Nación
“Me comparan con Matamba, Pablo Escobar y Santrich”: Aida Merlano ante la Corte Suprema
Este martes se llevó a cabo la audiencia a la que asistió la excongresista a responder por la supuesta violación de topes electorales. Reiteró que tuvo financiamiento millonario de las principales casas políticas de la costa caribe.
Este martes, en plena audiencia en la Corte Suprema, la excongresista Aida Merlano hizo una dura confesión. Primero pidió perdón por fugarse pero aclaró que lo hizo, no de la justicia, sino de “la injusticia del país”. Al final de la audiencia, Merlano dijo que “Ni con Pablo Escobar fueron tan implacables”, como lo han sido con ella. Incluso, señaló, que la han comparado con delincuentes como alias Matamba y Santrich.
“Es que no es normal que me comparen con esos delincuentes y todos los bandidos del país. Me consideran bandida por fugarme. Es terrible, no sé qué decir señor procurador y señor magistrado. Yo no entiendo cómo no me pueden tener en cuenta unas pruebas que demostrarían que este proceso no debería continuar y que lo hicieron contra mí, en la denominada Casablanca, fue un montaje”, dijo.
Merlano advirtió que se debe investigar cómo más de 18 mil millones de pesos de dineros públicos se usaron para pagar o comprar votos en la Costa Caribe, todo con la complicidad de casas políticas como las de los Char y los Gerlein. La exsenadora, quien se encuentra prófuga en Venezuela, sigue dando declaraciones explosivas frente a la corrupción electoral en el departamento de Atlántico y nuevamente su objetivo fue quien fuera su expareja a la sombra, el exalcalde de Barranquilla, Álex Char.
El magistrado Jorge Caldas le preguntó a Merlano quién financió su campaña al Congreso. Ahí, con contundencia, mencionó como financiadores a Alejandro Char, Julio Gerlein y Arturo Char: “Quien podría ratificar los valores es el señor Julio Gerlein, pero le voy a decir lo que yo puedo responderle. El señor Fuad Char entregó el valor de 7 mil millones de pesos, para que se compraran votos a favor de Arturo Char, de Lilibeth Llinás y a favor mío”.
Lo más leído
En el mapa político electoral de hace cuatro años, Arturo Char era candidato al senado por Cambio Radical, fue elegido y hasta ocupó la presidencia de la corporación. Aida Merlano era candidata por el Partido Conservador, fue elegida y ese mismo día estalló el escándalo de compra de votos que hoy la tiene prófuga de la justicia. Por su parte, Lilibeth Llinás era candidata a la Cámara y en el Atlántico actuaba como fórmula de Merlano aunque fueran de otro partido.
Las cuentas de financiación de Merlano las explicó así: “El señor Alejandro Char entregó el valor de 18 mil millones de pesos, incluidos los 7 mil que entregó su papá por medio de Serfinanza. Esos 18 mil millones que entregó Álex Char los entregó mediante el contratista Faisal Cure, quien entregó 6 mil millones para la compra de votos de la campaña y la otra parte que fueron 12 mil millones correspondientes a la deuda de la comisión de los Arroyos en Barranquilla, Avenida del Río y Malecón. Para un total de 18 mil millones entregados por Álex Char y distribuidos por las personas que le estoy mencionando. Faisal Cure se los entrega porque le paga la participación en contratos que ya le mencioné”.
Merlano le confesó a la Corte Suprema: “Creo que no es de su conocimiento, magistrado, que en este proceso se me desconoció la entrega de pruebas, insisto, que esto desde el inicio está viciado porque ya hay cosa juzgada porque fui procesada por unos hechos y no me vincularon topes electorales. Luego me abren este proceso que para mí no tiene pies ni cabeza. Quiero que Colombia escuche la verdad, estoy cansada, es desgastante tanto atropello”, dijo.
Merlano fue protagonista de toda una polémica desde que habló en la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia y ratificó, ahora ante la sala de primera instancia, lo que había revelado hace dos años en una entrevista con SEMANA cuando dijo que los Char y los Gerlein presuntamente ayudaron a su fuga desde un consultorio odontológico en el norte de Bogotá, tras haber formado parte del entramado de corrupción conocido como Casablanca.