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Exclusivo: así operó el gran desfalco a la paz
SEMANA revela escandalosos audios que dan cuenta de cómo operaba la red de corrupción liderada por Marlon Marín, sobrino de Iván Márquez, quien a punta de coimas acaparó todo tipo de cuantiosos contratos destinados para el posconflicto. Es el mismo personaje solicitado en extradición por intentar exportar cocaína con Jesús Santrich.
Este es un breve aparte de una de las conversaciones en poder de la Fiscalía –son cerca de 15.000 audios–, que evidencia que en torno a los recursos para el posconflicto, a nivel nacional, se tejió una pavorosa telaraña de corrupción:
Hombre: ¿Cómo es la cuestión cuando desembolsen los recursos?
Yésica Gómez: Aquí en las manos tengo el proyecto que tiene una AIU del 30 por ciento, las comisiones que hay que dar, las coimas.
H.: ¿Aparte del 20 por ciento?
Y.G: No, no, no. El 20 por ciento viene dentro de ese 30 por ciento...
El hombre que habla es Marlon Marín, Yésica Gómez es una de las personas con quien se movió al conseguir jugosos contratos, y la expresión AIU significa administración, imprevistos y utilidades. Es el término en clave para referirse a la coima por pagar a cambio de ganar el contrato.
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El lunes las autoridades detuvieron a Marín en Bogotá luego de que la Interpol expidió una circular roja internacional en su contra. Se trata del sobrino de Iván Márquez (cuyo nombre de pila es Luciano Marín), exjefe negociador de las Farc y segundo al mando de esa guerrilla convertida en partido político. Hasta ahora, su nombre se ha relacionado principalmente con el caso del también exjefe de las Farc Jesús Santrich, capturado por conspirar para enviar un cargamento de coca a Estados Unidos en asocio con el cartel de Sinaloa. Sin embargo, los montos de los contratos para el posconflicto y las respectivas coimas indican que el narcotráfico no era el negocio más rentable de Marín.
Hasta hace pocos días nadie en el país sabía gran cosa sobre el sobrino de Márquez. Se trata de un hombre de 39 años nacido en Florencia, Caquetá, y radicado en Neiva. Aunque las autoridades estadounidenses lo refieren como un abogado, algunos compañeros suyos consultados por SEMANA aseguran que estudió contaduría en la Universidad de la Amazonia y lo gradúan de pillo y tramposo. Marín no figura en las listas de integrantes que la cúpula de las Farc entregó a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz durante el proceso de reincorporación de los excombatientes. Sin embargo, está documentada su presencia constante en Cuba y Venezuela durante los años en que se adelantó la negociación con las Farc.
Pero su nombre sí aparece en los archivos sancionatorios de la Contraloría y de la Procuraduría. En 2013 ambos entes lo inhabilitaron para contratar con el Estado y para ser empleado público por diez años luego de hallarlo responsable de incumplir un contrato otorgado por la Gobernación del Huila. Las evidencias de la Fiscalía indican que Marín, lejos de tomar escarmiento, con un perfil bajo y sin mayor preparación amplió sus alcances hasta protagonizar un entramado de corrupción que tiene en alerta máxima al gobierno.
El fiscal general, Néstor Humberto Martínez, activó el botón de pánico. En una carta al presidente de la república advirtió el 4 de abril sobre una red que con información privilegiada y complicidad de servidores públicos direccionaba multimillonarias adjudicaciones a favor de ciertos “empresarios y contratistas, a cambio de beneficios económicos indebidos que se traducen en porcentajes sobre los mismos”. La advertencia del fiscal, sumada a las inquietudes de tres embajadores de los países aportantes, desató un conato de crisis que cobró la cabeza de Gloria Ospina, gerente del Fondo Colombia en Paz. Pero ahora se conoce el cerebro de la red de corrupción: Marlon Marín.
Desde hace un año la Fiscalía ha seguido como una sombra a este personaje. Las primeras interceptaciones datan de enero de 2017. Investigadores del CTI empezaron a saber de Marín cuando lo oyeron intentando hacerse con una cascada de contratos relacionados con servicios de salud para excombatientes. Desistió de ese propósito por falta de resultados, pues los recursos finalmente se canalizaron a través del Sistema General de Salud. Pero no se amilanó y puso su interés en otros negocios como proyectos productivos de avicultura, agricultura, piscicultura e infraestructura. Del contenido de las escuchas y otras indagaciones adelantadas, se desprende que Marín articuló una red que se quedaba con tajadas de entre el 15 y 20 por ciento de los cuantiosos contratos. Los investigadores calculan que la coima de cada contrato rondaría los 2.000 millones de pesos, y aún está por establecerse cuántos lograron esquilmar.
