JUSTICIA
Medicina Legal confirma que el médico Fabián Herrera fue asesinado
Investigadores forenses encontraron que la muerte violenta se dio por intoxicación, producto de una mezcla de Clonazepam (medicamento psiquiátrico) con alcohol. Carlos Valdés asegura que fue un homicidio.
Una semana después de que se confirmara la muerte de Fabián Herrera, Medicina Legal ratificó que la causa fue por intoxicación, producto de una mezcla que le fue suministrada al médico días después de su desaparición el 29 de mayo.
El rastro de Herrera se perdió luego de una fiesta en la discoteca El Marquéz en la zona rosa de Bogotá. Aunque algunas personas dijeron que al salir tomó un taxi, la única certeza, según las cámaras de vigilancia del lugar, es que el médico bajó del sitio y giró a la izquierda. Ahí se perdió el rastro.
"La causa de la muerte es violenta tipo homicidio. Se encontró en el cuerpo una mezcla de Clonazepam (medicamento psiquiátrico antidepresivo) con alcohol, lo que llevó a una depresión del sistema neurológico", indicó el director de Medicina Legal, Carlos Valdés.
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La desaparición del médico que trabajaba en el Hospital Méderi alertó tanto a sus familiares como a amigos, quienes durante cuatro días promovieron diferentes actividades para darle visibilidad al caso e intentar dar con su paradero. Herrera, hospitalario de neurocirugía en el Méderi y voluntario de la organización Techo, era recordado por sus amigos y conocidos como una persona de gran corazón y vocación de servicio.
Desde el 1 de junio, la atención alrededor de este caso estaba puesta en la labor de los forenses de Medicina Legal. Ese día, hacia el final de la tarde, un cuerpo envuelto en una lona llegó a las oficinas de la Unidad Forense. El cuerpo de Carlos Fabián Herrera Merchán había sido hallado en el barrio Compostela, en zona rural de la localidad de Usme.
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El CTI de la Fiscalía realizó el levantamiento del cuerpo, que fue conducido hasta los laboratorios de Medicina Legal. El Instituto confirmó la identidad del joven pero no se volvió a pronunciar sobre el tema. Mientras los científicos avanzaban en el trámite, la Policía de Bogotá y hasta el mismo alcalde Peñalosa hablaron de indicios que apuntaban a que Herrera Merchán había muerto a causa de una sobredósis de escopolamina. Y finalmente, este lunes Medicina Legal confirmó la causa de la muerte con Clonazepam.
El otro caso del Marquéz
Ese podría ser también el caso de Sebastián, un estudiante de gastronomía que festejó su despedida en el mismo bar nueve días antes que Fabián Herrera, el sábado 20 de mayo, y que fue drogado y robado con escopolamina.
De acuerdo con el testimonio de su madre, Olga, el chico salió a la una y media del Marquéz en la zona T, se subió a un taxi y perdió el conocimiento en camino. En este caso, lo dejaron en frente de su casa cerca de las tres de la mañana, cuando reapareció desorientado.
En el momento en que se despertó con malestar al día siguiente, vómitos y mareos, se dio cuenta de que le habían robado sus pertenencias y retirado dinero de sus tarjetas de crédito, por lo que acudió a la clínica cardioinfantil en donde le confirmaron que había sido drogado con una dosis baja de burundanga. Interpuso su demanda en la fiscalía de San Cristóbal Norte.
"Es común que cada vez que se usa algún químico para doblegar la voluntad de una víctima, se concluya que le suministraron escopolamina", explicó a Semana.com el director del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Carlos Valdés.
"Sin embargo (...) esa sustancia ya es poco rentable para los delincuntes, pues extraerla del borrachero es un proceso costoso. Con los años, los delincuentes aprendieron a usar otros químicos que logran resultados similares y que están en el mercado, accesibles: medicamentos psiquiátricos como la benzodiazepina o los ansiolíticos, que también tienen efectos sedantes e hipnóticos" precisó el funcionario.
La benzodiazepina, justamente, es la sustancia activa principal del Clonazepam, el químico con el que drogaron a Fabián Herrera, según Medicina Legal. Un antiepiléptico usado en trastornos convulsivos y de pánico que en alta dosis y mezclado con otras drogas o alcohol puede provocar el coma e incluso la muerte de quien lo consuma.