POLÍTICA
Marta Lucía Ramírez: pesó más la lealtad con Duque que su aspiración presidencial
Con su designación en la Cancillería, la vicepresidenta le dijo adiós a su candidatura presidencial.
La decisión de Marta Lucía Ramírez de no irse del Gobierno y acompañar desde la Vicepresidencia y la Cancillería hasta agosto de 2022 al presidente Iván Duque no fue fácil de tomar para una de las mujeres más representativas en la política del país. Incluso, hasta las últimas horas, según conoció SEMANA, estuvo consultando la posibilidad de aparecer en el tarjetón electoral del próximo año.
Continuar en la Casa de Nariño la inhabilita de tajo para aspirar a la Presidencia, uno de los sueños que Ramírez cultivó durante su exitosa carrera política, pero al que hoy, indirectamente, le dijo adiós.
A la vicepresidenta –según conoció SEMANA– le pesó más la lealtad. Iván Duque transita por un momento difícil como consecuencia de la ingobernabilidad que le han generado los paros de las tres últimas semanas, además de los bloqueos y una clase política en contra. Y abandonar el barco en medio de la crisis enviaba un pésimo mensaje a la opinión pública y una señal de desgobierno.
Con la renuncia a la aspiración política de Marta Lucía Ramírez perdió la centroderecha, porque ella se había convertido en una de las fichas más importantes de ese bloque para las próximas elecciones presidenciales. En la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría para SEMANA, ella se ubicó con un 5 % de intención de voto, un punto por debajo del exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, dos por encima de Tomás Uribe y tres del exalcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.
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No obstante, el escenario electoral no estaba del todo decantado para la reconocida funcionaria. En el Partido Conservador dejó más de una herida abierta entre las bancadas de Senado y Cámara que le reclamaron en voz baja por falta de apoyo burocrático. Y aunque algún sector de la tolda azul le abrió la puerta, otros sugerían que tenía que medirse en una consulta interna del partido con el expresidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas y el exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón.
Para Ramírez, ese escenario se convertía en un desgaste porque tendría que regresar a un conservatismo al que ya no pertenece y volver a medir fuerzas electorales cuando en la consulta de 2018 contra Iván Duque y el exprocurador Alejandro Ordóñez obtuvo más de un millón de votos.
Ramírez –quien hasta comienzos de 2021– tenía clara su aspiración presidencial, contempló en su momento que el Centro Democrático la cobijaría en el partido y la convertiría en la candidata única, pero las cosas no se dieron. Álvaro Uribe no ha tenido cabeza para pensar en el año 2022 y en el uribismo hay precandidatos que insisten en medirse en una consulta interna, entre ellos, las senadoras Paloma Valencia, Paola Holguín y el exviceministro Rafael Nieto.
Aunque la vicepresidenta es política, también pesó el difícil momento del presidente Duque para tomar la decisión de mantenerse en el poder.
La más reciente encuesta de SEMANA reveló que el 81 % de los colombianos consideró que el mandatario le ha dado manejo negativo al paro, que ya completa más de 20 días. Y un escaso 16 % respondió que lo manejó positivamente, números que sin duda recaerían en contra de una posible candidatura de Ramírez, quien no tendría cómo desligarse del desgaste propio de la culminación del actual mandato.
Lo claro es que el país pierde un perfil femenino importante que ha transitado por los ministerios de Comercio Exterior y de Defensa, que fue senadora, candidata presidencial y hoy vicepresidenta. Ramírez tiene 66 años y dentro de cuatro alcanzaría los 70, edad que en Colombia no es tan apetecida para hacer política, o al menos para alcanzar la Presidencia, aunque Joe Biden rompió la tradición y lo logró a los 77.
Ramírez seguramente terminará su ciclo político como lo hizo Noemí Sanín, destacada dirigente que culminó su carrera en la diplomacia. En el caso de la vicepresidenta, estará entre Colombia y Estados Unidos, cerca de su familia, que en múltiples ocasiones le ha pedido el tiempo que ella le ha dedicado al servicio público del país.