CASO
"Yo salí en un vehículo del Inpec, no me notificaron de otro requerimiento"
Mayer Mizrachi habló con Semana.com sobre la polémica que causó su salida de la cárcel. Espera respuesta sobre su solicitud de asilo en Colombia. Migración le dio un salvoconducto por cinco días.
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Una enfermedad llamada vasculitis poliarteritis nodosa, que es una condición autoinmune que rara vez se presenta en niños, fue clave para que el empresario panameño Mayer Mizrachi le tomara gusto a los computadores y a los equipos electrónicos. Esto, debido a que su condición de salud no le permitía salir a la calle a jugar, como lo hacían sus amigos o su hermano mellizo.
Siempre estuvo encaminado por el mundo de la tecnología. A los 21 años inició su carrera como emprendedor en este sector, cuando creó una plataforma de comunicaciones multiplataforma (Android, iPhone y BlackBerry) antes de que existiera Whatsapp.
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Viviendo en Nueva York, Mizrachi creó una compañía llamada Criptext. Es el propietario de la empresa y específicamente se dedica a la parte de negocios, relaciones públicas y mercadeo. Sin embargo, hoy, a sus 28 años, ese atisbo de éxito se ha visto empañado por problemas con la justicia de Panamá por cuenta de un contrato suscrito entre el gobierno de ese país y su organización, por el cual estuvo detenido en la cárcel La Picota, en Bogotá, durante seis meses.
Mizrachi quedó en libertad el pasado 24 de junio. Pero lo que era una noticia que recibía con satisfacción se convirtió en un dolor de cabeza para él y las autoridades colombianas. Esto, debido a que, a pesar de que Migración Colombia lo requería para expulsarlo a Panamá, el Inpec no lo entregó.
Mayer Mizrachi le concedió una entrevista a Semana.com para dar su versión de los hechos y explicar, entre otras cosas, por qué es solicitado en Panamá y cómo fue su salida de La Picota.
Semana.com: ¿Cómo fue que su empresa suscribió un contrato con el Estado de Panamá?
Mayer Mizrachi: En el 2013 nosotros creamos una aplicación llamada Hash. Esta app nos puso en contacto con una generadora de empresas muy prestigiosa en Miami. La directora de esta empresa estaba haciendo un negocio con el gobierno de Panamá para crear una generadora del Gobierno, administrada por esa empresa en Panamá. La directora me llevó a una reunión, con la Autoridad de Innovación Gubernamental (AIG), donde expliqué cuáles eran las razones por las que se necesitaba una organización generadora de empresas en un gobierno.
En esa reunión conocí a Eduardo Jaén, director de AIG. Él me consultó sobre una idea que tenía en el tema de comunicaciones estatales ya que dependían de plataformas sociales como Whatsapp y a él le interesaba una plataforma completamente segura y exclusiva. Un medio de comunicación exclusivo del Gobierno. Ahí empezó la relación entre la AIG y Criptext.
Semana.com ¿Qué sucedió después de ese encuentro?
M. M.: En octubre del 2013, firmé un contrato con la AIG para empezar a desarrollar el proyecto del que hablé con Jaén. Se firmó contrato en abril, se hizo entrega en abril y ellos hicieron el pago en mayo. Se hizo un acta de aceptación de entrega, donde se confirmó que se entregó perfectamente lo que se firmó en el contrato y ellos pudieron hacer uso del software en su totalidad. Nunca tuvieron ningún problema, hasta que se cambió de director de esa entidad.
Después noté en el sistema una inutilización, una caída drástica en la actividad de comunicación de la plataforma. A partir del 2014 lo que se vino fue una serie de correos electrónicos hacia el director de AIG. Le envié ocho correos, él solo me respondió cuatro, en los que manifestó un explícito desinterés en hacer uso de la plataforma. Ellos alegan que nosotros no cumplimos el contrato, pero en realidad es que no le daban uso.
Semana.com: Otras personas están compareciendo ante la justicia por este caso. ¿Usted por qué no lo ha hecho?
M. M.: Porque estuve en la cárcel en los últimos seis meses de manera ilegal. Había una audiencia preliminar programada para el pasado 26 de diciembre, pero la pasaron para finales de febrero y a mí me capturaron el pasado 29 de diciembre. Hemos comparecido en el proceso, yo tengo un abogado en Panamá, pero fui detenido porque tenía circular roja de Interpol emitida por Panamá.
Dos semanas después de mi captura me otorgaron una fianza de excarcelación. La pagué, pero un juzgado de Panamá se negó a emitir mi boleta de libertad y retirar el pedido de extradición. Mientras mi abogado hacía los procedimientos pertinentes en Panamá, yo permanecí recluido en la cárcel de máxima seguridad.
Semana.com: Migración Colombia lo está requiriendo a usted para expulsarlo a Panamá. Si usted regresa a ese país quedaría libre porque ya pagó la fianza. ¿Por qué solicita refugio en Colombia?
