VIOLENCIA

Masacres al alza: escenarios del crimen en Colombia

En menos de tres meses, 30 personas han sido asesinadas en siete episodios. Desde 2013 no se registraba una tendencia así. ¿Qué pasa?

16 de marzo de 2019
El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) se dio a la tarea de documentar las masacres cuando se enmarcaban en el conflicto armado.

En lo que va del año han sucedido al menos siete masacres en el país, que han dejado 30 muertos –entre ellos dos mujeres embarazadas– y una larga estela de crueldad: torturas, degollamientos, tiroteos en estado de indefensión. La lista de sospechosos incluye narcos puros, disidencias de las Farc, grupos posparamilitares, contrabandistas y delincuencia común. En algunos casos, la justicia ya arrojó resultados, en otros las investigaciones apenas comienzan. Pero vistos en conjunto, esos crímenes marcan una tendencia preocupante, pues hace años que Colombia no pasaba por una racha de estas.

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) se dio a la tarea de documentar las masacres cuando se enmarcaban en el conflicto armado. Lo hizo hasta 2017, cuando apenas registraron uno de estos hechos. En 2016, el CNMH contó tres masacres; en 2015, seis y en 2014, cinco. Por eso preocupa tanto que con apenas dos meses y medio transcurridos de este año, ya se hayan presentado siete.

En 2017, el CNMH contó una masacre, en 2016, tres; en 2015, seis. Por eso es tan preocupante que este año ya vayan siete.

Para encontrar una cifra parecida hay que regresar hasta 2013, cuando comenzaban las negociaciones de paz con las Farc y el Clan del Golfo y otras estructuras residuales de la desmovilización paramilitar estaban en auge. En ese año 17 masacres dejaron 82 víctimas.

En 2018, cuando el CNMH dejó de llevar registro, ya había comenzado una tendencia al aumento. Solo en el último semestre el país supo de masacres como la de El Tarra, que dejó 9 muertos, la de Mapiripán, con 6 víctimas, otra en San Juan de Urabá, donde decapitaron a 4 personas, y una más en La Guajira. Naciones Unidas, por su parte, registó un aumento del 164 por ciento en las masacres el año pasado. Según sus datos, hubo 29 casos frente a 11 en 2017. Además las cifras muestran que el homicidio también repuntó ese año por primera vez en los últimos 7. Pasaron de 12.066 en 2017 a 12.458 el año siguiente.

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El fenómeno parece confirmar lo que algunos vienen advirtiendo desde hace un par de años y cada vez se siente más en las regiones. Que, a puro plomo, las organizaciones criminales se han reorganizado territorialmente con la salida de las Farc del escenario y también con el incremento del narcotráfico. Es una alerta. El regreso de las masacres, una práctica que, según el CNMH, dejó casi 12.000 muertos en el conflicto desde 1985, constituye una verdadera tragedia para el país. 

Los escenarios del crimen en 2019

Varias de estas masacres han estado marcadas por la crueldad. En algunas, las autoridades no han identificado a sus autores.

Aguachica

Foto: Alias el Americano, presunto asesino

Sospechosos:delincuencia común o ELN

Varios jóvenes -ninguno mayor de 25 años– estaban reunidos en la cancha de fútbol del barrio Villa Paraguay, en Aguachica, Cesar. Casi a la medianoche del 16 de febrero dos sicarios llegaron en moto, les dispararon a sangre fría y desaparecieron. Cuatro hombres, uno de ellos de 15 años, murieron allí, en medio de un barrio aterrorizado. Ese mismo día había circulado un panfleto supuestamente firmado por el ELN en el que amenazaban de muerte a consumidores de drogas, delincuentes y policías. Los investigadores no atribuyeron necesariamente esta masacre a ese grupo guerrillero.

Cáceres

Sospechosos: grupos posparamilitares

Cuatro forasteros desaparecieron en Cáceres, Antioquia, a mediados de febrero. La comunidad habla de que los torturaron, los enjuiciaron públicamente y los asesinaron. El 16 de ese mes, dos cuerpos aparecieron en las orillas del río Cauca, a su paso por Caucasia. También el carro en el que se habían transportado desde Montería, su lugar de origen, hasta la zona. Los otros dos cuerpos siguen desaparecidos. Los investigadores tienen una teoría. Una de las víctimas supo de la existencia de una guaca del Clan del Golfo en la región y fue a buscarla. En esa tarea, al parecer, los interceptaron los Caparrapos, enemigos del otro grupo. Pero en Cáceres también hay presencia del Clan y el ELN, por lo que los responsables del crimen aún no han sido determinados plenamente.

