NACIÓN
Mateo Reyes, el acompañante de Ana María Castro y su extraña versión sobre la muerte de la joven
El joven, que de acuerdo con varios videos era quien estaba a su lado dentro de la camioneta, contó en la Fiscalía lo que supuestamente sucedió.
Mateo Reyes, uno de los tres hombres que estaba con Ana María Castro el día de su asesinato es uno de los testigos clave de la Fiscalía. Aunque de acuerdo con los videos que tiene en su poder la Fiscalía estuvo todo el tiempo al lado de la joven, no tiene ningún requerimiento judicial.
Su confesión no es clara, pues cuenta que estaba muy borracho y que no se acuerda de algunos momentos, pero clave está en el momento en el que se bajaron de la camioneta, pues ahí es que se cruzan las versiones. La primera es que Ana María habría sido tirada del carro en movimiento. La segunda, la de Mateo, es que se bajaron del carro, Ana María discutió con Paul Naranjo, este arrancó y ella, al parecer, se enredo con el vehículo y ahí cayó al piso.
SEMANA conoció el testimonió de Mateo Reyes quien señaló: “Cuando íbamos por la calle 80 con 69, por donde ocurrió el incidente, alguno de los amigos me dijo que yo no podía ir con ellos a la casa, entonces pararon. Yo me bajé del carro y Ana se bajó detrás mío, yo me subo al andén y Ana se quedó hablando con los ocupantes del vehículo por la ventana, no sé si la de adelante o la de atrás”, aseguró ante el ente acusador.
“Lo que sé es que Ana ya estaba abajo de la camioneta, escuché discutir a Ana con alguno de sus amigos y les preguntaba ‘¿por qué, por qué'? y de un momento al otro el que iba manejando el carro arrancó y, como Ana estaba recostada sobre la ventanilla, no sé si fue que quedó enganchada en el auto y -como arrancó tan rápido- Ana se cayó al piso y se golpeó la cabeza”, agregó. “Yo no sé si el carro la arrastró, pero sí giró antes de caer por la fuerza del carro al arrancar. Yo me acerqué a Ana a verla y observé que estaba quieta y no se movía, entonces yo entré en shock y mi primera reacción fue tratar de parar algún vehículo para ver si alguno ayudaba a llevarla a una clínica”, sostuvo.
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“Yo gritaba que llamaran a la Policía, que llamaran una ambulancia, yo logré llamar al 123 desde mi celular. Eso fue como a la 1:45 y a las 2:03, la verdad no tengo claro qué les dije, supongo que les dije lo que había pasado. Después de eso me sentía muy mal, como que me acuerdo que lloraba, pedí ayuda, llamé a mi novia, Valeria Velásquez, eso fue como a las 2:10 y le conté lo que había pasado y ella me dijo que ya iba para allá a ayudarme, cuando ella llegó ya estaba yo con la Policía, pero para ser sincero de ese momento no me acuerdo. Valeria me dijo que cuando ella llegó al sitio, a Ana ya se la habían llevado”, agregó Reyes, de acuerdo con el relato obtenido por la citada emisora.
Los argumentos de Mateo Reyes respecto a por qué dio una versión y luego otra y por qué dice no recordar cosas es porque estaba en alto grado de alicoramiento. Por este caso está detenido Julián Valente Ortegón Mosquera.
Aún no se sabe a ciencia cierta cómo fue que tanto Mateo Reyes como Ana María Castro Romero fueron despachados de ese vehículo y si se trató de un feminicidio. Sobre Mateo Reyes, la firma del abogado Abelardo de la Espriella, a cargo del caso, se refirió: “Está perfectamente documentando y establecido que el señor Mateo Reyes conocía a Ana María. A pesar de ello, él le mintió a la patrullera de la Policía Nacional que acudió a la 1:41 de la madrugada al lugar en el que la víctima fue encontrada (calle 80 con carrera 69K, en Bogotá).
Según la declaración de la suboficial de la Policía, que para todos los efectos es la primera respondiente en este caso, tan pronto se hizo presente en el lugar de los hechos, el señor Mateo Reyes le aseguró no conocer a la joven brutalmente agredida. Se limitó a declarar que él se desplazaba en un vehículo cuando observó que una persona había sido arrojada desde una camioneta en movimiento y que se detuvo con el propósito de atenderla”.
Según lo establecido, la noche del 4 de marzo de 2020, la víctima se encontraba departiendo en un establecimiento comercial, ubicado en la zona de los bares de la calle 116 con Avenida 19. Sobre las diez de la noche, un amigo de la joven llegó al lugar y vio que ella estaba con otro hombre; el primero se molestó y esperó a que su amigo Julián Ortegón saliera de trabajar.
No está claro por qué Mateo Reyes no tiene ningún tipo de medida preventiva si, aparte de ir en la camioneta al lado de Ana María Castro, de acuerdo con las imágenes reveladas, él primero dio una versión y luego otra. Nidia Romero, madre de la joven fallecida, aseguró que Mateo Reyes primero sostuvo que iba en un taxi y vio cómo lanzaron a Ana por la camioneta, pero luego se retractó y señaló que él iba dentro de la misma.
A las once de la noche, los dos últimos entraron al bar donde se encontraba Ana María Castro en estado de alicoramiento. Posteriormente, en la madrugada del 5 de marzo, los dos hombres salieron del lugar, junto con Ana María y el acompañante. Todos decidieron ir a continuar tomando en un apartamento en el barrio Pontevedra.
En el vehículo de uno de los amigos de Ana María Castro, informó el ente acusador, iban por la calle 80, alrededor de la 1 y 30 de la mañana, cuando el conductor notó por el espejo retrovisor que la joven y su acompañante inicial se estaban besando. Este al parecer se disgustó y detuvo el vehículo para que se bajaran. Sin embargo, se conoció que el amigo de la mujer habría sido sacado del carro, mientras que a Castro se presume que la arrojaron del mismo en la calle 80 con 69P. En la caída recibió golpes traumáticos que ocasionaron su deceso en un centro médico.