INVESTIGACIÓN
Más inconsistencias en liposucción que se practicó contralor en hospital público
Tras la revelación de Semana.com, dos familiares del gerente de la E.S.E. La María, de Medellín, renunciaron a sus cargos. Persisten contradicciones en cirugía del contralor Zuluaga.
No fue en un consultorio, sino en un apartamento del barrio Ciudad del Río, de Medellín, adonde fue citado a comienzos de este año el médico Andrés Esteban Rivera López. La reunión, que tuvo lugar en la casa de Diego Ceballos, el subgerente del Hospital (E.S.E.) La María, tenía como propósito que Rivera López valorara a un particular que estaba interesado en practicarse una cirugía estética. Pero no era un paciente cualquiera. Se trababa de Sergio Zuluaga Peña, el contralor de Antioquia, el encargado de auditar las finanzas de ese hospital de tercer nivel de Medellín, que tiene como uno de sus énfasis la neumología.
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El médico Rivera, de 29 años, era usualmente contratado por la E.S.E., a través de la Cooperativa Íntegra Salud, para llevar a cabo cirugías reconstructivas. De hecho, practicó más de 200. Sin embargo, de un momento a otro, desde la subgerencia de Ceballos, comenzaron a encargarle procedimientos estéticos.
Rivera alcanzó a operar a nueve personas que querían cambiar su apariencia personal. Cuatro de ellas eran familiares de William Marulanda Tobón, el gerente del hospital: dos hermanas, una prima y una sobrina. Cuatro cirugías fueron para empleados. Y una para el contralor.
“No es normal y es muy delicado que un servicio de un hospital público sea de uso exclusivo de la familia del gerente, de los amigos y de quien lo vigila”, dice el concejal Bernardo Alejandro Guerra, quien ha investigado el caso desde su origen.
Hasta hace pocos días, en la web de la E.S.E se podía leer que el hospital prestaba servicios de cirugías estéticas. Sin embargo, luego de que Semana.com publicó la historia de las operaciones a los familiares del gerente y al contralor, el servicio fue retirado, al menos de la web.
Una fuente médica consultada por este portal asegura que si bien la E.S.E. puede realizar este tipo de procedimientos, estos no pueden ser su prioridad. Cada vez que un familiar del gerente y un empleado se operó, otro paciente del régimen subsidiado dejó de usar un quirófano y una infraestructura médica especializada.
El subgerente Ceballos, quien al mismo tiempo es el esposo de una sobrina del gerente Marulanda, fue quien coordinó y programó la cirugía del contralor.
Zuluaga Peña le dijo a Semana.com que se había practicado la cirugía de manera particular, que él había pagado 5,7 millones de pesos al médico que lo operó. Para probarlo, mostró un recibo de caja del 16 de abril del 2016, sin consecutivo ni membretes, que lleva una firma y un sello del médico (Ver documento).
Zuluaga también hizo llegar una factura de la E.S.E. La María por un valor de 1,4 millones de pesos, por concepto de elementos necesarios para la cirugía: medicamentos, habitación en el hospital, sondas, entre otros. En la parte superior dice: “Zuluaga Peña, Sergio. Plan: POS (Plan Obligatorio de Salud)” (Ver factura).
Pero aquí comienzan las inconsistencias. Todas las veces que el médico Rivera operó a los familiares del gerente y a los empleados, recibió por sus servicios un pago en efectivo. Los demás cobros (hospitalización y medicamentos) se hacían a través de facturas que en la parte superior estaban reseñadas como POS.
Pero con el contralor fue distinto. Después de realizada la cirugía, Zuluaga no volvió a aparecer. No regresó a revisión para que le retiraran los puntos. Ni se presentó para pagarle a Rivera. Al mes y medio de no recibir noticias, tal como consta en algunas evidencias, el médico le preguntó a la E.S.E. por el dinero. El desembolso supuestamente llegó, no en efectivo de manos del contralor Zuluaga, sino a través de la Cooperativa Íntegra Salud.
Pero hay otro asunto en la cirugía de Zuluaga que aún deja respuestas abiertas. Semana.com no conoció la historia clínica del contralor, pues es objeto de reserva legal. Sin embargo, hay otros documentos de la E.S.E. que indican que el contralor ingresó por una prostatectomía (retiro de la próstata). Pero ese fue un procedimiento que el médico Rivera dijo no haber practicado.
Ahora bien, ¿para qué habría de ingresarse a un paciente por una prostatectomía si al final iba a practicarse una cirugía estética? Ante esta pregunta hay dos respuestas. La primera es la del gerente Marulanda, quien dice que es normal que alguien se someta, por ejemplo, al retiro de una hernia y al mismo tiempo a una lipo. En dicho caso la factura tendría dos pagadores. Uno a través del POS y otro a través del no POS.
La otra respuesta viene del concejal Guerra. Según él, no es normal que se haya consignado una cirugía que al final no se realizó. “Un paciente de 44 años (la edad del contralor) que aparece en el papel sin próstata. Qué coincidencia. En la misma cama en la que se realizó una cirugía estética que duró cinco horas”.
La operación del contralor Zuluaga fue un acontecimiento especial en La María. Zuluaga exigió un dispositivo ultrasónico y una bomba para el tratamiento del dolor. Ambos fueron alquilados por el médico Rivera, quien tuvo que descontarlos de los 5,7 millones de pesos. En ningún lado de las facturas queda constancia de quién pagó ni cuánto costó el anestesiólogo, la instrumentadora ni los derechos de sala.
Rivera no sólo le quitó grasa del abdomen a Zuluaga. El procedimiento incluyó una liposucción de alta definición muscular para moldear y rayar rectos abdominales, oblicuos, pectorales, dorsal ancho, trapecio, bíceps y tríceps. El paciente salió del quirófano como recién salido de años de gimnasio. Y todo dentro de un hospital público. Un cirujano consultado asegura que una cirugía de ese nivel puede llegar a costar entre 10 y 12 millones de pesos.
Todo lo anterior será objeto de investigaciones. Por lo pronto, dos de los familiares del gerente Marulanda que estaban en la nómina del hospital renunciaron: Johana Tobón, jefe de personal, y Liliana Tobón, quien manejaba el archivo y la correspondencia. El gobernador de Antioquia, Luis Pérez, le llamó la atención a su secretario de Salud, mediante un oficio, por no haber convocado a una reunión extraordinaria a los miembros de la junta directiva de la E.S.E., luego de que en en la prensa se supo eso que internamente algunos ya sabían.