POLÍTICA
Marihuana con fines recreativos: ¿por qué Colombia no le apuesta a su legalización?
Un proyecto que buscaba legalizar el consumo de marihuana con fines recreativos fue hundido en el Congreso. ¿Qué fue lo que ocurrió y por qué Colombia no ha avanzado en esta materia?
Hace unos años ver en el Congreso un proyecto que pretendiera regular el cannabis para adultos era un imposible. Una iniciativa de este tipo implicaba enormes costos políticos y hasta podría dañar las aspiraciones de los congresistas que buscaban mantener su curul.
Sin embargo, eso ha venido cambiando. Para esta legislatura se presentaron varios proyectos en ese sentido, pero uno de ellos se hundió en su segundo debate en las últimas horas, a pesar de que llegar hasta esta instancia es un hecho inédito que era poco probable. Había pasado en la comisión solo por un voto de diferencia luego de un empate.
De entrada sus proponentes, y quienes estaban a favor de la regulación, sabían que era muy difícil que avanzara en su segunda prueba. En sus discursos, por más argumentos y evidencias científicas que presentaron, eran conscientes de que políticamente no podrían convencer a los congresistas más conservadores quienes se mantendrían en su posición de no aprobar la iniciativa.
La reforma fue impulsada por los representantes Juan Fernando Reyes Kuri y Juan Carlos Losada, del Partido Liberal, quienes lamentaron que se hundiera el proyecto, pero dijeron que lo seguirán intentando hasta lograrlo.
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“Vamos a insistir en este proyecto hasta que se haga realidad. ¡La defensa de las libertades individuales, la necesidad de cambiar el enfoque de la lucha contra las drogas y la necesidad de crear mercados legales que le cierren el paso al narcotráfico son irrenunciables!”, aseguró Losada.
Vamos a insistir en este proyecto hasta que se haga realidad. La defensa de las libertades individuales, la necesidad de cambiar el enfoque de la lucha contra las drogas y la necesidad de crear mercados legales que le cierren el paso al narcotráfico son irrenunciables! https://t.co/L4aLL3Sndn
— Juan Carlos Losada ॐ (@JuanKarloslos) November 4, 2020
“La dimos toda. Presentamos evidencia, argumentamos con datos, debatimos con contundencia. Nos queda la satisfacción de haber dado la pelea por lo correcto así no fuese lo popular. Las mayorías archivaron nuestro proyecto de regulación del cannabis de uso adulto. Insistiremos”, afirmó Reyes.
La dimos toda. Presentamos evidencia, argumentamos con datos, debatimos con contundencia. Nos queda la satisfacción de haber dado la pelea por lo correcto así no fuese lo popular. Las mayorías archivaron nuestro proyecto de #RegulaciónYA del cannabis de uso adulto. Insistiremos.
— Juan Fernando Reyes Kuri (@ReyesKuri) November 4, 2020
Pero, ¿por qué el Congreso aún no está preparado para aprobar una reforma de este tipo? ¿Por qué la ciudadanía no respaldaría esta iniciativa?
Los argumentos son contundentes. Regularla generaría enormes beneficios en diferentes campos y sería una apuesta más esperanzadora que la que se ha planteado hasta el momento. Es claro que la guerra contra el narcotráfico y las drogas como se ha implementado está perdida.
Por un lado está el tema económico. La experiencia de otros países indica que regular el consumo de cannabis de uso adulto genera empleos y activa un sector de la economía que se puede beneficiar de su producción.
El caso de Colombia es aún más interesante porque gracias a las condiciones geográficas ya es un gran productor. El problema es que las mafias son las que se están lucrando de este negocio mientras que los campesinos y pequeños productores son los mayores afectados. Esto incluso ha generado violencia por la disputa de los territorios y las rutas del narcotráfico.
El tema de tierras también es fundamental. Las evidencias muestran que hasta el momento la sustitución de cultivos no ha sido exitosa y que realmente los campesinos no están encontrando alterativas, por lo que terminan volviendo a estas plantaciones y los números de resiembra siguen creciendo.
La evidencia con la marihuana medicinal ha dejado una enseñanza que se debe tener en cuenta y es que los campesinos no están siendo los mayores beneficiados sino que las grandes industrias ahora tienen los negocios. Una iniciativa de este tipo deberá tener en cuenta este factor.
En el tema de salud las evidencias demuestran que el consumo de marihuana es menos nocivo que otras sustancias incluso legales como el tabaco o el alcohol. Según el Instituto Nacional de Abuso de Drogas, de Estados Unidos, ninguna persona ha sufrido una sobredosis de marihuana. “No hay reportes de adolescentes o adultos que hayan muerto por una sobredosis de marihuana solamente”, dice la entidad.
