ESPAÑA
Rajoy no tendrá el apoyo de partidos emergentes
Los líderes de Podemos y de Ciudadanos dejaron claro que no les interesa hacer una coalición de gobierno sin cambios profundos.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, recibió este martes el "no" de los partidos emergentes Podemos y Ciudadanos para formar un nuevo Ejecutivo, mientras los socialistas anuncian que no renuncian a intentarlo, aunque no "a cualquier precio".
El líder de Podemos (izquierda antiausteridad), Pablo Iglesias, y de Ciudadanos (liberales centristas), Albert Rivera, participan por primera vez en negociaciones para formar Gobierno tras los comicios del 20 de diciembre, en las que estos dos partidos se convirtieron en tercera y cuarta fuerza política y el PP ganó, pero quedó lejos de la mayoría para gobernar en solitario.
El Partido Popular (centroderecha), encabezado por Rajoy, consiguió 123 escaños, en un Congreso donde la mayoría absoluta está fijada en 176, por lo que necesita pactar con otras formaciones para formar un nuevo Ejecutivo.
El líder de Podemos (69 diputados), Pablo Iglesias, señaló tras su encuentro con Rajoy que su prioridad es que el Parlamento elegido en las urnas funcione y dé respuesta a la actual situación de "emergencia social".
Iglesias afirmó que Rajoy "es perfectamente consciente" de que Podemos "ni por activa ni por pasiva va a facilitar un Gobierno presidido por él", ni por nadie del PP.
Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, también transmitió a Rajoy que sus 40 diputados votarán "no" a su investidura, pero se mostró dispuesto a abstenerse si el PP logra pactar con algún partido para poner en marcha la legislatura.
Ante estas negativas, el presidente del Gobierno español en funciones trasladó este martes a Iglesias y Rivera que los resultados electorales demuestran "el mandato democrático" de que sea él quien encabece el próximo Ejecutivo, al ser el partido más votado.
Sin embargo, esta situación es imposible matemáticamente, ya que el "no" de Ciudadanos y Podemos se une al que recibió la pasada semana por parte del socialista PSOE, segunda fuerza más votada, con 90 diputados.
Los socialistas reconocen el derecho de Rajoy a tratar de formar Gobierno como partido más votado, pero no renuncian a intentar formar su propio Ejecutivo si éste fracasa, aunque no "a cualquier precio".
El líder de los socialistas, Pedro Sánchez, anunció ante el Comité Federal del PSOE -máximo órgano del partido-, que asumirán la responsabilidad de buscar una nueva mayoría "progresista" y de "izquierdas" si el PP agota sus posibilidades.
Sin embargo, el líder socialista insistió en que no lo harán "a cualquier precio" y advirtió que no negociarán ningún acuerdo que ponga en peligro la integridad territorial de España.
Sánchez se refirió de este modo a una de las "líneas rojas" de Podemos, que pide un referéndum en Cataluña para saber si hay o no una mayoría a favor de la independencia de esa región del noreste de España.
Este es un punto de discordia para un posible acuerdo entre las dos fuerzas políticas, que aun así necesitarían del apoyo de otras formaciones de izquierdas y nacionalistas de la Cámara para gobernar.
"Quien no entienda que la unidad de España se defiende desde la democracia y quien no entienda la diversidad y la plurinacionalidad del país no ha entendido nada", señaló el líder de Podemos preguntado por la posibilidad de que aparque su defensa del referéndum para negociar.
Ante este escenario de bloqueo y el temor de que sea necesario celebrar nuevas elecciones, el Partido Popular apeló a la responsabilidad del líder socialista para que dialogue y "busque mecanismos" ya que, a su juicio, "existen cauces" para alcanzar un acuerdo con su partido.
Los socialistas, a pesar de conseguir el peor resultado en unas elecciones generales desde 1977, son la llave para alcanzar un nuevo Ejecutivo y se encuentran en posición de dialogar tanto con partidos a su izquierda (Podemos) como a su derecha (Ciudadanos), e incluso recibe el llamamiento del PP.
Los malos resultados electorales del PSOE y la dificultad de que Pedro Sánchez consiga el apoyo necesario para liderar un Gobierno, ha generado una división de opiniones entre sus delegados territoriales que apuntan a la necesidad de celebrar un congreso que revalide su mandato o elija a un nuevo líder.