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Miranda

Sospechosos: disidencia de las Farc

Algunos desconocidos armados se movían en un carro en el casco urbano de Miranda, Cauca, en la noche del 4 de marzo. Se bajaron en el barrio La Castellana y les dispararon a dos parejas que, supuestamente, estaban consumiendo drogas. Las cuatro personas murieron. (vea el artículo) Una de las mujeres, de 24 años, estaba embarazada. Las autoridades locales señalaron a la disidencia del frente sexto de las Farc, comandados por alias Harry, por una supuesta venganza relacionada con el microtráfico. Y no fue el primer ataque en el municipio, donde en el año ya van diez asesinatos. A esa estructura le atribuyen la muerte de un policía en la madrugada del 9 de marzo, en pleno casco urbano de Corinto, municipio vecino de Miranda. Estos dos, junto con Caloto, conforman el mayor triángulo de producción de marihuana y coca del departamento.

El Universal

Sospechosos: narcos

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Con la masacre del Universal parece haber llegado a su clímax una guerra entre narcos de Barranquilla. Días antes, el 22 de enero, sicarios asesinaron a una niña de 4 años, a un adulto, e hirieron a otros tres en un ataque contra un jefe del microtráfico. El capo salió ileso y desató la revancha. Al mediodía del 26 de enero, cuatro hombres con chalecos antibalas, que se hacían pasar por agentes de la Sijín, llegaron a una casa del barrio Universal. Entraron disparando frenéticamente. Asesinaron a cinco personas, entre ellos una mujer embarazada. Al parecer, estaban cobrando el atentado anterior.

Cúcuta

Foto: Alias Quique, presunto asesino

Sospechosos: contrabandistas

Varios hombres jóvenes tomaban cerveza en el corredor delantero de una casa en el barrio Torcoroma, en Cúcuta. Hacia las nueve de la noche de ese sábado, desconocidos llegaron a bordo de dos motos y comenzaron a disparar. Una de las víctimas intentó huir pero a pocos metros lo remataron. Cinco personas murieron. Los investigadores creen que los asesinos actuaron por una pelea territorial entre contrabandistas y extorsionistas. Se cree que se disputaban trochas de paso hacia Venezuela. Poco después capturaron a un hombre, supuesto integrante de la banda delincuencial La Línea, al parecer responsable de la masacre.

Las Terrazas

Foto: Alias el Puma, presunto asesino

Sospechosos: Delincuencia común

Cuatro miembros de una misma familia murieron degollados con un cuchillo para matar cerdos en una finca del sector Las Terrazas, en Barranquilla. Los ladridos de los perros en la madrugada del 2 de febrero advirtieron el crimen. Las víctimas –tres mujeres y un hombre– aparecieron amordazadas. Las autoridades acusaron y capturaron a una pareja de inquilinos, que ocupaban una parcela en el predio. Luego identificaron a dos cómplices más. Al parecer, mataron a la familia para ocultar un robo planeado luego de disputas con los arrendadores. Cometieron la masacre por un botín de alrededor de 500.000 pesos y cuatro celulares.

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Condoto

Sospechosos: grupos posparamilitares

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Cuatro hombres desaparecieron en la madrugada del 2 de marzo. Entre ellos estaba Alizon Mosquera, el diputado más joven y con mayor votación del Chocó. Salieron de Quibdó en una camioneta con rumbo a Condoto y por tres días no se supo más. A lo largo de la semana siguiente, el carro apareció abandonado y sus cuerpos flotando en el río San Juan. Tenían signos de tortura, puñaladas y disparos. Los pobladores señalan a “los paramilitares” en un lugar donde hay fuerte presencia del Clan del Golfo y del ELN. Las autoridades investigan una gruesa suma de dinero que encontraron en poder de una de las víctimas. También algunas versiones señalan un supuesto negocio con narcos que salió mal.