Nación

Medellín: 59 % de UCI ocupadas, pico y cédula hasta 5 de julio y ciudad viva

Parece que la capital antioqueña ha vuelto a la normalidad, mucha gente ha regresado a su lugar de trabajo y la informalidad copa las calles.

25 de junio de 2020
Los empresarios del transporte público pidieron que en Medellín se pueda transporta más del 35 por ciento de la capacidad de pasajeros en buses y metro.

Aunque en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá la vida parece regresar a la normalidad, el pico y cédula se mantiene hasta el domingo 5 de julio bajo la modalidad adoptada desde la reapertura económica: un día salen los números terminados en par y otro los terminados en impar.

La medida aplica para ingresar a centros comerciales, supermercados, entidades bancarias, tiendas de electrodomésticos y tecnología, entre otros, mas hay locales comerciales que se pasan lo ordenado por la faja, así funciona la ley en una ciudad donde el comercio es la actividad económica más importante.

Por ahora, allí donde los paisas deseen entrar, se les toma la temperatura y se les piden datos como el número de teléfono y la dirección de residencia, de esta manera se trata de tener control si aparecen casos de coronavirus focalizados.

El alcalde Daniel Quintero, que en los primeros días de la pandemia tuvo una posición bastante vertical en el cumplimiento de los protocolos y exigió poner por encima de todo la salud de la ciudadanía, ahora está en la misma tónica del Gobierno nacional, propendiendo por salvar la economía. 

La actividad es normal por estos días en muchos lugares de la ciudad.

A las calles de la capital antioqueña han vuelto los trancones monumentales y, con ellos, los vendedores ambulantes, los malabares, los limpiadores de vidrios; la ciudad está recuperando a paso acelerado los tres meses de quietud, mientras tanto la ocupación de las camas de Unidades de Cuidados Intensivos llegan al 59 por ciento, aunque la mayoría por pacientes de patologías ajenas al coronavirus, según reporta la alcaldía.

Entre muchos ciudadanos ya hay dudas de que la enfermedad exista —“¿usted conoce a alguien con la enfermedad?”, se preguntan retóricos, incrédulos—, el coronavirus es una incertidumbre soportable frente a la necesidad de buscar el pan diario.

Pese al relajo social, las instituciones de salud se preparan para ver crecer la curva de contagios. En el Hospital San Vicente Fundación, por ejemplo, vieron multiplicar el número de pacientes en UCI, en casi un 50 por ciento en los últimos diez días. Y aún las autoridades no dan señales de las medidas que tomarán después del 5 de julio.  

Mientras tanto, algunos se alertan con casos como el de la Central Mayorista de Antioquia, principal central de abastecimiento de la ciudad, donde aparecieron diez casos de covid-19 en las últimas horas, por lo que se ordenó el cierre de seis locales comerciales. En los primeros días de la pandemia, cuando aparecieron una docena de enfermos en la Central Minorista, se ordenó cerrar toda la plaza de mercado.

Parece que no es momento de resistir sino de avanzar, pues hasta los empresarios del transporte pidieron que se extienda el número de pasajeros que pueden ir en buses y metro. Todo parece ser extraño, pues justo ahora el país avanza hacia la curva de contagios.