Tres entes manejan fundamentalmente los recursos nacionales enfocados hacia el posconflicto: 1) Fondo Colombia en Paz, creado en septiembre pasado, controla cerca de 1,5 billones de pesos. 2) Fondo de Programas Especiales para la Paz a cargo de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, con un rubro cercano a los 3 billones de pesos. 3) Fondo de Inversión para la Paz, creado en 1998 y adscrito al Departamento para la Prosperidad Social, administra cerca de 2,5 billones de pesos. Por la temporalidad de las evidencias se puede deducir que las irregularidades no estarían en el primer fondo. En las siguientes semanas la Fiscalía determinará a cuáles oficinas corresponden los contratos direccionados y qué funcionarios están implicados. Caerán mandatarios locales (en un audio se menciona al alcalde de Caucasia), funcionarios de Gobernaciones y empresarios que se articularon en torno a Marín con negocios en Norte de Santander, Antioquia, costa Atlántica, Huila y Boyacá.
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También se sabrá si los direccionamientos amañados se presentaron en otros fondos distintos a los de la plata para la paz. A medida que avanza la investigación esta sospecha se consolida. Por ejemplo, uno de los contratos revisados proviene del Ministerio de Transporte, con un rubro de 50.000 millones de pesos para beneficiar medio centenar de municipios con pavimentos placa huella. Así mismo, hay decenas de contratos bajo análisis con rótulo del Ministerio de Agricultura. En uno de los audios le dicen a Marín que deben pagar la coima del 20 por ciento “directamente allá en la oficina del Ministerio de Agricultura a las personas que están con el proyecto”. Ya está claro que la red se hizo experta en acumular contratos otorgados sin licitación pública.
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Tras la captura de Marín el CTI siguió haciendo interceptaciones y seguimientos a sus contactos. Resultarán determinantes las reacciones de estos ante la alarma de ser descubiertos, y los hallazgos que arrojen los allanamientos hechos por la Fiscalía el viernes en 15 oficinas. En los próximos días también habrá un desfile de personas relacionadas con Marín, citadas por el ente acusador a interrogatorio en calidad de indiciados. Entre estos están María Elvira Valencia Gómez, quien trabajó en el área de control de contratación del Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade); Sonia Velosa Mogollón, aspirante a la Cámara y excontratista de Planeación Nacional. Así la Fiscalía escuchará a José Domingo Ardilla Neira, María Isabel Rueda Rueda, Yésica Gómez, Nayib Vergara, Viviana Arias Garzón y Aldemar Cuello.
SEMANA revela los primeros audios en los que se oye a algunas de estas personas conversando con Marín, explícitamente, de múltiples contratos, montos, coimas y trucos para usurpar los recursos destinados a los programas del posconflicto.
AUDIO 1
“Tenemos que entregar el 20 por ciento”
El 14 de junio de 2017 una mujer identificada como Yésica Gómez conversó con Marlon Marín. Le informa que deben entregar el 20 por ciento para que les den un CDP (Certificado de Disposición Presupuestal). Se trata de un documento oficial clave, en el cual las autoridades confirman que existen los recursos presupuestales para asignar un contrato.
Yésica Gómez: Ya está listo el CDP (Certificado de Disposición Presupuestal). Por ahí el martes o miércoles, cuando nosotros decidamos, nos lo pueden entregar, pero tenemos que entregar el 20 por ciento.
Marlon Marín: ¿Pero luego no era que no lo entregaban antes de eso y que luego para lo otro era el 20 por ciento?
Y.G.: Por eso. Para entregarnos el CDP tenemos que entregar el 20 por ciento.
M.M.: Y apenas se dé el 20 por ciento, ¿qué?
Y.G.: Ya el CDP está, se firma...
M.M.: Espera yo te llamo en cinco minutos.
***
AUDIO 2
“El contrato estaba en 9.000 millones, pero quedó en 11.000”
En esta conversación Yésica Gómez y Marlon Marín hablan de un contrato por más de 11.000 millones de pesos que obtendrían del Ministerio de Agricultura gracias al pago de los que ellos denominan AIU (administración, imprevistos y utilidades). Ese es el término que utilizan para referirse al pago de sobornos y coimas a funcionarios.
