tuvo varios. Miren el partido de Argentina versus Inglaterra en el Mundial del 86, en ese partido expresó lo que la sociedad argentina tenía. Diego se volvió como el soldado que aparece en las películas con una bandera y la clava en medio de los bombardeos. Lo que vivimos en el Azteca no es más que la reivindicación de Diego; fue el más argentino de los argentinos. Les robó la billetera a los ingleses con ese gol con la mano.
Carlos Antonio Vélez“Creo que consumió menos cocaína de la que dicen, que tomó más alcohol del que dicen y que tuvo más malas compañías de las que denuncian”.
SEMANA: ¿Cómo vivió usted como periodista la jugada de la mano de Dios?
C.A.V.: Yo estaba en el estadio y la jugada fue muy rápida. A uno desde la cabina de prensa le queda la sensación de que fue con la mano, pero no sé si a ras de piso quede la misma sensación. Hacía mucho calor, calor de altura, estadio lleno, un entorno de partido tenaz, era muy bravo por todo lo que había pasado en la guerra de las Malvinas. Él arrima el puño a la cabeza y lo hace tan bien y tan rápido... En ese momento no había VAR ni esas repeticiones. Esa fue una viveza criolla. Reitero, les robó la billetera a los ingleses ahí, delante de todo el mundo. Y ellos andan berracos todavía.
SEMANA: ¿Maradona debió haber pedido perdón por el gol con la mano ante Inglaterra?
C.A.V.: Yo no creo, porque si vamos a eso todos los días tendríamos que estar pidiendo perdón. Es un hecho tramposo, pero también es cierto que los ingleses lo han hecho muchas veces. A mí me gustaría que revisaran cómo ganaron ellos su Copa del Mundo. Entonces sería bueno que los ingleses le pidieran disculpas al mundo por lo que pasó en su mundial.
SEMANA: ¿Qué hacía genio a Maradona, qué lo hacía diferente?
C.A.V.: Diego era valiente. Yo he creído, tal vez equivocado, pero creo que el fútbol es un juego que hay que jugarlo y entenderlo, y que las figuras que son estrellas tienen que ser necesariamente valientes, porque en este deporte son pocos los realmente diferentes. Al diferente cada partido de fútbol se convierte en una cacería, en algunos casos con la complicidad arbitral. Diego fue valiente, como cuando le dio hepatitis en el Barcelona. Pero lo de Italia fue la tapa. Napoli nunca fue de los diez grandes del mundo; con Diego ganó todo lo que jamás volvió a ganar con una formación que uno analiza y está llena de jugadores normales. Él solo se echó la mochila y se convirtió en el representante del fútbol del sur. Se volvió un representante de la masa popular, aunque lástima que se contaminó por el virus de la cocaína, con la Camorra, que lo fue metiendo y él se ayudó. Pero futbolísticamente tenía una zurda prodigiosa, un cuerpo macizo, con un centro de gravedad bajo que le favorecía, con mucho gol, autoestima real y alta porque se creía lo que era, y eso lo hizo fuerte y casi que invulnerable. En su vida privada fue tan pecador como cualquiera de nosotros, y en eso no soy nadie para juzgarlo.
SEMANA: ¿Cuál es la verdad del inicio de Maradona en el mundo de las drogas desde lo que conoce y ha podido investigar?
C.A.V.: Realmente no lo sé. Hay una teoría que dice que empezó en España a los 24 años. Pero es inocultable su amistad con la familia Giuliano, con la gente que manejaba la Camorra. Hay videos en los que se ve la transformación física; así como uno puede ver qué persona tiene cáncer por su palidez, también uno puede ver qué persona consume drogas, y más una persona como él, tan visible. Se le transformaron sus ojos, su rostro; cómo se va demacrando, cómo va cambiando su forma física: era regordete, pero macizo y ya empieza a ser obeso. Eso es lo que le hace a uno suponer que la cercanía con la Camorra le hizo mucho daño.
SEMANA: ¿Cuál fue el episodio más triste en la vida de Maradona?
C.A.V.: La descalificación en el mundial de Estados Unidos, después de esas escenas que se repiten cuando la enfermera va y lo agarra del brazo y lo saca. Había hecho un partido contra Grecia inolvidable. Para mí ese fue el momento bisagra, porque empezó a mostrar que alrededor de Diego había mucha gente extraña. Aparecen unos entornos que si no se manejan bien, y más con la juventud, siendo figuras y millonarios, les va a costar. Imagínese si le cuesta a alguien con educación, formación y con cuna. Se van arrimando las sanguijuelas, las que empiezan a chupar su vida; los explotan, los usan y terminan siendo sus peores enemigos, los que los llevan al fracaso. En el caso de Maradona, él tenía un preparador físico personal que fue el que lo indujo a usar los fármacos para bajar de peso porque tenía tendencia a la obesidad. Por ejemplo, me acuerdo de que después del 5-0 que le propinamos en Buenos Aires, ellos tuvieron que jugar el repechaje con Australia; Diego estaba en la tribuna ese día y lo hicieron prepararse rápidamente para el efecto psicológico de su presencia y generar una ventaja para la clasificación al mundial. Había mucha cosa química a su alrededor, pero también malas compañías; mal influenciado y un muchacho como él, caprichoso por cuestión de formación, millonario, cae en la trampa, y es fácil de seducir, y ahí se mostró la debilidad de su entorno. Le hicieron mucho daño, para mí ese fue el comienzo del final.
SEMANA: Valdano recalcó en su columna de despedida “adiós a Diego y adiós a Maradona”. ¿Está de acuerdo cuando se afirma que uno era Diego y otro era Maradona?
C.A.V.: Sí, absolutamente de acuerdo. Había dos personajes: uno, el personaje deportivo, que es extraordinario y seductor; y el otro, humano, que es igual a cualquiera de nosotros. Un pecado más o uno menos. Él tenía la ventaja de ser lo que era, una leyenda, un mito viviente. Eso lo explotan los políticos y lo explotaron los dictadores, y lo llevaron como su emblema. Ellos estaban felices de tenerlo al lado: Hugo Chávez, Fidel Castro, Nicolás Maduro. ¿Pero cuánto les costó? Porque eso no era gratis. Diego, como un buen producto comercial y de mercadeo, nunca hizo nada gratis. Entonces uno al final dice: ¿eso lo habrá hecho por convencimiento o por qué? De pronto los dictadores creyeron que estaban usando ese emblema netamente deportivo para propaganda de sus fracasados regímenes, o Diego se estaba aprovechando de esos tipos ávidos de poner esos emblemas por delante, pero a un costo alto. Si bien lo quisieron usar, él también los usó y les sacó mucha, pero mucha ventaja.
SEMANA: ¿Cómo era la relación de Maradona con Colombia? Se habla de que estuvo a punto de llegar al América de Cali, e incluso se le vinculó en un momento con Pablo Escobar…
C.A.V.: Lo vi en Pereira y Bucaramanga en partidos amistosos; con la Selección Argentina lo vi muchas veces; ya lo demás, lo de leyendas callejeras, todo es posible. Sí sé, porque se lo escuché a Pepino Sangiovanni, que siendo muy joven Diego estuvo a punto de venir al América, cuando todavía no era Maradona.