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“Me salió un grupo de muchachos que no vi”, Enrique Vives sobre accidente en Gaira, Santa Marta

En la audiencia, el empresario señaló que intentó prestar ayuda a los afectados, pero que recibió golpes de los ciudadanos de Gaira.

17 de septiembre de 2021
Enrique Vives Caballero
Enrique Vives Caballero | Foto: Cortesía

En la noche de este jueves se adelanta la audiencia de imputación de cargos contra el empresario Enrique Vives, perteneciente a una de las familias más poderosas de Santa Marta y quien es investigado por atropellar a un grupo de 7 jóvenes, accidente que les causaría la muerte a seis de ellos en Gaira, Magdalena, el pasado lunes 13 de septiembre.

En la audiencia, la jueza primera penal municipal con funciones de control de garantías, Olmis Cotes, quien además se cansó de esperar al enjuiciado en el juzgado y decidió ir a la clínica en la que se encuentra, parafraseó lo que narró Vives sobre los hechos. “Iba por el carril izquierdo de la vía que es doble calzada y me sale un grupo de muchachos que no vi”, leyó Cotes.

De acuerdo con lo dicho en la diligencia, Vives se bajó del auto para ayudar a una muchacha, pero “habitantes del sector le dieron puños”. Por otro lado, la jueza reveló que el resultado de la valoración médica de Vives le permite permanecer recluido y dirigirse a las citaciones médicas en el centro privado en el que sea llamado.

“El examinado puede recibir tratamiento, es decir, que estando en reclusión formal asista a los controles programados en cualquier centro particular para psiquiatría”, informó la juez.

Cabe señalar que en la lectura de la audiencia que hizo la jueza Cotes explicó que le fue preguntado por su infancia, su época escolar y sus últimos años. Vives Caballero, según el documento, hacía referencia a problemas psicológicos y estados de ansiedad, que, sin embargo, no le impiden terminar en un centro de reclusión, pues –explicó la jueza– puede asistir a terapias particulares o programadas por el sistema de salud penitenciario; incluso, puede ser un tratamiento ambulatorio.

Enrique Vives Caballero
Enrique Vives Caballero | Foto: Cortesía

“El examinado tiene una retractación adaptativa de tipo ansiosa, que para el momento actual y no se constituye en algo grave o incompatible para la vida de reclusión normal”, leyó la jueza.

En otro aparte señala que “el examinado se encuentra incorporado en la cama y se sentía con algo de somnolencia, pero respondía las presuntas que se le hacían por parte de los médicos legistas.

Cumplida la lectura del documento, y al haber sido realizada la diligencia en la Fundación Santa Marta por el Niño, no pudo enviarse por internet el dictamen a las partes, por lo que la diligencia se aplazó para que leyeran la decisión y poder continuar con la diligencia de imputación.

¿Por qué la jueza decidió asistir al centro médico?

Se trata de un rosario de irregularidades: Vives Caballero no solo estaba borracho, manejaba con exceso de velocidad, fue trasladado a hurtadillas a la clínica y el diagnóstico ha sido imposible de conocer por la juez. Además, el reporte de alcoholemia presentado por la Policía, pese a que estaba con grado tres de alcohol (el más alto), las autoridades lo calificaron como grados dos y, de colofón, ahora se conoce que fue la Policía la que sin previo aviso permitió que llegara a la clínica evadiendo la imputación.

Pero lo que colmó la paciencia de la jueza fue que ayer en la noche en la audiencia fallida había advertido, con un oficio, que el protagonista del accidente en el que murieron seis personas no podía ser trasladado. Sin embargo, no se atendió su orden y se fue de la Clínica Perfect Body a la Fundación Santa Marta por el Niño, tal como lo había advertido el abogado de Vives Caballero, Álex Alberto Fernández Harding.

Por eso la jueza Cotes y la procuradora Gloria Guzmán Duque, miembros de la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y los abogados de ambas partes, realizaron una visita a la clínica psiquiátrica Fundación Santa Marta por el Niño, donde, a su llegada, fue recibida en medio de vítores y arengas con las que la gente reclamaba: “justicia, justicia, justicia”.

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