Yésica Gómez: Ya el proyecto está, están organizando el CDP (Certificado de Disposición Presupuestal). Está listo el martes, pero ya la disponibilidad presupuestal que nosotros tengamos para dar el 20 por ciento el martes. Luego del CDP viene el alcalde de Caucasia porque tiene que firmar y está disponible para firmar.
Marlon Marín: ¿El alcalde de Caucasia firma?
Y.G.: Sí. Entonces entre la Alcaldía y nosotros con Insuagro hacemos la contratación con el Ministerio de Agricultura. Ejecuta Insuagro y nos estarían entregando el presupuesto listo para el próximo martes.
M.M.: Yo le hago una pregunta. Yo invierto lo del 20 por ciento, verdad. ¿Cómo es la cuestión cuando desembolsen todos los recursos? ¿Los desembolsan todos de una vez o por porcentaje? Porque yo tengo que preguntar eso para saber cómo es la vaina del retorno.
Y.G.: Aquí tengo el proyecto. Aquí en las manos tengo el proyecto que tiene una AIU (administración, imprevistos y utilidades) del 30 por ciento, las comisiones que hay que dar, las coimas.
M.M.: ¿Aparte del 20 por ciento?
Y.G.: No, no, no. El 20 por ciento viene dentro de ese 30 por ciento. Lo que pasa es que como nosotros no tenemos para darlo, eso lo están consiguiendo. Entonces cuando me desembolsan la primera parte yo devuelvo el 10 por ciento del 20 por ciento porque se supone que ustedes quedan dentro de Insuagro… Eso es como para nosotros ir trabajando. Digamos nos entregan el 40 por ciento, yo devuelvo el 20 por ciento y trabajo con el 20 por ciento. Así ¿qué pasa?, que me queda un poquito pesado. Pero usted me dice cómo haríamos: ¿si usted necesita que le devuelva el 20 por ciento o si le puedo devolver el 10 por ciento y en la segunda entrega le puedo devolver el otro 10 por ciento?
M.M.: ¿Y la segunda entrega cuándo sería?
Y.G.: Mañana me dicen. M.M.: Usted me dice para ver si aguanto ese tiempo. ¿Cuánto es el contrato total?
Y.G.: El contrato total estaba por 9.000 millones de pesos, pero teníamos que hacer reajuste a este año. Quedó en 11.000 millones. Espere un momentico que ya voy a abrir el archivo. Quedó en once mil millones cuatrocientos treinta y cinco mil (11.435.000.000).
M.M.: ¿O sea que tengo que dar cuánto?
Y.G.: Ya sacamos la cuenta.
M.M.: 11.000 o sea que serían 2.000 millones…
Y.G.: Del 20 por ciento nos descuentan los 35 millones que ya dimos. Quedan 2.252 millones menos los 35 que ya dimos, que es lo que hay que dar.
M.M.: ¿Y eso a quién hay que dárselos?
Y.G.: Eso lo pagamos directamente allá en la oficina del Ministerio de Agricultura a las personas que están con el proyecto.
M.M.: ¿Pero eso entregan papeles o por debajo?
Y.G.: A nosotros enseguida. Es dando y dando. Nosotros entregamos el recurso, pero ellos tienen que dar el CPD (Certificado de Disposición Presupuestal) enseguida…El dinero ya está, la demora es lo que nos demoremos haciendo las vueltas para la contratación. Yo le pongo ocho días, pero si soy ágil le pongo uno o dos días.
M.M.: Bueno, todo depende de cuánto se demoran para que le entreguen el otro desembolso y yo voy preguntando por ahí a ver qué me dicen.
Y.G.: ¿Qué les digo, que nos den hasta el martes para la entrega de los recursos o que nos den plazo hasta el jueves?
M.M.: Hasta el jueves.
Y.G.: Yo termino de revisar el proyecto y cuando lo tenga todo organizadito, porque eso me lo mandaron ellos. Yo lo que hice fue organizar nuevamente los costos porque estaban a 2015 y ya los actualicé a 2017.
***
AUDIO 3
“Todo ese listado que usted me envió, todo ese listado va”
Marlon Marín conversa con una persona identificada por la Fiscalía como María Elvira Valencia Gómez, quien habría sido funcionaria en el área de control de contratación del Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade). Ella le menciona que de un listado de contratos todos fueron aprobados.
María Elvira Valencia: Marlon, por qué me tiene abandonada.