La Organización Mundial de la Salud evidencia que el alcohol ocupa el tercer lugar entre los principales factores de riesgo en 2,5 millones de muertes anuales en todo el mundo. En el caso del tabaco, la entidad registra que fallecen 7 millones de personas asociadas a este consumo.
Los congresistas presentaron estos argumentos en su debate pero sabían que eran patadas de ahogado. La batalla estaba perdida por el estigma que tiene esta droga, la guerra que ha vivido el país contra el narcotráfico y el miedo que genera que se pueda legalizar.
Los argumentos de los más conservadores se enfocaron en estos puntos. Advirtieron que legalizarla aumentará el consumo, dejará más expuestos a los menores para que accedan a la droga o incluso consideran que esto podría llevar al consumo de otras sustancias más perjudiciales.
Para que un proyecto de este tipo pueda pasar en el Congreso se necesita primero un cambio de paradigma desde los ciudadanos en el que se dejen de lado la estigmatización y los prejuicios. Por ahora esto no parece una posibilidad.
Un claro ejemplo de este cambio de paradigma fue la posición del representante Gabriel Santos, del Centro Democrático, quien votó para que se hundiera el proyecto pero se mostró a favor de la legalización. Santos es uno de los más jóvenes de la bancada y ha demostrado tener posiciones más liberales.
Políticamente dice que busca representar a un sector del uribismo más tirado al centro que actualmente no siente una representación en otros líderes de la colectividad. También sabe que esto le puede traer enormes costos políticos.
En el debate, Santos aclaró que votaba negativamente respetando la decisión de su partido, pero que su voluntad era otra. “Me invita a tomar una decisión contraria a mi consciencia y mi raciocinio, pero respeto y valoro a mis compañeros y honraré esa obligación legal que tengo”, afirmó Santos.
El representante comentó que la legalización debería ser el camino que se tome en Colombia. Se refirió a los argumentos en contra como una “falacia” y defendió que, contrario a lo que se piensa, con la regulación no serán más vulnerables los menores de edad sino que por el contrario el Estado podría controlar su consumo y producción.
El argumento principal de todo el debate ha sido que la lucha contra las drogas desde el ámbito prohibicionista está perdida y por eso hay que buscar alternativas.
En días pasados, el expresidente Juan Manuel Santos hizo parte de un foro que organizaron Reyes y Losada, en el que se mostró abiertamente a favor de la legalización, teniendo como precedente toda la experiencia con la que cuenta en el tema al haber sido ministro de Defensa, presidente de la república y actualmente miembro de la Comisión Global de Política de Drogas.
“La lucha contra las drogas lleva más de 50 años, se declaró en las Naciones Unidas, la declaró el presidente Nixon en los Estados Unidos y esta guerra no se ha ganado, y una guerra que no se gana en 50 años es una guerra que se perdió, es una guerra que ha fracasado, esa política ha fracasado”, dijo el expresidente de forma contundente.
Por más argumentos que se demostraran en el debate del Congreso, en estos momentos resulta imposible que un proyecto de este tipo avance. Para muchos es un logro que por lo menos la discusión se esté dando o haya avanzado y esperan que algún día de tanto persistir se pueda aprobar.
Este no es un debate solamente de Colombia. El mundo también se está poniendo a tono con la discusión. En Estados Unidos en medio de la contienda electoral se han presentado varias consultas en este sentido y en distintos estados la ciudadanía se mostró a favor de la legalización.
En Nueva Jersey y Arizona, por ejemplo, se aprobó su consumo y venta a mayores de 21 años -la mayoría de edad en ese país-. En el primero fue respaldada por el 67 por ciento de los votantes, mientras que en el segundo por el 60 por ciento.
En otros estados el debate fue más allá. En Oregón se tomó una decisión histórica: los votantes aprobaron que se legalice el LSD, la heroína, la cocaína y los hongos alucinógenos para uso terapéutico. A esta causa contribuyó el creador de Facebook Mark Zuckerberg a través de una fundación con una donación de 500.000 dólares.
Este panorama por supuesto parece imposible para Colombia en estos momentos. Lo cierto es que hay una realidad global en la que se están planteando alternativas para que el problema de las drogas no sea visto desde la delincuencia sino desde una política de salud pública, en la que quienes tengan problemas de consumo puedan ser tratados y no criminalizados. Falta encontrar el cómo.
En el Congreso es seguro que se seguirán discutiendo leyes de este tipo. En esta legislatura también hace trámite una que busca regular la hoja de coca -diferente a la cocaína-, pero desde ya se sabe que tendrá el mismo destino que este proyecto de cannabis que se acaba de hundir.