M. M.: Se creó un caso alegando que no se entregó la plataforma. Se entregaron todas las pruebas al Ministerio Público, que está encargado de la investigación para corroborar nuestra versión. Independientemente de eso, dieron una orden de captura y emitieron una circular roja de Interpol. Yo fui detenido en Colombia, por seis meses, de manera ilegal. El gobierno de Panamá insistió en la extradición y cuando quedé en libertad, nos enteramos de que esa libertad fue otorgada el 6 de junio.
Semana.com ¿Eso qué quiere decir?
M. M.: Esto significa que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá mantuvo esta información dos semanas en silencio. Esto fue porque como se les cayó el proceso de extradición, conspiraron con Migración Colombia para deportarme inicialmente, cuando yo saliera de la cárcel. Como esto no les funcionó, alegaron públicamente en un comunicado que yo me fugué de la cárcel y que soborné a los guardias del Inpec, cosa que es completamente falsa.
A las 48 horas después de quedar libre, Cancillería Colombia se pronunció y no habló de una deportación, habló de una expulsión. La Cancillería de Colombia se está confabulando con Panamá y se está volviendo patrocinadora de esta persecución política. Si en seis meses he sido oprimido acá, ¿qué me espera cuando llegue a ese país? ¿Bajo qué condiciones estoy? Comienzo a dudar de todo cuando ellos tienen tanto afán de llevarme a Panamá. Yo me pregunto: ¿Es verdad que mi libertad sería asegurada en Panamá o ellos podrían seguir abusando del poder ejecutivo para vulnerar mis derechos?
Semana.com: Detalle cómo fue su salida de La Picota
M. M.: Yo salí en un vehículo del Inpec. Y me fui directo para mi hotel, donde me encontré con mi familia.
Semana.com: ¿Usted sabía que Migración lo requería?
M. M.: No. ¿Por qué una persona que estaba luchando por su libertad desde hacía seis meses se va a escapar de la cárcel?
Semana.com: ¿El personal del Inpec le dijo algo al respecto?
M. M.: El personal del Inpec me mencionó sobre unos personajes de Migración que me requerían, pero que no tenían orden legal para transferirme hacia la posesión de ellos. La orden legal y la Fiscalía General decía únicamente “libertad inmediata” y esa es la orden que ellos debían proseguir.
Semana.com: Es decir que ellos conocían la solicitud de Migración…
M. M.: Ellos no me notificaron de un requerimiento tampoco. Fue más bien como: “Oye, hay unos señores de Migración que dicen que te van a deportar”. Y les dije: “Okay, supongo que está bien”. Y ellos me respondieron: “No está bien. Nosotros no te podemos entregar como ellos quieren porque no hay orden judicial para hacerlo. Si lo hacemos, estaríamos en contra de las órdenes del fiscal general de la Nación y eso constituye un delito”.
Semana.com: Migración Colombia lo está buscando por cielo y tierra. Si usted sabe eso, ¿por qué no se ha presentado ante la entidad?
M. M.: Porque yo soy un hombre libre. Solicité asilo desde el momento en que me enteré de una irregularidad en la salida de La Picota. Yo nunca fui notificado de la medida de expulsión.
Semana.com: Usted dice que se trata de una persecución política. ¿Por qué?
M. M.: Sí. No es ningún secreto que el presidente tiene una vendetta personal con el expresidente Ricardo Martinelli. Yo estoy directamente relacionado con él, pero es falso decir que yo soy familiar del señor Martinelli.
Semana.com: Pero fuentes de Panamá han dicho que usted no representa un peso político para que se declare un perseguido…
M. M.: En las indagatorias me preguntan si conozco a Ricardo Martinelli. Primero me tratan de ligar con él y ahora dicen que no soy un peso político. Es un doble discurso de conveniencia para limpiarse las manos. Panamá ha cometido graves errores en los últimos días. Hasta me han tratado como prófugo.
Semana.com: Usted radicó la solicitud de asilo político el jueves de la semana pasada. ¿Ya tiene alguna respuesta de Cancillería?
M. M.: Esperamos tener una respuesta antes de que se acabe esta semana y estoy seguro de que va a ser algo positivo.
El caso de este empresario panameño se ha convertido en todo un enredo. Pero algo positivo ha surgido de él. Según Mizrachi, desde cuando explotó el escándalo su compañía ha ido creciendo y todo esto lo “ha impulsado de manera profesional”.
Así, mientras la Cancillería le responde si recibirá asilo político en Colombia, Mizrachi pasa los días rodeado de dos computadores y cinco celulares con los que trabaja desde el lugar en el que permanece. Esto “porque la empresa debe seguir funcionando”. La próxima audiencia preliminar por este caso está programada para el próximo 26 de agosto en los juzgados de Panamá. El empresario le aseguró a este portal que espera poder asistir.
Por su parte, Migración Colombia decidió otorgarle al empresario un salvoconducto por cinco días hábiles mientras se define si le otorgan el refugio. Con este, Mizrachi podrá permanecer por ese tiempo en territorio nacional mientras se define su situación migratoria.