Marlon Marín: Doctora, buenas noches. No. Estoy preocupado porque tengo una gente ahí para saber si se va a poder hacer o no se va a poder hacer.
M.E.V.: Yo hice mi reunión hoy estratégica afuera de Bogotá. Necesito que mañana a las nueve de la mañana nos reunamos aquí en el Tequendama. Ahí yo le comento qué tenemos que definir y vamos con eso.
M.M.: ¿Entonces sí vamos con eso para yo informar?
M.E.V.: Sí. Yo estaba autorizada y en eso estaba hoy pidiendo la autorización que ya la tengo, sino que hay que definir dos o tres temitas. Uno de ellos es el que le escribí ahorita y los otros, los que hay que definir, y eso se los hablo personalmente para que los coordinemos y ya arrancamos con ese tema. Todo ese listado que usted me envió, todo ese listado va.
M.M.: ¿Todo?
M.E.V.: Todo.
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AUDIO 4
“Hay unos municipios nuevos a ver si está interesado en agarrarlos”
Marlon Marín llama a un contratista a quien le ofrece entregarle a cambio de dinero una serie de contratos de construcción y vías en varios municipios de Boyacá que le fueron adjudicados.
Contratista: Doctor, buenos días.
Marlon Marín: Qué más, ingeniero, ¿cómo va?
C.: ¿Ya prendió motores?
M.M.: Claro, voy rumbo a una reunión que tengo con la gente de Fecode.
C.: Yo como le decía el año pasado, a mí antes del 15 (de enero) no se me mueve nada, entonces no le puedo garantizar nada. Yo lo que quería conversar con sumercé es qué eran los compromisos.
M.M.: ¿Se acuerda que yo le pasé a usted un listado de unas obras? Nos adjudicaron otras obras ahí en Boyacá, similares también de construcción y de vías, pero son otros municipios aparte de los que yo le había pasado la vez pasada. Ya eso se negoció también. Hay unos municipios nuevos que quería que usted mirara a ver si está interesado en agarrarlos.
C.: A mí me interesan. Pero lo que pasa es que como usted está necesitando flujo urgente, antes del 15 (de enero) no se mueve una sola hojita.
M.M.: ¿Entonces para el 15 usted ya puede contar con eso?
C.: No, hasta después del 15 se empieza a mover. Por eso quería conversar con sumercé porque yo si estoy interesado en el tema pero para que no se confíe. Yo continúo interesado con el tema.
M.M.: Cuando venga a Bogotá me avisa y miramos a ver qué hacemos.
C.: Por más tardar, el martes estoy en Bogotá, doctor.
***
AUDIO 5
“Lo que necesitamos es plata”
Marlon Marín habla con Viviana Arias, una mujer que hace parte de su red y quien le informa que consiguió un constructor interesado en la lista de contratos oficiales que ellos tienen para ofrecer.
Viviana Arias: ¿Cómo está? Yo hablé con el señor Elkin, que tiene una constructora acá en Antioquia… Llamé a un amigo que tiene tres constructoras. Él hace el alcantarillado para la costa, hace varios contratos y él tiene varias constructoras. Tiene una en el Cesar y está haciendo unas carreteras en el Cesar en este momento. Y me dijo: Vivi, yo tengo el músculo financiero y tengo las tres constructoras, yo te las presento, pero venite que no me gusta hablar por teléfono.
Marlon Marín: Bueno. Como yo le decía a Yésica: como eso nos lo dieron fue esta mañana por eso es el apuro. Yo le pasé el listado completo a Yésica.
V.A.: Y Yésica me lo pasó.
M.M.: Yo se lo pasé por municipio y por cantidad, por valor.
V.A.: Yo le dije a Yésica que iba allá al hotelito donde ustedes están, porque lo que necesitamos es plata. Tranquilo que yo mañana le llego.
M.M.: Listo. Entonces quedamos así.
AUDIO 6
“Súmele más ceros”
Yésica Gómez le pregunta a Marlon Marín por un listado de contratos y valores que le envió. Este le confirma que a cada una de esas cifras debe sumarle varios cero porque están en clave.
Yésica Gómez: Le pregunto. Esos valores que usted me mandó, ¿cierto que están en pesos colombianos?
Marlon Marín: Sí, claro. Póngale cuidado. A eso tiene que sumarle otros ceros.
Y.G: Sí, claro. Usted me colocó 440.000. ¿Son 440 millones?
M.M: Exactamente. Hágale, pues, mijita